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08 June 2016

No es un hombre, no es una mujer

Ayer en 8 Madrid TV me topé con este documental, de cuya existencia no tenía ni la más mínima noticia:




Dieciséis datos que quizá les interesen:

1. "No es un hombre. No es una mujer. Es una muñeca... vestida de azul": frase promocional de la película.

2. Se estrenó en 1983. Otras películas de ese mismo año: Flashdance, La fuerza del cariño, Superman III, Entre tinieblas y El retorno del Jedi.

3. Sinopsis:
La veraz historia de unos personajes reales: Lorenzo, René, José Antonio, Paco, Juan y José y de cómo y por qué se convirtieron en Lorena, René, Nacha, Eva, Tamara y Jossete respectivamente.

4. Por si no lo habían deducido ya: las seis  protagonistas son travestis (así se denominan ellas mismas).

Renée

5. El hermano de una de ellas dice en un momento de la película que prefiere que su hermana sea así antes que carterista o "subnormal en una silla de ruedas".

6. La película combina recursos típicos del género documental (entrevistas a cámara, escenas de su vida cotidiana, encuentros preparados de las protagonistas con sus familiares) con otros un poco más chocantes (voz en off de las protagonistas, recreaciones estilizadas de momentos de su vida íntima).

7. El director es Antonio Giménez-Rico, colaborador habitual de Qué grande es el cine, el programa de Garci.

Antonio Giménez-Rico

8. Tamara (ver foto) es de etnia gitana.

9. Una de las protagonistas tiene que presentarse en la oficina de reclutamiento. El funcionario le pregunta el nombre (ella lo dice), la fecha y el lugar de nacimiento (los dice), el nombre de sus padres (los dice) y la religión que profesa: "soltera", dice. No es una broma, es un error (la siguiente pregunta es el estado civil). Aclarado el malentendido, el funcionario anota "religión: ninguna".

10. Si ponen en Google el título de la película + blog, encontrarán un blog que considera Vestida de azul una película de culto.

11. Ninguna de las protagonistas es partidaria de operarse los genitales.

Tamara

12. La película incluye casi cinco minutos de imágenes de una operación de pecho.

13. En internet también se puede encontrar una crónica del Festival de San Sebastián que Ángel Fernández Santos publicó en El País en septiembre de 1983. La crónica se titula: "Giménez Rico ofrece en Vestida de azul la superficie de los travestidos". Fernández Santos opina que la película no aborda "el fondo de este lado extremo de la homosexualidad."

14. La fotografía es de un reconocido profesional: Teo Escamilla.

15. En otra de las escenas, tres de las protagonistas están reunidas con varios amigos homosexuales en el bar donde trabajan. Uno de los amigos pregunta: "Si existiese una pastilla que te la tomases y te convirtieses en heterosexual, ¿os la tomaríais? Yo no." Otro de los amigos dice: "El homosexual es el ser más perfecto que existe". Una de las protagonistas apostilla: "Todos los hombres son maricones. O les gusta dar o tomar."

Mayte

16. En la película se ve España tal cual era en los años ochenta. La ropa. La forma de pensar. La manera de hablar. Con el paso del tiempo, Vestida de azul —al margen de su calidad— se ha convertido en un documento.




* Al terminar de escribir la entrada, descubro un artículo en Jotdown que convierte en banal todo mi esfuerzo divulgativo. Le robo tres fotos.

11 August 2015

Tres momentos memorables de la última cosecha televisiva

No son mis series favoritas de esta temporada, ni mucho menos, pero las tres han alcanzado al menos tres cumbres de excelencia:

Unbreakable Kimmy Schmidt, S01E04

La protagonista acompaña a su jefa al cirujano plástico, un ser con este aspecto:

¿Le reconocen? Con ustedes Martin Short

Toda la escena es hilarante. Una crítica demoledora a los excesos de la cirugía plástica. Tan demoledora que hay quien cree que fue precisamente esta escena la que motivó que el Dr. Frederic Brandt, conocido dermatólogo de las estrellas de cine y obvia víctima de la parodia, se hundiese todavía más en la depresión que padecía y decidiese suicidarse unos días después. Crónica negra aparte, la escena se merece un hueco en nuestra memoria junto a los estiramientos faciales de Brazil (Terry Gilliam, 1985)

Man Seeking Woman, S01E04

El protagonista está soltero. Su hermana le invita a una cena que va a dar en su casa para unos amigos. En realidad se trata de una encerrona para liarlo con una amiga. Ellos dos, el protagonista y la amiga de la hermana, son los únicos solteros de la cena; los demás invitados, un muestrario de parejitas estomagantes, son cómplices de la encerrona.

Oh, a los dos os gustan las ensaladas. Tenéis tanto en común...

Durante la cena las parejitas se dedican a hacer ostentación de lo perfectas que son sus relaciones y de lo felices que les hace la vida en pareja, y ponen en práctica diversas estrategias para propiciar que surja algo entre los dos solteros. Todo muy torpe y muy forzado. El ambiente se va enrareciendo poco a poco hasta llegar a cotas completamente surrealistas. Hay un detalle en concreto que a mí casi me mata de risa: un gag digno de Top Secret.

Togetherness, S01E08

No puedo contar gran cosa porque se trata del final de la serie.

Matrimonios y otros fenómenos sentimentales

Solo diré que es una de las mejores escenas de calentón (sexual) que yo haya visto últimamente en una serie. Y no porque resulte excitante para el espectador (que no demasiado) sino por lo bien que queda plasmado el gradiente de la atracción entre los dos personajes, banda sonora incluida.

26 February 2014

Por unos guiones honestos

Odio cuando los guionistas usan el truco de La flor de los siete colores.

La flor de los siete colores era una serie japonesa de dibujos animados que echaban en la tele cuando yo era pequeño. Bueno, en realidad era lo suficientemente mayor como para que me diese vergüenza reconocer delante de mis compañeros que la veía. Pero tenía (tengo) hermanos pequeños y sí, ahora lo reconozco, la veía con ellos.
Les pongo una muestra, para que hagan memoria:


La serie iba de una niña que recorría el mundo con sus mascotas parlantes en busca de la flor de los siete colores. En todos los episodios parecía que por fin la niña iba a encontrar la dichosa flor ("En esa ermita de la montaña está la flor de los siete colores...", "A la orilla del lago crece la flor de los siete colores..." ) pero al final resultaba que, vale, sí, había una flor de los siete colores, pero no, no era la flor de los sietes colores que ella buscaba. El mundo estaba lleno de cosas a las cuales la gente llamaba "la flor de los sietes colores" (rosetones en las iglesias, plantas exóticas, joyas, efectos ópticos del sol sobre algún elemento arquitectónico...) pero ninguna de esas cosas era su flor de los siete colores. La buena de la niña, claro está, sufría un carrusel de emociones en cada capítulo, de la ilusión más desbordante a la frustración más desbordada (montaña rusa, más que carrusel).


Los guionistas eran unos sádicos, por supuesto, pero, aparte de eso, eran perezosos: no podían permitir que la niña encontrase la flor de los siete colores porque, si no, habrían tenido que cambiar todo el planteamiento. La serie habría dejado de tratar sobre una niña que busca la flor de los siete colores para pasar a tratar sobre una niña que ha encontrado la flor de los siete colores, y entonces ponte tú a pensar a ver para qué coño sirve la flor de siete colores una vez que te la has encontrado. Así que el planteamiento y el suspense implícito en ese planteamiento se mantenían intactos gracias al procedimiento de la marcha atrás.


Es una variante especialmente odiosa del esquema del coyote y el correcaminos. Digo variante porque el coyote nunca estaba demasiado cerca de atrapar al correcaminos; en cambio, la niña encontraba la flor de los siete colores en todos los episodios, aunque al final resultase que no era la flor de los siete colores que ella buscaba.

Pues bien, todo esto viene porque a alguien se le ha ocurrido que, para mantener el interés del espectador, lo mejor es poner a dos personajes que se atraen irremediablemente o que incluso se quieren y que, sin embargo, aunque están a punto a puntito, nunca llegan a fundirse. Señores guionistas: seguimos Friends A PESAR de la historia entre Ross y Rachel; por favor, no abusen de su suerte.


Por cierto, en el último episodio la niña encontraba la auténtica flor de los siete colores.

La apoteosis máxima, como podrán imaginar.

03 October 2013

Calla, memoria

¿Alguien sabe si tiene algún nombre específico el complejo o síndrome consistente en creerse la única persona del mundo que ha sido testigo de determinados hitos de la Historia de los medios de comunicación?

Es que yo lo padezco.

Tres ejemplos:

1) Hace años, un periódico gallego publica una noticia sobre un misterioso suceso:

Durante una visita guiada a un monasterio, en la biblioteca, una mujer argentina del grupo pregunta al guía cuántos monjes viven actualmente en el monasterio; el guía le responde que ya no vive ningún monje allí y que el monasterio se conserva solamente como museo. La mujer se desmaya. Cuando recobra el conocimiento, la mujer explica que se ha desmayado por la conmoción, ya que segundos antes de hacer la pregunta había visto pasar a un monje por delante de la puerta. Todos se quedan helados. Entonces, un niño que no tiene nada que ver con la mujer dice: "Sí, yo también lo he visto".

No hay ningún monje visitando el monasterio en ese momento.




2) A petición del propio Ramón Sampedro (el parapléjico que defendía su derecho al suicidio asistido), alguien cercano grabó su muerte en vídeo y envió la grabación completa a Antena 3. En los telediarios de la cadena se emitió sólo el momento en que Sampedro se despedía y bebía el cianuro (los 5 primeros minutos de los 20 que duraba el vídeo). Sin embargo, en la prensa se publicó que algunos espectadores habían sido testigos del siguiente hecho:

Por la tarde, la programación habitual de Antena 3 se había interrumpido repentinamente como si hubiese interferencias y, sin previo aviso, habían sido emitidas las imágenes de la agonía de Sampedro hasta el momento de su muerte.




3) El primer intento de trasladar a España el modelo del Saturday Night Live americano fue La última noche, un programa del 2001 presentado por José Corbacho, que emitía Telecinco la noche de los domingos. Duró dos días (dos noches), pero les dio tiempo a hacer uno de los sketches más graciosos que yo recuerde de esa época. Venía a ser algo así:

(Voz en off) "¡¡¡El misterioso caso de la esquina que quien la dobla empieza a hablar de manera incomprensible!!! En el madrileño barrio de Chamberí existe una misteriosa esquina que quien la dobla empieza a hablar de manera incomprensible. Marcelino Cifuentes la dobló el pasado lunes a las siete de la tarde y fue hallado horas después con la mirada perdida, diciendo frases incoherentes."

Sale Marcelino Cifuentes diciendo: "El pianista de Parada es un hombre muy viril..."



El sketch seguía con más frases "absurdas" de Marcelino y con más personajes que hablaban tras doblar la esquina. Descacharrante. Lo juro.


Pues bien, en una búsqueda (nada exhaustiva) en Google no he encontrado ni rastro de estos tres acontecimientos.

Inquietante.

04 January 2013

Cuatro maneras de acojonar a un niño (en los 80)


Los chicos de Stonehenge (Children of the Stones, 1977)



Dentro del laberinto (Into the Laberynth, 1981)



Choky (Choky, 1984)



Bajo la montaña (Under the Mountain, 1981)



El miedo no se olvida.

03 February 2012

Desmitificando: La Bola de Cristal

A todos nos gusta tararear ahora la síntonía del programa pero recordemos bien, amiguitos:

- Las tramas de los electroduendes eran chorras y repetitivas. Como marionetas tampoco valían gran cosa: feas, rígidas y cutres (España, cuna de los Aurones). Su única gracia estaba en la forma de hablar. Cuando empezaron a ponerlos solos por las tardes, sin el acompañamiento del resto del programa, no había quien se los tragase.

Por cierto, siempre que veo a Kate Moss me acuerdo del hada.

- La serie de Alfalfa era un bajón total, si hacía buen tiempo daba ganas de coger la bici y echarse a las calles.

- Las cortinillas aleccionadoras ("Solo no, con amigos sí", "Nunca te acostarás sin saber una cosa más") las repetían hasta la saciedad y eran de risa. En mi cole hacíamos burla de ellas. Eran como de profe progre que escribe cuentos infantiles muy fantasiosos y desenfadados pero con mensajito, algo muy de los ochenta (escuela Gloria Fuertes, que era bien maja pero un poco sospechosa vista con ojos de niño). Aquí la responsable:

- En el apartado musical había de todo y también repetían los vídeos ad infinitum. Yo no aguantaba a Santiago Auserón (¿para cuándo un trío con Raphael y Enrique Bumbury?).

- La Cuarta Parte de Gurruchaga tenía algunas de las mejores cosas (fragmentos de películas que se clavaban en la retina: ¡ay!, Dune) pero también muchas de las peores (los monólogos de Gurruchaga padre eran bastante asquerosillos). En general daba bastante yuyu.

Puede que fuese un buen programa, imaginativo y perturbador, y puede que todos lo viésemos, pero desde luego nadie iba al colegio flipando y comentándolo con entusiasmo (como sí hacíamos, en cambio, con el pinball "un, dos, tres cuatro..." de Barrio Sésamo, por ejemplo).
Por mucho que ahora reivindiquemos programas "de calidad" (¿El planeta imaginario?), la verdad es que de niños no éramos gourmets de la tele precisamente.

02 February 2010

Cosas que nadie parece recordar

Jim Henson's The Christmas Toy (1986)

Decir que es un precedente de Toy Story sería quedarse muy corto. Los de Pixar saquearon este especial navideño sin que nadie les sacase los colores, y eso que en España también lo echaron allá por los ochenta (tengo a mi hermano de testigo).


Jack y la bruja - Taiji Yabushita (1967)

Largometraje de dibujos animados que, también en los ochenta, aterrorizaba a cualquier niño de menos de nueve años, sobre todo la transformación final de la bruja en una especie de araña con cabeza humana. Estoy convencido de que Tim Burton sí lo recuerda.

El gigante egoísta - Peter Sander (1971)

Adaptación setentera (cuando el gigante construye el muro suena una canción de pop psicodélico) del cuento de Oscar Wilde. La escena en la que la Nieve extiende su manto por el jardín del gigante y el Hielo congela el agua del estanque se quedó pegada, no sé muy bien por qué, a mi memoria.