Cuando mi madre Jasmine despertó esa mañana llevaba la palabra D-I-V-O-R-C-I-O escrita en la frente con un gran rotulador negro y trazada en sentido inverso, como para ser leída en un espejo. Ella no sabía, claro está, que la palabra estaba allí cuando despertó. Al entrar en el cuarto de baño para lavarse los dientes y mirarse en el espejo (un espejo rodeado por una sufrida climátide, el espejo ante el que aprendí a afeitarme hace varios años) vio la palabra reflejada correctamente frente a ella y se puso a gritar como si quisiera despertar a un muerto, lo que en mi casa significa mi hermana, Daisy.
Planeta Champú, DOUGLAS COUPLAND
[Traducción de Mariano Antolín Rato]