En un centro comercial una adolescente habla de ropa con sus amigas:
«De culo me está increíblemente Kardashian».
Una mujer va por la calle con una niña de unos dos años en un carrito. De un portal sale un hombre fornido cargando con un tablón muy grande. La mujer le dice a la niña muy alto y con voz extrañamente seductora:
«¿Has visto qué fuerte es ese señor?»
Una mujer con un CD en la mano le dice a un vendedor del top manta:
«No se ve bien. ¿Me la cambias?»
Una mujer mayor espera a que el semáforo se ponga en verde. Una pareja cruza en rojo corriendo y la mujer dice muy afligida:
«¿¡Pero qué trabajo les cuesta esperar a que cambie el disco, Dios mío!? Yo me pongo enferma».
Ciertamente, se escucha cada cosa en la calle que es para caerse -literalmente- de culo... Amortiguadores Kardashian para evitar el impacto de las caídas, si nos lee algún emprendedor ya tiene nombre para su empresa :-p
ReplyDelete^Muy chulas esas pintadas en los pasos cebra.
Las pintadas las hizo el Ayuntamiento de Madrid cuando gobernaba Manuela Carmena. No fueron polémicas pero tampoco son demasiado apreciadas.
DeleteA mí la idea no me parece mal, pero algunas son de un cursi aterrador.
Pertenezco al grupo de odiadores oficiales de las pintadas en los pasos de cebra. Me parecen cursis, innecesarias, horteras, me enervan casi tanto como el señor del anuncio que dice: "Gutarra, verdurra, Navarra".
ReplyDeleteSí, las pintadas son muy cursis.
DeleteAnuncios horripilantes hay un montón. Aquel del jamaicano feliz que ordeñaba caramelos en un jirafa era repugnante. Y el de Santa Lucía de los muertos que no saben que son muertos es puro terrorismo.
La vida, qué mala es
ReplyDeleteLa vida mata.
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