15 February 2015

Fobias literarias


Mi hermano dejó a la izquierda Alcalá y ascendió por la Gran Vía, la bufanda enroscada en el cuello como una serpiente indeseablemente cariñosa...

La primavera corta, el largo invierno, Martín Casariego


Así que el protagonista de la novela va por la calle y el narrador de pronto aprovecha para endilgarnos un símil un tanto caprichoso. Frunzo el ceño. ¿A qué viene esta greguería aquí en medio?

Otro ejemplo. En este caso hablo de memoria: la narradora y protagonista de Al pie de la escalera, de Lorrie Moore, nos cuenta que va andando por la calle en invierno y en un momento dado se saca del bolsillo un pañuelo de papel arrugado para sonarse, pero en vez de hablar de un pañuelo se refiere a él como a un clavel (ya saben: metáfora: el pañuelo está hecho un gurruño). 

¿Bonito? Pse. Quizás. Pero esa no es la cuestión. La cuestión es: ¿qué sentido tiene destacar mediante figuras retóricas unos elementos que no tienen el más mínimo peso en la historia que se está contando? A mí, al menos, me hace desconfiar y me distrae. 

Solo veo a dos escritores incapaces de renunciar a una ocurrencia.

08 February 2015

Un cuento al mes: 'El mono' de Isak Dinesen


En algunos países luteranos del norte de Europa existen lugares que utilizan el nombre de conventos. Aunque no tienen carácter religioso, están regidos por una llamada priora.

Traducción de Heliodoro Pardo Marcos 


Hacia el principio de Memorias de Africa (la película) hay una escena que me llamó mucho la atención cuando la vi de adolescente: a petición de su futuro amante y para demostrar que es tan buena cuentacuentos como su marido afirma, Karen Blixen les cuenta a los dos (marido y futuro amante) un cuento que va improvisando sobre la marcha a partir de una frase de inicio que le da uno de ellos. Del cuento solo oímos el principio y el final, el resto está resumido en un montaje donde nos muestran a los dos hombres escuchando a la baronesa embelesados. Porque en realidad el cuento es lo de menos; la escena está ahí principalmente para caracterizar a Karen Blixen como una contadora de cuentos excepcional, una especie de Sherezade del siglo XX. Siempre me he preguntado si sus relatos resultaban igual de fascinantes por escrito. El mono es el primer cuento que leo de ella.


El mono (1933) está ambientado en la primera mitad del siglo XIX y lo cierto es que parece escrito en esa época o incluso un siglo antes. Blixen escribe como si nunca hubiese existido Chéjov. Se suele decir que el Quijote es la primera novela moderna pero cuando la leemos no podemos evitar percibir su lejanía: las cosas ya no se hacen —ni se dicen— así y nos falta el contexto para entender bien todas las referencias. Pues algo parecido ocurre con el cuento de Blixen.

Para empezar, está lleno de bultos. Todos esos consejos de los cuentistas del siglo XX sobre arcos que se tensan en la primera frase y flechas que atraviesan el aire hasta la diana del punto final, todos ellos, a la mierda. Aquí cada personaje que asoma por el horizonte parece tener su propia línea argumental y el narrador nos la empieza a contar, aunque después ese personaje no vuelva a salir y su historia no se resuelva. Los propios personajes intercalan anécdotas que no se sabe muy bien si vienen a cuento o no (... aquella curación milagrosa que presenció una vez el obispo de Lyon...). Todo esto hace que no sea fácil percibir la forma esencial del relato. Uno no llega a estar seguro de qué es lo que le están contando.

Por otra parte, hay bastantes referencias clásicas —frases en latín, poemas, personajes mitológicos— que distancian el relato de la sensibilidad moderna. No son citas eruditas de un narrador contemporáneo (esto no es como leer a Borges) sino que se acerca más a esa sensación de lejanía que tenemos hoy cuando leemos al Arcipreste de Hita y su Libro de Buen Amor, plagado de referencias a la cultura de la época.

¿Y gótico? ¿Es gótico? Bueno, es gótico porque transcurre en un mundo en el que laten fuerzas oscuras pero no tiene la parafernalia habitual del género. No hay catacumbas, ni ruidos nocturnos, ni bosques tenebrosos. Lo sobrenatural no anticipa señales inquietantes antes de aparecer, los personajes no tienen conductas morbosas (al menos en apariencia), ni la narración se regodea en el horror. No creo que a Tim Burton le interese adaptarlo.

¿Me leeré los otros seis cuentos? De momento, no. Este no ha llegado a aburrirme (Blixen se va sacando cosas de la manga a cada poco) pero tampoco me ha fascinado. En cambio, sí me apetece releer Memorias de África.

31 January 2015

Los diarios de Adán y Eva: en busca de la traducción perfecta



MONDAY.— This new creature with the long hair is a good deal on the way. It is always hanging around and following me about. I dont like this; I am not used to company. I wish it would stay with the other animals... Cloudy today, wind in the east; think we shall have rain... We? Where did I get that word?... I remember now, —the new creature uses it.

Extracts from Adam's Diary, MARK TWAIN



Para no eternizarnos, nos vamos a fijar principalmente en el problema del we.

Adán dice "think we shall have rain". En español la traducción más natural sería "creo que tendremos lluvia"; prescindiríamos del pronombre personal de sujeto: nosotros (we). El problema es que justo a continuación el uso de ese pronombre da pie a un chistecillo. Adán comenta lo extraño que le resulta haber usado la palabra we, no sabe de dónde la ha sacado... Ah, ya: la usa Eva.

¿Cómo nos las arreglamos para conservar el chiste en la traducción al español si en español Adán no ha usado la palabra nosotros?


******** AKAL ********


Lunes.—¡He ahí de nuevo la extraña criatura de largos cabellos!... Ahí está otra vez mirándome de hito en hito. ¡Y vaya si me desagrada su presencia!... No estoy acostumbrado a las compañías; reino en la soledad.¿Por qué no se irá la extraña criatura con los demás animales?... Hay nubes y sopla viento Poniente; tendremos agua con toda seguridad. ¿Tendremos? ¿De dónde habré sacado esta palabra?... Pero ahora recuerdo que la nueva criatura la emplea con frecuencia.

Traducción de A. Barrado


Adán se sorprende de haber usado la palabra "tendremos". ¿Se entiende bien el chiste de Mark Twain? Sí, pero quizá no con la misma inmediatez que en la versión original. Por otra parte, toda la traducción del fragmento parece un poco más libre que las que vamos a ver ahora.



****** TRAMA ******


Lunes 

La nueva criatura de pelo largo me sale al encuentro a cada momento. No deja de rondarme y de perseguirme. No me gusta, no estoy acostumbrado a tener compañía. Preferiría que se quedara con el resto de los animales... Día nuboso, con viento en el este. Creo que tendremos lluvia... ¿Tendremos? ¿De dónde he sacado esa palabra? Ahora lo recuerdo: la utiliza la nueva criatura.

Traducción de Cristina García Ohlrich


La misma solución que en el caso anterior: "¿Tendremos?" El otro gran problema de la traducción, ese "is a good deal on the way", se resuelve con un "me sale al encuentro a cada momento" que quizás suene menos coloquial que el original.



******* VALDEMAR *******


LUNES 

Esta nueva criatura de pelo largo me está estorbando mucho. Está siempre rondando y siguiéndome por ahí. No me gusta eso. No estoy acostumbrado a la compañía. Ojalá se quedara con los otros animales... Nublado hoy, con viento del Este. Creo que tendremos lluvia... ¿Nosotros? ¿Dónde conseguí esa palabra?... Ahora me acuerdo... la utiliza la criatura nueva.

Traducción de Rafael Santervás


Aquí el traductor opta por calzar un "¿Nosotros?" aunque el pronombre estuviese elidido en la frase anterior. ¿Un pelín forzado, quizás? También se podría debatir si el verbo estorbar admite bien el acompañamiento de "mucho" en ese contexto.



**** DEBOLSILLO ****


Lunes 

Esta nueva criatura del pelo largo empieza a ser un poco pesada. No hace más que seguirme y hacerse la encontradiza. No me gusta. No estoy acostumbrado a tener compañía. Preferiría que se quedase con los demás animales... Hoy está nublado, sopla viento de poniente, creo que tendremos lluvia... ¿Tendremos? ¿Por qué he dicho eso? Ahora caigo: la nueva criatura siempre habla así.

Traducción de Miguel Temprano García


Una solución original y bastante elegante aunque le pasa lo mismo que a las anteriores: el chiste original pierde un poco de inmediatez. No suena mal tampoco ese "empieza a ser un poco pesada", de momento la más coloquial de las traducciones.



* LIBROS DEL ZORRO ROJO *


Lunes
Esta nueva criatura de pelo largo se entromete bastante. Siempre está merodeando y me sigue a todas partes. Eso no me gusta; no estoy habituado a la compañía. Preferiría que se quedara con los otros animales. Hoy está nublado, hay viento del este; creo que tendremos lluvia... ¿Tendremos? ¿Nosotros? ¿De dónde saqué esta palabra...? Ahora lo recuerdo: la usa la nueva criatura.
Traducción de Patricia Willson


Se mantiene el "¿Tendremos?" y se calza también un "¿Nosotros?" un poco forzado. (La edición es muy bonita, por cierto.)



******* ALIANZA *******

 

Lunes 

Esta nueva criatura de pelo largo es un verdadero estorbo. Anda siempre rondándome y siguiéndome a todas partes. No me gusta; no estoy acostumbrado a la compañía. Ya podía quedarse con los demás animales... Día nublado y viento del este; creo que nos va a llover... ¿Nos? ¿De dónde me he sacado esa palabra? Ahora me acuerdo: la usa la nueva criatura.

Traducción de Borja García Bercero


Otra solución original, quizá la que expone el trasfondo gramático del chiste con más fidelidad. Mi favorita junto a la de Miguel Temprano García (DEBOLSILLO).

¿La de ustedes?



* (21/07/2015) Recientemente ha salido una nueva traducción:


*** IMPEDIMENTA ***



LUNES

Esta nueva criatura de pelo largo es un verdadero estorbo. Siempre anda merodeando a mi alrededor y me sigue a todas partes. No me gusta nada, porque no estoy acostumbrado a la compañía. Ojalá se fuera a pasar el rato con los otros animales... Hoy está nublado y el viento sopla del Este. Me da la sensación de que tendremos lluvia... ¡Un momento! ¿Quiénes tendremos lluvia? ¿Nosotros? ¿De dónde habré sacado esa palabra? ¡Ah, sí! La usa la criatura nueva.

Traducción de Gabriela Bustelo


No me gusta nada ese "¡Un momento! ¿Quiénes tendremos lluvia?" Creo que es añadir demasiadas cosas al texto. Tampoco veo necesario el "porque" de la tercera oración.

22 January 2015

Pequeños problemas éticos, nº 2

Tienes un blog en el que reseñas tus lecturas tratando de dar tu opinión con total sinceridad, tanto si es positiva como negativa. Un día cuelgas una reseña muy elogiosa del último libro que ha publicado una de tus editoriales favoritas. Poco después recibes un correo electrónico de la editorial. Te dan las gracias por la reseña y te piden tus datos postales para enviarte un obsequio: otro libro. De manera sutil te dan a entender que si el libro te gusta y hablas bien de él en el blog, recibirás más. Te llega el libro a casa, lo lees y no te gusta. Ni un poco. Nada de nada.

¿Qué haces?

Mediocre, de Néstor F.

A) No lo reseñas y 
(1)  le dices a la editorial que te ha gustado.

(2)  le dices a la editorial que no te ha gustado.
(3)  no le dices nada a la editorial.
B) Lo reseñas y
(1)  dejas claro que no te ha gustado nada. Además, 
      [a]  comentas que es un regalo de la editorial.
      [b]  no comentas que es un regalo de la editorial.
(2)  no dejas claro si te ha gustado o no. Además, 
      [a]  comentas que es un regalo de la editorial.
      [b]  no comentas que es un regalo de la editorial.
(3)  haces una reseña positiva. Además, 
      [a]  comentas que es un regalo de la editorial.
      [b]  no comentas que es un regalo de la editorial.

¿Cuál es la mejor opción desde un punto de vista ético? ¿Cuál es la peor?

17 January 2015

Entusiasmos que no comparto

Si quieres ganarte la admiración del público no hagas magia, ni ilusionismo, ni prestidigitación. Haz un plano secuencia.

Lo aclaro: la ironía va por True Detective. Cada vez que algún crítico comenta lo buena que es la serie, no deja de mencionar el plano secuencia del cuarto episodio. Y no, ya hemos oído demasiadas veces lo de que el mejor cine se está haciendo en la televisión; otro tópico triunfalista más, no.


¿Pero de verdad el plano secuencia de True Detective es de los que hacen Historia (con mayúsculas)? ¿Tan pocas cosas se han hecho aún en televisión? Porque lo que es en el cine, planos secuencia mil veces más memorables los hay a patadas. En el cine y en el mundo del vídeoclip. Si tenemos que poner por las nubes el plano secuencia de True Detective ¿qué no haremos con los vídeos de Ok Go?


Lo mejor que puedo decir del plano secuencia de True Detective es que anima una deriva argumental que amenaza coñazo. De mí no van a sacar más.

10 January 2015

La yuxtaposición no es para cobardes

Madrid. 7 de enero de 2015. Ocho y media de la tarde.
Durante una sesión de spinning suena en el gimnasio un remix de ese clásico del europop (francés) que en España conocemos mentalmente como 'Tuté Caó'.

Hasta aquí, nada fuera de lo normal.




Pero acto seguido y sin solución de continuidad, empieza a sonar la sintonía de Barrio Sésamo. Han leído bien: la sintonía de Barrio Sésamo. Y no una versión de Kate Ryan o de los pitufos makineros. No. Lo que suena es la versión original de la sintonía, la misma que abría  y cerraba el programa de Espinete y compañía. Con su coro de mujeres imitando las voces de niños.

Inexplicablemente, ninguno de los clientes del gimnasio (todos adultos) parece sorprendido, a pesar de que no es nada fácil decidir si aquello es un tramo de subidón (¿hay que pedalear más rápido?) o, por el contrario, de bajón. El monitor tampoco lo aclara. Sigue a lo suyo. No parece que llegue a los 30 años.

Poco a poco, la sintonía de Barrio Sésamo se va fundiendo con un tema dance inidentificable hasta que desaparece por completo. Todo vuelve a la normalidad. Se oye un suspiro de alivio.
Era bajón, sí.

Bajón.


Espinete. Una vez te dabas cuenta de que solo podía mover una mano (la derecha), ya no podías fijarte en otra cosa.

04 January 2015

Más refugios. Canciones de 2014

Tras el tradicional saqueo a las listas de lo mejor del año de páginas culturales y blogs amigos, ahí van mis canciones favoritas de 2014. 


No es la mejor cosecha del siglo (casi cualquiera de las del año pasado me gustaba más), pero algún diamante sí que hay.
Pasen y escuchen.


Take Shelter - YEARS & YEARS
Por todo. Irresistible.

Reservoir - METRONOMY
Por la melodía del chip, que tanto induce al silbido.

Thievery - ARCA
Porque el vídeo me hipnotiza. 

Overhelmed with Pride - AVI BUFFALO
Porque hace frío fuera y el clasicismo arropa.

Benvingut als Pirineus - PAU VALLVÉ
Por el dramatismo agazapado.

Cuesta abajo - LORENA ÁLVAREZ Y EL CORO DE LA DINAMO
Por rescatar el sabor de las voces al unísono.

Turn It - NEUMAN
Por esos coros tan de festival de verano en la playa.

Por el encanto, la despreocupación y el desparrame.

23 December 2014

Simes y nomes del cuarto trimestre

Sí o no, sin términos medios, porque para tibio ya está el pis.

  • Lo que sí:

La trama nupcial, de Jeffrey Eugenides

Resulta reconfortante encontrarse un realismo tan decimonónico en una novela contemporánea ambientada en el último cuarto del siglo XX. Hemos oído tantas veces eso de que en el mundo de hoy no se puede seguir escribiendo como Galdós [ja, ja, ja], esto es, como si el concepto de realidad no se hubiese roto en mil pedazos, que ya casi parecía que la única vía de experimentación que nos quedaba era precisamente esa: volver a escribir como si el concepto de realidad no se hubiese roto en mil pedazos. Quizá sea una opción retrógrada, no sé, pero tampoco es que andemos tan sobrados de refugios.

Mujeres excelentes, de Barbara Pym

Aunque me ha encantado (ha sido la sorpresa del trimestre), la recomendaría con mucha cautela porque creo que, si me ha gustado tanto, es en buena medida por ser yo quien soy: un amante de la ligereza y de las historias de solteronas. Miss Latbury, la protagonista, es uno de los personajes más deliciosos que me he encontrado en mucho tiempo. En la tercera página nos dice [traducción de Jaime Zulaika]: "Me apresuraré a añadir que no me parezco en absoluto a Jane Eyre, que debe de haber hecho concebir esperanzas a tantas mujeres feas que refieren su historia en primera persona, y que jamás he pensado en ser como ella". Y hacia la mitad de la novela, hablando de otro personaje: "Comprendí que se le podía amar en secreto y sin esperanza de correspondencia, lo cual puede ser muy grato para las jóvenes e inexpertas". A mí esta sensatez sin mojigatería, esta templanza, esta ausencia de autocompasión me caen simpáticas, qué quieren que les diga. Se suele comparar a Pym con Austen pero Austen siempre estaba un poco por encima de sus personajes, Pym no.

El antólogo, de Nicholson Baker

Continúa el idilio con Nicholson Baker. Aunque en esta ocasión, siendo objetivos, quizá se le podrían poner algunas pegas. Por ejemplo: mucha espuma y poco café. Pero, porras, es que a mí me gusta la espuma. O también: didactismo simplón y autocomplaciente (el protagonista, un poeta maduro, nos cuenta en primera persona todo lo que sabe sobre poesía). Pero, caray, es que a mí me gustan los manuales y las guías y las obras de divulgación en general; y mejor cuanto más facilitas, además. O incluso: sentimentalismo pueril. Pero, rayos, es que a mí... bueno, tampoco me voy a poner aquí a hablarles de mi eneatipo, ni de mi carta astral. Así que, en definitiva, no voy a ser yo quien diga que mi nueva pareja es bizca: para mí, tiene una mirada intensa.

Coherence, de James Ward Byrkit

Pertenece al mismo género que Memento, Primer, Los cronocrímenes y Triangle: películas-rompecabezas. Esta no es de las más complicadas (no hace falta verla con lápiz y papel al lado), pero tampoco es que sea de las más consistentes (diviértanse luego buscando en la red las críticas de los listillos de la clase). Aun así, cumple más que de sobra. Titular para que piquen (si es que no la han visto ya): "Más original que Interestellar".

Relatos salvajes, de Damián Szifrón

En el cine la gente aplaudió dos veces, en dos momentos especialmente tronchantes. La primera vez que vi al público aplaudir en un cine fue en Inglaterra, en el Robin Hood de Kevin Costner cuando aparece Sean Connery. Pero aquello era como un saludo o una bienvenida (con ustedes: Sean Connery). Lo de Relatos Salvajes es otra cosa; si fuese una tragedia lo llamarían 'catarsis'. Figúrense si será catártica que yo tenía sentado a la izquierda al típico pesado que hace comentarios en alto y la peli consiguió que no lo asesinase.

Magical Girl, de Carlos Vermut

Diamond Flash fue mi película favorita del año 2012. Magical Girl puede que lo sea de las estrenadas (aunque no de las vistas) en 2014. Ahora mismo, no hay ningún director español que me interese más que Vermut. Es cierto que ha domesticado un poquito su propuesta con respecto a Diamond Flash pero el misterio, la sugestión permanecen.

El lobo detrás de la puerta, de Fernando Coimbra

Los gurús del guión cinematográfico suelen decir que el detonante de la acción, el acontecimiento que dispara la historia, debe tener lugar en los 10-15 primeros minutos de la película. En El lobo detrás de la puerta nos lo encontramos en el primer minuto, cuando ni siquiera han aparecido todavía los personajes principales. A partir de ahí la película va a piñón, sin dar tregua, dosificando la historia con astucia pero sin trampas. Uno de los guiones mejor estructurados que yo haya visto últimamente. También una de las mejores interpretaciones (Leandra Leal).


  • Lo que no:

Antes de conocernos, de Julian Barnes

Todo el mundo parece estar de acuerdo en que Barnes es un escritor con estilo. "Flexibilidad, elegancia y precisión", decía hace poco José Luis de Juan en El País, refiriéndose a tres de las virtudes de ese estilo (sentido del humor, se suele decir también). Algo de eso iba buscando yo cuando empecé Antes de conocernos. No puedo decir que lo haya encontrado. Ni flexibilidad ni elegancia ni precisión, al menos no en la medida que esperaba. Al lado de El loro de Flaubert (1984) -por ejemplo-, Antes de conocernos (1982) me ha parecido un borrador sin depurar, un poco farragoso incluso [farragoso.- confuso por tener muchas cosas desordenadas o superfluas]. Un bizcocho que no llega a subir. Igual la traducción tampoco ha ayudado, no sé.

El adversario, de Emmanuel Carrère

El propio Carrère reconoce en el libro que tuvo dificultades a la hora de encontrar el punto de vista adecuado. En mi opinión, no llegó a encontrarlo pero, aun así, decidió seguir adelante. Tengo la sospecha de que Carrère creía que si profundizaba lo suficiente en la vida de Romand se toparía con un ser humano fascinante y el libro, entonces, se escribiría solo. Pero pronto se dio cuenta de que su protagonista no era fascinante en absoluto. Se dio cuenta de que si Romand había conseguido tener engañados a todos sus conocidos no era porque tuviese ninguna habilidad especial, sino porque se trataba de una persona totalmente gris, sin atractivo alguno (ni siquiera para su mujer), y a nadie le importaba realmente lo que hiciese cuando salía por la puerta. Sin embargo, en vez de reconocer eso tal cual, Carrère titubea, da palos de ciego y, lo que es peor, se pone pomposo. Mientras leía El adversario me acordaba todo el tiempo de Un juicio de piedra, la estupenda novela de Ruth Rendell, y me entraban ganas de dejar a Carrère con la palabra en la boca.

La cena, de Herman Koch

En la red de redes pueden encontrar varias reseñas (como esta de Carlos Tongoy) en donde les explicarán mucho mejor que yo por qué esta novela, aunque parte de una idea interesante, es tramposa, cobarde y no convence. Lo único que añadiría a esas reseñas es un breve comentario acerca de lo irritantes que resultan las maniobras de dilación que emplea el narrador para ir esquivando el meollo de la historia. Pues eso, dicho queda.

Big Bad Wolves, de Aharon Keshales y Navot Papushado

Para Tarantino, una de las mejores películas del año pasado. Para mí, no.  Supongo que a él le habrá gustado el tratamiento cómico de la tortura. A mí no, y no por escrúpulos morales sino simplemente porque no tiene puta gracia. En conjunto, de hecho, es una película bastante aburrida. Ustedes verán a quién de los dos le hacen caso pero luego no digan que no estaban advertidos.

The Babadook, de Jennifer Kent

El personaje saca un filete de la nevera. Parece fresco. Se da la vuelta para coger algo y, cuando vuelve a mirar, de pronto el filete está lleno de gusanos. Se lleva la mano a la boca para ahogar un grito, tapa el filete con un plato y sale de la cocina. Poco después vuelve a entrar, retira el plato y el filete está fresco otra vez, sin rastro de gusanos. ¿Se lo había imaginado todo el personaje? Nada de esto pasa en The Babadook, aunque la película sí que está llena de escenas de ese tipo: ¿imaginación o realidad? A mí no me gustan nada, hacen que me desentienda totalmente de la historia. Soy cartesiano, qué le voy a hacer.

Ida, de Pawel Pawlikowski

Durante los próximos días intentarán convencerles de que si no adoran esta película, entonces es que no tienen la más mínima sensibilidad artística o humana. ¿Tan buena es?, pensarán ustedes, ¿Por qué todo el mundo tiene tan claro que es una maravilla? No se preocupen, la peli lo pone fácil. Blanco y negro, encuadres inusitados (mucho aire por encima de los actores), planos estáticos, silencio, mucho silencio (tú di algo que en dos minutos te contesto), miradas fijas delante del espejo, una actriz que se enfada mucho, postguerra, nieve, monjas en la nieve (¡pero miren qué cartel!) y lo más importante de todo: se sabe que esta película es buena, pero buena de verdad, porque da frío. Arte y ensayo, señores, con todos los tics del género para que nadie tenga dudas. Arrodíllense o salgan fuera. Yo ya llevo un rato al sol.

14 December 2014

Pequeños problemas éticos, nº 1

Tu empresa te pide que anotes en un registro todas aquellas incidencias que detectes en los procesos de gestión administrativa, incluidos los errores de tus compañeros. El objetivo es mejorar la calidad de los procesos pero sabes que los empleados que acumulen más errores pueden ser amonestados y, llegado el caso, despedidos. También sabes que el hecho de no anotar una incidencia en el registro puede ser considerado una incidencia en sí misma.

Uno de tus compañeros es un desastre. Comete errores constantemente que ralentizan el trabajo de los demás. Todos lo sabéis, lo habéis comentado un montón de veces. Os fastidia un poco que sea tan incompetente pero no queréis que lo acaben despidiendo así que habéis dejado de anotar en el registro sus meteduras de pata.

Viñeta de Miguel Brieva

Un día ese compañero comete un error que afecta directamente a tu trabajo. No lo anotas en el registro y sacas adelante la tarea lo mejor que puedes. El cliente, un cliente importante, se queja a tus superiores. La culpa de todo la tiene el error de tu compañero pero, si tú no lo señalas, podría pasar inadvertido y entonces la responsabilidad recaería sobre ti. No eres un mal trabajador, tu nombre apenas aparece en el registro de incidencias, pero el cliente que se ha quejado es muy importante para la empresa.

¿Qué haces? ¿Llamas la atención sobre el error de tu compañero?
a) Sí. 
b) No, bajo ningún concepto. 
c) Depende. Si la empresa toma alguna medida en mi contra, sí. Si no, no. 
d) Le pido a a un compañero que lo haga por mí.

¿Son igual de éticas todas las opciones?

03 December 2014

Un cuento al mes: 'Miedo en la Scala' de Dino Buzzati


Para la primera representación de La matanza de los inocentes, de Pierre Grossgemüth (novedad absoluta en Italia), el viejo maestro Claudio Cottes no dudó en ponerse el frac.

Traducción de Javier Setó


Hay notables excepciones pero las novelas me suelen gustar realistas o tirando a realistas y los cuentos, fantásticos o tirando a fantásticos. Uno de mis cuentos favoritos de todos los tiempos es de Dino Buzzati y es fantástico: El colombre. Debería haber leído más relatos de Buzzati pero no lo he hecho. Así soy yo.
Azótenme.


Miedo en la Scala no es fantástico o tirando a fantástico (ooohhh...) sino realista o tirando a realista. Trata de ópera, política y miedo, y es sorprendentemente apropiado para estos tiempos en que la única forma de acojonar a nuestros gobernantes que parece que nos queda no pasa por organizar manifestaciones o escraches sino por contestar en las encuestas que vamos a votar a Podemos, ese partido. Incluso hay una aparición estelar del término 'casta'.

Tiene una atmósfera ligeramente enrarecida que recuerda a El ángel exterminador. Es muy fácil imaginarse una adaptación al cine de Miedo en la Scala dirigida por Buñuel. Aunque Berlanga tampoco lo habría hecho mal: el relato está repleto de personajes que apenas aparecen en dos líneas y luego se quedan sentados, al fondo. No soy devoto ni de Buñuel ni de Berlanga pero tampoco les resto mérito; los dos tienen al menos una película que me maravilla. Pues con Buzzati, de momento, lo mismo.

26 November 2014

Palabras, no tan raras, que nunca he usado (ni siquiera por escrito)


Promontorio

(Del lat. promontorium).

1. Altura muy considerable de tierra.
2. Cosa que hace demasiado bulto y causa gran estorbo.
3. Altura considerable de tierra que avanza dentro del mar.

Ej.1. María tiene unos promontorios muy bien hechitos.
Ej.2. Ahí te queda el promontorio. Tira tú de la cadena.
Ej.3. ¡Hala!¡Ya se ha vuelto a subir el gato al promontorio!

Y en primer lugar Google nos muestra esto:


No es Gibraltrar pero aprovecho: ¡Queremos nuestro promontorio de vuelta!

15 November 2014

Canciones que deberían ser más conocidas (XVI)



Lo contrario a la grima. Eso es lo que me produce esta canción. Un calorcillo interno, entre el tórax y el abdomen, que se difunde hacia las extremidades, como si me hubiese comido un pequeño sol. Y no acabo de entender el motivo (¿el truco?). Sé que tiene mucho que ver con las guitarras crepitantes del principio y con las notas sostenidas al fondo por el órgano. Pero creo que en realidad todo, TODO contribuye. No hablaré de capas de sonido superpuestas, no. Aquí no hay capas, aquí lo que hay es un auténtico edredón. Y vaya si abriga.

Folk Singer - Birdie

06 November 2014

¿Qué es lo más ético que uno puede hacer con su dinero cuando tiene mucho?


Oigo en la tele que Amancio Ortega es tan rico que podría gastar un millón de euros al día durante 150 años, mucho más tiempo del que le queda de vida.

*****

En una entrevista que hacen al Gran Wyoming en la Sexta, comentan que sus enemigos le acusan de dedicarse a la especulación inmobiliaria. La presentadora desliza un dato: el Gran Wyoming es propietario de 16 viviendas. Wyoming no lo desmiente.

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En el blog de la Patrulla de Salvación se preguntan si Rafael Chirbes debería renunciar al Premio Nacional de Narrativa:
"¿Es ético ser un artista que denuncia la corrupción y la exclusión social de gran parte de la sociedad generadas por ese ESTADO y aceptar una propina (un cheque, una palmada en la espalda, una sonrisa del ministro) de ese mismo ESTADO?"

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RAMÓN LOBO.- "¿Por qué las farmacéuticas no investigan en medicinas para pobres, tratamientos contra la malaria o el ébola?"

BELÉN GOPEGUI.- Supongo que lo sabemos, ¿no?


eldiario.es

27 October 2014

Un cuento al mes: 'No son tu marido', de Raymond Carver


Earl Ober era vendedor y estaba buscando empleo. Pero Doreen, su mujer, se había puesto a trabajar como camarera de turno de noche en un pequeño restaurante que abría las veinticuatro horas, situado en un extremo de la ciudad. Una noche, mientras tomaba unas copas, Earl decidió pasar por el restaurante a comer algo. Quería ver dónde trabajaba Doreen, y de paso ver si podía tomar algo a cuenta de la casa.

Traducción de Jesús Zulaika


Por culpa de un fenómeno que ya comenté hace tiempo aquí, tengo en casa un montón de libros de cuentos pendientes de leer. Así que, para ir dándoles salida, me he propuesto zamparme, como mínimo, un cuento al mes.

Comprometido quedo. Ustedes son testigos.


No son tu marido es el tercer relato de Carver que leo en toda mi vida. El segundo, Catedral, lo leí hace tres años y el primero, Bolsas, hace seis. Puedo decir que me leo un relato de Carver cada tres años. No es que sea algo intencionado, el azar tiene mucho que ver, pero sí que es cierto que, de momento, no he sentido la necesidad de aumentar la frecuencia.

Con Carver me pasa que empiezo uno de sus relatos y noto que me quiere llevar a algún sitio: "¡Ven! ¡Mira a este probre infeliz! ¡Vas a ver!" Pero llego a la última línea y me quedo con la sensación de que me he perdido algo, de que no he sabido entender por qué era tan importante mirar ahí, al pobre infeliz, o si debo sacar alguna lección de todo ello. Dicho de otra forma, con Carver tengo la impresión de estar delante de uno de esos profesores que te hacen una pregunta abierta y esperan que les respondas exactamente lo mismo que ellos están pensando en ese momento, como si fuera algo evidente.

Para mí, no es una sensación estimulante.

Con No son tu marido, además, tengo otro problema: el personaje de la mujer. Vale que tiene que tiene que actuar como actúa (o que no actuar como no actúa) para que el relato pueda llegar al chimpún final pero ¿no la convierte eso en un personaje demasiado pasivo y funcional, sin apenas interés? ¿Por qué en el título del relato el narrador se dirige a ella si luego, en realidad, no le interesa su punto de vista ni le da cancha como personaje? ¿Paternalismo?

En el lado bueno estaría el estilo seco y conciso de Carver, que tanta esperanza siembra en los talleres de escritura creativa.

28 September 2014

Simes y nomes del tercer trimestre

Sí o no, sin términos medios, porque también en las barras de pan lo más rico está en los extremos.

  • Lo que sí:

Submarino, de Joe Dunthorne

Si mi biblioteca estuviese ordenada por temática y tonalidad (que casi), esta novela iría entre El diario secreto de Adrian Mole, de Sue Townsend, y El libro de Rachel, de Martin Amis. El narrador es un adolescente neurótico y pedante, ingenioso, un poco cabrón y bastante cínico. Por supuesto, británico (galés). A mí me ha conquistado por los saltos constantes de un tema a otro, las digresiones, los comentarios mordaces, la desvergüenza maquiavélica, las idas de olla... Y por el segundo capítulo, titulado Infame: si lo leen y no les gusta, mejor dejen el libro.

Cuatro amigos, de David Trueba

Lo empecé un miércoles y el fin de semana me lo llevé a la playa para terminarlo allí, debajo de la sombrilla. Me estaba pareciendo entretenido sin más, un poco tópico, pero pasada la mitad del libro, la acción se trasladó a mi tierra y comenzó a cobrar importancia el tema de las oportunidades perdidas en el amor. No creo que la calidad de la escritura mejorase a partir de ese momento pero algo ocurrió, los planetas se alinearon, no sé, y entonces el libro me empezó a hacer compañía, como si lo hubiese escrito uno de mis hermanos, un amigo o un compañero de clase hablando de su vida. Así que dejé de buscarle defectos. ¿Acaso ustedes no habrían hecho lo mismo?

* Estos dos primeros simes se los tengo que agradecer a Indiganda Santos, siempre sensata en sus recomendaciones.

La carretera, de Cormac McCarthy

A todo el mundo le parece durísima, difícil de soportar. "No sé si podría volver a leerla", dicen. A mí no me ha parecido para tanto. Se mantiene en un plano bastante próximo a la fábula que, al menos a mí, no me invita a la implicación emocional. En mi opinión, el verdadero impacto de la novela no está tanto en el argumento (en casi cualquier otra novela postapocalíptica pasan más cosas) como en la fuerza de la imagen de partida, el icono: padre, hijo, carretera, cenizas, carrito de la compra. No creo que sea una novela redonda; se podrían eliminar algunos episodios y/o añadir otros y el resultado seguiría siendo el mismo. Pero ofrece algo quizá mejor y más perdurable que una buena historia: un nuevo mito.

Ritos de paso, de William Golding

Principios del SXIX. Durante un viaje en barco a Australia, un joven caballero inglés escribe un diario para su tío, que le ha pedido un relato detallado de la travesía. El joven cuenta que el barco apesta, que se marea, que el resto de los pasajeros no está a su altura (social)... Y así hasta más allá de la mitad del libro, sin una línea argumental clara. Suena mal pero en realidad resulta bastante cautivador. ¿Por qué? Por una extraña autenticidad que irradia el estilo y el carácter jovial del protagonista (imaginen a uno de esos niños bien de F. Scott Fitzgerald, fatuo y frívolo, escribiendo en el SXIX). Pasado el ecuador del libro, la cosa toma rumbo, se pone oscura y entonces comprendemos lo bien pensada que tenía Golding la estructura. Si no les atraen las novelas históricas de travesías en barco, este es su libro.

Vox, de Nicholson Baker

Junto con la novela de Golding, Vox ha sido la gran sorpresa de este trimestre. ¿Quién me iba a decir a mí que una novela que consiste únicamente en el diálogo que mantienen un hombre y una mujer en una party line pudiese ser tan embriagadora [perdón por el adjetivo, es apropiado pero un poco cursi, cuando la novela en realidad no tiene nada de cursi]? Repetiré con Nicholson Baker sin dudarlo ni un momento. Ya tengo a la espera La entreplanta (argumento: un hombre vuelve a su oficina después del descanso para comer y sube por una escalera mecánica, punto final) y confío también en poder hacerme con El antólogo y con Humo humano. Si no conocían a Baker, investiguen. Un filón.

Crímenes, de Ferdinand von Schirach

Ferdinand von Schirach es abogado. Los once relatos del libro están basados en su experiencia profesional. Pero no esperen (como esperaba yo) una serie de crónicas judiciales, al autor le interesan más las historias de sus clientes, cómo una persona más o menos normal puede llegar a perder pie en algún momento de su vida y cometer un crimen. Lo malo es que Von Shirach no deja de ejercer de abogado en su literatura, también aquí se encarga de defender a sus clientes contándonos la historia desde el punto de vista que más les favorece. Lo bueno es que todos los relatos son tremendamente efectivos. Todos conmueven, divierten o acongojan. Para Aristóteles se trataba de eso, ¿no?.

Boyhood, de Richard Linklater

En este caso no se fíen de mí. Antes de verla, ya había decidido que me iba a gustar. Linklater es uno de mis directores favoritos. No he visto ni una sola película suya que no me haya parecido interesante y soy muy pero que muy fan de la trilogía Antes de... (trilogía de momento, porque yo espero una cuarta entrega: así de fan soy). Boyhood no me ha decepcionado. Muchas películas tratan sobre la vida, sobre su sentido; Boyhood logra capturar su textura.

Compliance, de Craig Zobel

Durante los títulos de crédito del principio, aparece un rótulo enorme: INSPIRED BY TRUE EVENTS (Basada en hechos reales, dicen los subtítulos). Nos avisan para que no pensemos que la película es inverosímil, para que no digamos que ESO nunca podría pasar. Porque sí, por increíble que parezca, TODO lo que cuenta la peli ocurrió de verdad (en Youtube incluso se puede encontrar el vídeo real de los hechos). Yo recomiendo verla sin saber siquiera de qué va. Sólo un apunte: no es una peli de terror ni de asesinatos pero resulta más inquietante e incómoda que la mayoría de ellas.

Clear History, de Greg Mottola

Estrenos TV del canal HBO. Larry David interpreta al protagonista y firma el guión (junto a otros tres guionistas más). Recurramos al tópico: los gags funcionan como un mecanismo de relojería. Hablamos de gags de largo recorrido, que se basan en algo que hemos visto hace 15 minutos y que no mueren al momento sino que reaparecen más adelante con giros cada vez más graciosos. Así, aunque la primera parte de la película es algo sosita -los guionistas están sembrando-, la segunda en cambio es hilarante y no da tregua. Tampoco es que sea la comedia del año (no es tan graciosa) pero funciona.


  • Lo que no:

Menos que cero, de Bret Easton Ellis

Quería una novela de frases secas y argumento tirando a plano para leerla a poquitos en el transporte público y demás ratos muertos del verano en la ciudad. Tal como me esperaba (gracias a las reseñas de dos de mis blogueros favoritos), en eso cumplió. ¿Entonces por qué está en el grupo de los nomes? En pocas palabras: porque no sentí nada. Que otros decidan si ahí precisamente radica el mérito de la novela.

Las vidas de Grace, de Destin Cretton

Al principio no tiene mala pinta. El primer diálogo es prometedor. Nos encontramos ante una de esas pequeñas películas independientes, sencillas, humanas, que no ofrecen nada más ni nada menos que un pedacito de realidad. En este caso, un trocito de la vida de una trabajadora social. El drama cotidiano. La esperanza que no cesa. Sin embargo, a poco que rasquemos, por detrás de las buenas intenciones asoman los mismos tópicos de artefactos de Hollywood como Mentes peligrosas, con sus chavales problemáticos y sus educadores llenos de empatía. Y entonces ya no convence. Un consejo: mejor vean La clase.

El amor es un crimen perfecto, de Arnaud Larrieu y Jean-Marie Larrieu

Un rollo. La Crítica destaca la interpretación de Amalric (pffff), la elegancia (vale, la fotografía es bonita, hay nieve, un lago, edificios con mucho cristal: Suiza), el morbo (salen varias mujeres seductoras, dos de ellas jovencitas con sus respectivos pechos al aire), el tono irreal y casi casi cómico (es decir, rídiculo), el tratamiento heterodoxo y abstracto de los tópicos del thriller (traduzco: no llega a resultar intrigante de verdad, el ritmo es torpe), el "retrogusto persuasivo" que acaba dejando (vamos, que es más interesante hablar de ella con tus amiguitos que verla) y el sutil subtexto (bla, bla, bla). Que me la explique Jordi Costa, a ver si así me gusta menos todavía.

20 September 2014

Entusiasmos que no comparto

Algo me pasa con Mathieu Amalric.

Empieza la película, aparece él en pantalla y enseguida sé que su personaje no me va a importar lo más mínimo, que sólo me va a producir indiferencia, como los berberechos en el arroz. Ya puede pasarlas canutas (hablamos del tipo que protagonizó La escafandra y la mariposa) que a mí me la refanfinfla.


Tendría que verlo haciendo de hermano pequeño de Isabelle Huppert. Él le echaría el humo del cigarrillo a la cara y ella le miraría con ese aire tan suyo de "si te murieses ahora mismo no movería ni una ceja". Creo que solo así conseguiría arrancarme alguna emoción. Compasión, claro.

14 September 2014

Canciones que deberían ser más conocidas (XV)



Parece hecha de retales de distintas telas cosidos juntos. O de papeles de regalo que tenían guardados porque, de lo chulos que eran, incluso ya daba pena rasgarlos al despegar los celos. Y es que sabían que si los pones todos juntos, los retales o los papeles, no te puedes equivocar: ahí hay buena materia prima. Aunque, claro, siempre hay algún estampado, algún color que llama la atención más que otro. En este caso, los de la chica. Para enmarcar.

Party - Envelopes

05 September 2014

Yo me sé uno

De pequeño mi chiste favorito no era el de Mis Tetas ni el del Fantasma de los Ojos Verdes, era uno que contaba Eugenio en este mítico disco de inquietante carátula. Siempre que en el recreo, en un cumpleaños o en una reunión familiar me veía en medio de una tormenta de chistes, yo participaba con el mismo.


La profesora entra en clase y se encuentra una caca encima de la mesa. Pregunta a los alumnos quién ha sido pero nadie responde. Niños, vamos a cerrar los ojos y el responsable escribirá su nombre en la pizarra; si lo hace, prometo no enfadarme. Cierran los ojos. Al fondo de la clase se empiezan a oír unos pasos que se van acercando poco a poco a la pizarra [Eugenio imita el ruido de los pasos acercándose: ploc, ploc, ploc]. Los pasos se detienen y se escucha entonces el sonido de una tiza en la pizarra [Eugenio imita el sonido de la tiza deslizándose por la pizarra, sss, sss, sss]. Después, los pasos vuelven poco a poco al fondo de la clase [ploc, ploc, ploc : Eugenio clava el descenso progresivo del volumen de los pasos]. Cuando la profesora y los alumnos abren los ojos, ven que encima de la mesa hay otra caca y en la pizarra pone: El cagador justiciero ataca de nuevo.


Me encantaba. Lo tenía todo. Desafío a la autoridad, misterio, un enmascarado carismático (yo me lo imaginaba como el Zorro), narrativa onomatopéyica y, sobre todo, caca. Nunca es tan fascinante la caca como cuando somos niños. Qué placer hablar de excrementos en público, transgredir el tabú. Y si hay adultos delante, mejor.

Terminaba de contar el chiste y también yo me sentía un poco cagador justiciero.

27 August 2014

Una anecdotilla de este verano

Al entrar en el palacio nos cruzamos con un grupo de turistas españoles que ya han terminado su visita y oímos que una de las mujeres del grupo le pregunta a otra:

"¿Abajo había algo que fotografiar?"

No dice ver, dice fotografiar.




Los indios tenían razón: la fotografía nos roba el alma.

28 July 2014

Propuesta para una Canción del Verano sin Enrique Iglesias

Instantánea, como el Nesquik.


No se me quejarán.

13 July 2014

La música me habla

A veces veo historias. En la música.

Aquí veo una pareja discutiendo.



En el minuto 2:06 uno de los dos se pone a llorar.


En esta otra veo un asesinato con arma blanca (desde Psicosis sabemos a qué suena un cuchillo).



No todo el mundo está de acuerdo conmigo. En una peli reciente (cuyo título no diré para evitar spoilers) la usan de banda sonora para una escena donde nadie mata a nadie: los médicos le acaban de decir a la protagonista que su hijo tiene una enfermedad muy grave. La Muerte al acecho, eso sí.


Y en esta composición genial no puedo evitar ver la extinción de la Humanidad (alegre que es uno).




Esta última tiene trampa. Era la sintonía de este programa de televisión de los 80 y las imágenes (no me digan que no) tienen un aire postapocalíptico que se ha quedado pegado a la música sin remedio. De pequeño me dejaba acongojado.