Anticlímax. ¿A quién se le ocurre hacer una canción de casi nueve minutos con esos mimbres? Nunca jamás he podido pasar del minuto 3 y hoy, por una simple cuestión de ética periodística, he hecho lo más parecido a intentar escucharla entera: ir dando saltos por la barra de progreso hasta llegar al final. Pregunto: ¿se podrá oír entera sin que las conexiones neuronales sufran algún daño? A mí me gusta mucho, mucho bastante, el primer minuto, sobre todo ese momento suspendido en la eternidad en el que empieza la percusión. Luego ya todo se vuelve demasiado ABBA para mis delicados oídos.
Clímax. No les voy a pedir que la escuchen entera, basta con que sepan que es un ejemplo resultón y gastapistas de ese revival post punk que se llegó a practicar incluso en España hace no demasiado tiempo, pero salten, por favor, al minuto 2:40 y esperen unos segundejos de nada: si lo que empieza en el minuto 3:05 no es la mejor coda de una canción de subidón que nunca van a oír en una discoteca (literal: a mí nunca me la han puesto), que venga Paco Pil y la pinche. Qué pedazo de melodía estratosférica, Dios mío.
Ahora ya pueden seguir con sus cosas.
[El último vídeo ha desparecido de Youtube. Era Inside, de Mendetz.]