31 December 2020

El principio del fin. Canciones de 2020

 Aquí la tienen, mi lista de canciones del 2020, más improvisada que nunca.





Si echan de menos a C. Tangana, sepan que me encantan sus dos hits del 2020, salvo cuando canta él. Si echan de menos a Dua Lipa, sepan que su hit del 2020 me parece resultón pero muy soso en comparación con su hit de 2019; quizás no lo he escuchado lo suficiente. 


Por el estribillo, probablemente mi favorito del año.

My RajneeshSUFJAN STEVENS
Porque es Sufjan at his best.

Mosquita muertaCHICO Y CHICA
Porque no quiero oler a nada.

In Spain We Call It Soledad - RIGOBERTA BANDINI
Por el bilingüismo desacomplejado y el subidón.

7 secondsPORRIDGE RADIO
Por el lento y firme crescendo hasta el grito.

On Your Side - THE INNOCENCE MISSION
Porque amansa la fiera que hay en mí.

Comment est ta peine?BENJAMIN BIOLAY
Porque con ese tapiz instrumental me pueden cantar lo que quieran.

IN A DREAM TROYE SIVAN
Por el ritmo despreocupado y el uh-uh-uh. 

Porque desde el principio no para de soltar ganchos y todos aciertan.

Double Trouble - FIRE SAGA 
Por ganar Eurovisión en un año sin Eurovisión.


*25/01/2021 - Y para cerrar el círculo (y porque no la conocía cuando hice la lista) añado otra canción sobre mundos que llegan a su fin:

El fin del mundo - LA LA LOVE YOU

19 December 2020

Mis lecturas de 2020 ordenadas en 10 niveles distintos de disfrute personal, del entusiasmo al aburrimiento

Este año he leído muchísimo. Gracias, Covid, pero no compensas.


ME FLI-PA-RON

El buen soldado - Ford Madox Ford

Imaginen que un señor muy educado que aparenta ingenuidad e indefensión —un incauto— les entrega un puzzle en distintos tonos de gris con la promesa de que, una vez completado, obtendrán una hermosa estampa romántica. 
Pero ustedes, mientras van encajando las piezas, comienzan a sospechar que en realidad lo que tienen entre manos es una imagen obscena.
Y de pronto les parece que, bajo ese bigote frondoso, el hombrecillo se está relamiendo.
Pues así me sentí yo al leer esta novela.
Aquí hablé más de ella.

Las Brontë fueron a Woolsworth - Rachel Ferguson

No sé qué tiene esta novela que todo en ella me pareció entonado y me hizo gracia, hasta los toques más estrafalarios y crípticos. Creo que fue una cuestión de actitud, la de las hermanas protagonistas y su madre. Me gustaría poder decir que en la vida yo estoy en su bando. No estoy seguro. Pero en la literatura sí. Totalmente de su parte.
Ya ha salido antes en el blog, aquí y aquí.


El hermano del famoso Jack - Barbara Trapido

Con esta me pasó casi lo mismo que con la anterior, pero en este caso sí podría decir por qué. El encanto fue menos difuso. Aquí traté de explicarlo. ¿Nunca les ha pasado que han conocido a la familia de un amigo y han quedado fascinados por ese grupo humano hasta llegar a pensar que podrían vivir más contentos entre esas gentes que con su propia familia? Yo me quedaría a vivir con Katherine (que tanto me recuerda a una amiga a la que tristemente veo poco) y los Goldman.


MENCANTARON

El hotel de Mrs. Palafrey- Elizabeth Taylor


Nítida y profunda. La novela más conmovedora que he leído este año. Aquí la recomendé.


La piedra de moler - Margaret Drabble


Estoy empezando a ver un patrón: 2020 ha sido mi año de enganche con personajes adorables. ¿La soledad del confinamiento, quizás? También la recomendé aquí.


Todo esto para qué - Lionel Shriver


Dinero. Enfermedad. Familia. LOS TEMAS.


Un matrimonio de provincias - Marquesa Colombi


El enamoramiento tratado desde mi punto de vista preferido: escepticismo risueño. Otro que recomendé aquí.


ME GUSTARON MUCHO (algunos solo en momentos puntuales)

Los misterios de Pittsburg - Michael Chabon (aquí)
El castillo ambulante - Diana Wynne Jones (aquí)
La habitación de Giovanni - James Baldwin
Retorno a Brideshead - Evelyn Waugh
Una habitación con vistas - E. M. Forster
La hermandad de la uva - John Fante
Infernales - Laura Ramos
Arkansas - David Leavitt (aquí)
Rosaura a las diez - Marco Denevi (aquí)
Una casa y su amo - Ivy Compton-Burnett (aquí)
Nunca me abandones - Kazuo Ishiguro
La cicatriz - Bruce Lowery (aquí)


ME GUSTARON BASTANTE (sin grandes picos ni valles)

Tantos días felices - Lauren Colwin
El amigo - Sigrid Nunez
A propósito de Abbott - Chris Bachelder (aquí)
Bajo este sol tremendo - Carlos Busqued
Amor fraterno - Pete Dexter (aquí)
La habitación de invitados - Helen Garner (aquí)
Mi padre y yo - J. R. Ackerley
El eternauta - H. G. Oesterheld & Francisco Solano López
Los fabulosos Frank - Michael Frank
Juego de espías - Michael Frayn
El blues de Beale Street - James Baldwin
Ladrón de cuarteles - Tobias Wolff
Estío - Edith Wharton
Miau - Benito Pérez Galdós
El honor perdido de Katharina Blum - Heinrich Böll
El puente de San Luis Rey - Thornton Wilder


ME PARECIERON INTERESANTES (pero a ratos fui incapaz de disfrutarlos)

Butcher's Crossing - John Williams
Hace tiempo que vengo al taller y no sé a lo que vengo - Jorge de Cascante
Arsene Schrauwen - Oliver Schrauwen
Ángeles rebeldes - Robertson Davies
Adiós, hasta mañana - William Maxwell
La casa del sueño - Jonathan Coe
Las hijas de otros hombres - Richard Stern
Afinidad - Sarah Waters
La piel fría - Albert Sánchez Piñol

ME HICIERON PASAR EL RATO (pero no me dejaron poso)

Las batallas en el desierto - José Emilio Pacheco
El padre de un asesino - Alfred Andersch
Fama - Daniel Kehlman
Para español pulse 2 - Sara Cordón
El libro de Sarah - Scott McClanahan
Género Queer -  Maia Kobabe
La anciana señora Webster - Caroline Blackwood
Autorretrato - Edouard Levé
Diario de un escándalo - Zöe Heller
Normas de cortesía - Amor Towles
La adúltera - Theodor Fontane
Trescientos días de sol - Ismael Grasa
El profesor - Charlotte Brontë


ME DECEPCIONARON (pero los acabé sin problema)

Personajes desesperados - Paula Fox
La formación de una marquesa - Frances Hodgson Burnett
Saga - Tonino Benacquista
Body - Harry Crews
Plata quemada - Ricardo Piglia
Hablando del asunto - Julian Barnes
Paradero desconocido - Kathrine Kressmann Taylor


ME ABURRIERON (y me costó terminarlos)

Un mes en el campo - J. L. Carr
Fiesta en una botella - John Collier
Viaje con Venus - Ánguelos Terzakis
Lolly Willowes - Sylvia Townsend
La esposa - Meg Wolitzer
El juego serio - Hjalmar Söderberg
Dónde estás Bernadette - Maria Semple
Jack el Oso - Dan McCall
La hija de Robert Poste - Stella Gibbons

LOS ODIÉ (y solo los terminé por cabezonería)

Primer amor - Ivan Turguenev
Nada se opone a la noche - Delphine de Vigan (aquí)
Mercaderes del espacio - Frederik Pohl & Cyril M. Kornbluth


LOS ABANDONÉ

La vida muerte de David Debrizzi - Paul Micou
Memoria de Leticia Valle - Rosa Chacel
Una paz solo nuestra - John Knowles
Quién fuera Dios - Tibor Fischer
Edisto - Padgett Powell
Lunario del paraíso - Gianni Celati
La comedia humana - William Saroyan
Sueños de Einstein - Alan Lightman
Las chicas - Emma Cline
Ellen Foster - Kaye Gibbons
Todo está iluminado - Jonathan Safran Foer
El viaje involuntario de un suicida por afición - Einzlkind

13 December 2020

La cicatriz, de Bruce Lowery: sime

1. ¡Qué maravilla! Coges un libro del que apenas sabes nada, te pones a leerlo sin expectativa alguna y al rato te encuentras con que no puedes soltarlo hasta la última línea. Y solo por eso ya lo aprecias más.

2. ¿Literatura juvenil? Sí, pero no solo. Leída en la adolescencia te puede dejar marcado. Como Rebeldes. Como El guardián entre el centeno. Pero pobres los lectores adolescentes que se acerquen a La cicatriz porque apenas encontrarán nada que los reconforte. Incluso leída en la madurez resulta bastante desoladora.

3. Justo hoy he leído que Harry Whittington, un escritor de novelas pulp, daba el siguiente consejo para crear novelas imposibles de abandonar: "El suspense es mayor cuando algún personaje que amamos elige una alternativa que odiamos". Bruce Lowery estaría de acuerdo.

4. Se publicó en 1960 —en francés— y está ambientada en 1944, pero apenas se le notan los años. Madera de clásico, podríamos decir.

5. En las ficciones que tratan el problema del acoso escolar me suele molestar la simplificación: el niño malo popular se mete con el niño bueno diferente. No digo que a veces no se reduzca a una cuestión tan simple como esa, pero en mi colegio siempre tuvo más que ver con las dinámicas de grupo. Todo grupo es excluyente por definición. Asombra que La cicatriz haga tan pocas concesiones al tratar ese tema. Asombra la concentración de matices. La sencillez con que el autor introduce temas secundarios (diferencia de clases, religión) que dan complejidad a la novela.

6. Igual me flipo, pero me ha parecido mejor que otras novelas cortas mucho más populares y renombradas (pienso en Zweig, en Turguenev, en Uhlman, en Steinbeck, por ejemplo). Aunque está descatalogada, en España no es difícil encontrarla de segunda mano por menos de 5 euros. Quedan avisados. 

7. Tengo mis reservas con el final, tan efectista, pero no voy a negar que me ha roto un poco el corazón. 

29 November 2020

5 recomendaciones: libros de cuentos

 Para ti que...


1) Buscas un mezcladito de cuentos de distintos géneros, tanto de gama realista como fantástica. Te hace gracia este comienzo. De los libros de cuentos te dan pereza las diferencias de calidad (a veces enormes) entre unos y otros; lo tuyo son los álbumes de Grandes Éxitos.

Doce historias y un sueño, de H. G. WELLS





2) Te reíste a carcajadas con Mi familia y otros animales. No te amedrenta la posibilidad de leer un relato de terror que podría hacerte sudar cada vez que entres en una habitación dominada por un espejo.

La excursión, de GERALD DURRELL





3) En su día no discutiste que un compositor de canciones mereciese ganar el Nobel de Literatura así que tampoco vas a discutir que un cómic merezca estar en esta lista. Como antídoto a Veneno (la serie), buscas una lectura que te emocione con sensibilidad y sutileza.

El olmo del Cáucaso, de TANIGUCHI & UTSUMI





4) Crees que las mujeres merecen una representación en la narrativa mejor que la que han tenido hasta ahora en manos de una gran parte de los autores de género masculino. No sueles apreciar el humor negro. Los cuentos muy cortos te dejan siempre a medias.

Pequeños cuentos misóginos, de PATRICIA HIGHSMITH





5) Odias leer, no sabes cómo has llegado a este estúpido blog, escrito por el típico frustrado pedante que presume de buen gusto para quedar de guay, y ni loco te acercarías a ninguna de las mierdas que se recomiendan en esta entrada.

Crónicas marcianas, de RAY BRADBURY






Esta vez no he recurrido al clickbait.

15 November 2020

Filias literarias

Finalmente en ese momento entró la mucama con varios platos. Digo felizmente, porque yo no sabía ya qué decir, ni qué hacer, ni dónde mirar. Me sentía molesta, como si estuviese moviéndome desnuda delante de un espejo. 

***

¡En cambio él! Yo nunca podré olvidar la cara de él, el día del casamiento, aquella cara como achicharrada, como un papel que se quema y se arruga, como un globo que se desinfla. Y los ojos, aquellos dos ojitos que brillaban, enrojecidos, como dos granos que asoman por un tajo de la corteza de una granada seca y podrida. Ni una sola vez miró a la novia, ni le habló, ni le tomó las manos. Estaba junto a Rosaura como un chico al que le han encargado vigilar un cadáver.

***

Físicamente ustedes lo conocen. Un gurrumino. Las piernas, el cuerpo, los brazos, todo lo tiene hecho a escala reducida. No es un hombre. Es la maquette de un hombre, la muestra gratis.

***

Pero estaba atento a lo que yo le diría. Se quedó en esa actitud especialísima del que mira para un lado y simultáneamente aguza el oído hacia el lado opuesto. 



Rosaura a las diez, MARCO DENEVI

08 November 2020

Una casa y su dueño, de Ivy Compton-Burnett: sime

1.  A menudo se compara a Ivy Compton-Burnett (1884-1969) con Jane Austen. En su prólogo para la edición de A House and its Head de NYRB, Francine Prose dice «Jane Austen on bad drugs» (una Jane Austen muy fumada, traduciríamos en España si fuese una película). Mi aportación a la comparativa: con los planos de Jane Austen para una casa señorial de campo, Ivy Compton-Burnett va y te hace un panteón románico.

2. De Austen tenemos todo ese mundo de familias pudientes y no tan pudientes de la campiña inglesa del XIX, médicos, damas solteras y clérigos que se hacen visitas, se devuelven las visitas, conversan sobre la mejor manera de ajustarse a las convenciones sociales, calculan matrimonios, rentas y herencias, se hacen los virtuosos, cotillean. En definitiva: hablan. Hablan mucho y con un estilo muy pero que muy formal.  

3. Una diferencia fundamental con respecto a Austen: no hay una heroína protagonista que al final gana algo (sabiduría, un marido).

4. La novela se compone de un 99% por cierto de diálogos en estilo directo y un 1% de indicaciones del narrador sobre el aspecto de los personajes y el espacio en el que se encuentran al empezar cada conversación. Ese 1% es tan escueto que la sensación predominante es la de estar asistiendo a una representación teatral con los ojos vendados.  

5. El lector tiene que poner mucho de su parte. A menudo resulta difícil saber si un personaje está
 
    (1) hablando en voz alta para todo el grupo, 
    (2) hablando en voz baja solo para un personaje del grupo que 
        [a] le contesta, 
        [b] no le contesta,
    (3) hablando para sí mismo.

6. Por lo que he dicho hasta ahora igual no lo parece pero es una novela bastante divertida. Hay giros inesperados. Un pequeño caso criminal. Sordidez (siempre fuera de escena). Villanos en la sombra. Dúos cómicos. Al menos la mitad de los personajes tienen un punto humorístico. Metepatas. Con tendencia al sarcasmo. Ridículos que se ponen en evidencia... Eso sí: es un humor de media sonrisa.

7. Una frase que me guardo para mi vida cotidiana:

    —Qué pesadez que la excepción confirme la regla.

[Traducción de Bettina Blanch Tyroller]

30 October 2020

Estos son mis principios (XIII)


Era el peor de los tiempos, era el peor de los tiempos.

Otoño, ALI SMITH

[Traducción de Magdalena Palmer]

18 October 2020

Moby Dick: en busca de la traducción perfecta



His story being ended with his pipe's last dying puff, Queequeg embraced me, pressed his forehead against mine, and blowing out the light, we rolled over from each other, this way and that, and very soon were sleeping.

Moby Dick, HERMAN MELVILLE


En esta ocasión no vamos a comparar la traducción del principio de la novela, sino la traducción del último párrafo del capítulo XII. ¿Por qué? Pues porque hace poco en las cuentas de Twitter de El cosmonauta, Nacho Cerrato y Cómete la sopa, Kafka se comentaron dos traducciones de ese párrafo casi opuestas y me entraron ganas de comparar el resto de traducciones de la novela.

La pregunta clave es: ¿qué hacen Ismael y Queequeg después de abrazarse y juntar las frentes?

Parece una pregunta sencilla, un lector angloparlante seguramente no tendría demasiadas dudas, pero ¿todas las traducciones al español dicen lo mismo?

Veámoslo.


* PENGUIN *



Su relato terminó con la última pitada a su pipa moribunda. Queequeg me abrazó, apoyó su frente contra la mía, apagó la luz de un soplido y nos volvimos la espalda en el lecho. Pronto nos quedamos dormidos.

Traducción de Enrique Pezzoni


Los personajes se dan la espalda y se duermen. La traducción de Pezzoni (de la novela en su totalidad, no de este párrafo concreto) se considera canónica. Es la preferida por muchos lectores (a ambos lados del Atlántico) y algunos traductores (como Andrés Barba) la mencionan como una referencia fundamental.

Por decir algo al margen de la polémica postural, se podría debatir si «pitada» y «lecho» son las mejores elecciones posibles, o si lo moribundo debería ser la pipa o la pitada.


* NAVONA *



Terminada su historia con la última bocanada moribunda de su pipa, Quiqueg me abrazó, apretó su frente contra la mía, y apagando la luz de un soplo, rodamos uno sobre otro, de acá para allá, y muy pronto nos quedamos dormidos. 

Traducción de José María Valverde


Los personajes ruedan uno sobre otro de acá para allá. Más movidito todo. ¿Más sexual? 

José María Valverde fue un traductor reputado. Hace poco en un librería de segunda mano, oí a una señora mayor con aspecto de profesora de universidad pedir específicamente la traducción de Moby Dick de José María Valverde; la edición o el estado del ejemplar la daba igual, pero tenía que ser la traducción de Valverde (por suerte, en la librería tenían uno). Sin embargo, no todo el mundo tiene tan buena opinión de su trabajo. Su traducción de Emma, por ejemplo, ha recibido bastantes críticas.

Pues estos son los equipos: personajes que se dan la vuelta vs. personajes que ruedan uno sobre otro. Traductores al español de Moby Dick, ¿en qué equipo estáis?



* ALIANZA *



Al acabar su historia con la última bocanada moribunda de su pipa, Queequeg me abrazó, presionó su frente contra la mía y, apagando la luz de un soplo, nos dimos la vuelta, uno para cada lado; y pronto nos quedamos dormidos.

Traducción de Maylee Yábar-Dávila


Se dan la vuelta. Además, se mantiene la referencia a los lados contrarios.

Por cierto, ¿prefieren ustedes la frente presionada, apretada (como decía Valverde) o apoyada (como decía Pezonni)?


* AKAL *


Terminada su historia con la última agonizante bocanada Queequeg me abrazó, presionó su frente contra la mía y, apagando la luz de un soplido, nos dimos la vuelta alejándonos el uno del otro, a este y aquel lado, y muy pronto estuvimos durmiendo.

Traducción de Fernando Velasco Garrido


Se dan la vuelta y, además, se alejan. Que corra el aire.

De todas las traducciones, es la única que no usa la expresión quedarse dormido. Tengo que decir que me resulta un poco extraño el tiempo verbal «estuvimos». Creo que me había extrañado menos «estábamos».


* VALDEMAR *



Concluida su historia con su última bocanada de humo, Queequeg me abrazó, presionó su frente contra la mía, y tras apagar la luz, nos separamos el uno hacia un lado, el otro hacia el otro, y nos quedamos dormidos enseguida.

Traducción de José Rafael Hernández Arias


Se separan cada uno a un lado. Queda implícito que se dan la vuelta.

Desaparece la pipa pero aparece el humo, que no es moribundo ni agonizante. Tampoco hay soplo ni soplido para apagar la luz.


* SEXTO PISO *



Terminó su relato con la última bocanada a la pipa. Queequeg me dio un abrazo, apoyó su frente contra la mía, apagó la luz de un soplido y nos dimos la espalda en la cama. No tardamos en quedarnos dormidos.

Traducción de Andrés Barba


Se dan la espalda. Andrés Barba es novelista, además de traductor. Su versión es la más tersa de todas. No sé si, debido a eso, enmascara un poco el estilo de Melville, más altisonante.


Conclusión: quizá la (evidente) ternura entre Ismael y Queequeg hizo que José María Valverde fantasease un poco en la oscuridad. No estoy seguro. No sé suficiente inglés como para determinar cuánta ambigüedad percibe un hablante angloparlante en ese «we rolled over from each other». Aunque me inclino a pensar que si Melville hubiese querido sugerir algo parecido a lo que sugiere Valverde, no habría optado por la preposición «from», asociada a los conceptos de distancia, separación. 

Se admiten aportaciones, cómo no.


* Entrada/post libre de chistes con el apellido Pezzoni.

09 October 2020

El hermano del famoso Jack, de Barbara Trapido: sime

1.  Advierto: algunos lectores no pueden evitar caer rendidos al encanto de esta novela. En la contracubierta María Semple —guionista y novelista especializada en comedia quirky— nos grita: «¡El mejor libro que he leído jamás!». Yo no diría tanto, pero caer he caído.

2. Amantes de los Glass de Salinger y de los Tenenbaums de Wes Anderson, les presento a los Goldman de Trapido, también intelectuales diletantes con tendencia a la pedantería, pero mucho menos atormentados. Disfruten de la compañía.  

3. Hace poco vi Normal People, la serie basada en la novela de Sally Rooney, y me pareció desesperante la poquísima inteligencia emocional de los protagonistas. Qué ganas todo el tiempo de matarlos a bofetadas. Y lo peor es que la serie encima romantiza esa estupidez. La supuesta sublimidad del tormento amoroso sufrido en silencio. En cambio, con los personajes de El hermano del famoso Jack tuve la sensación opuesta: ninguno de ellos se calla nada que le preocupe (o no por mucho tiempo). Y encima son asertivos y tienen sentido del humor. Qué gusto, amigos. Así sí.

4. Una cita que se me ha quedado pegada a la memoria:
¿Por qué las mujeres siempre estáis hablando de vuestras intimidades? Ponerse a escuchar las charlas de las mujeres es como sentarse en un grupo de apoyo.
[Traducción de José Manuel Álvarez Flórez]

Fuera de contexto puede parecer un cuñadismo sin más —algo que podría decir el personaje de Woody Allen en Annie Hall— pero, ay, en su contexto. En su contexto es como una de esas pullas amables que solo lanzas a alguien a quien aprecias. Un contexto deseable: también la novela es eso.

5. Si en literatura existe un talento consistente en dar a los capítulos la duración / la longitud perfecta, Barbara Trapido lo tiene. Entre otros muchos.

6. Los diálogos, por ejemplo. ¡Qué diálogos! Los más vivos y naturales que he leído en mucho tiempo. En ninguna de las intervenciones tiene uno la sensación de que habla la autora disfrazada del personaje, o de que se fuerza el ingenio en busca de la cita, del chiste o del guiño al lector. Diálogos sin costuras, podríamos decir (salvo en una o dos escenas, tampoco les voy a engañar).

7. Entre los tópicos que nunca jamás he dicho sobre una novela se encuentra este de aquí: «No quería que se terminase». Pues ya ha llegado el día: «¡No quería que se terminase!». Entre exclamaciones y todo.

06 October 2020

De cómo Jonathan Coe (el escritor) predijo Boyhood (la película) o Richard Linklater (el director) leyó La casa del sueño (la novela)


Publicada en 1997


... De hecho estoy escribiendo un guión (...) Os voy a contar de qué va, ¿vale? Es la historia de toda la vida de un tío, ¿entendéis?, y lo va a interpretar el mismo actor todo el rato y se va a rodar a lo largo de cincuenta años. Se le verá pasar de niño a viejo en el espacio de hora y media. 

La casa del sueño, JONATHAN COE

[Traducción de Javier Lacruz]


Rodada de 2002 a 2013

27 September 2020

¿Qué traducción es mejor?

Título: Loitering with Intent
Autora: MURIEL SPARK



OPCIÓN 1 — Merodeando con aviesa intención
Traducción de Carlos Milla

Un día, a mediados del siglo XX, me hallaba sentada en el interior de un camposanto, todavía sin demoler, de la londinense zona de Kensington cuando un joven policía, que caminaba por el paseo, alteró su rumbo y se acercó a mí. Era tímido y risueño, bien hubiera podido creerse que se aproximaba sobre la hierba para proponerme un partido de tenis. Solo quería saber lo que estaba haciendo, pero saltaba a la vista que no le hacía gracia preguntar. Le dije que estaba escribiendo un poema y le ofrecí un emparedado que rehusó, ya que acababa de comer.


OPCIÓN 2 — La entrometida
Traducción de Lucrecia M. de Sáenz
Un día, a mediados del siglo XX, estaba sentada en un antiguo cementerio de Kensington que todavía no había sido demolido, cuando se me acercó un policía. Era tímido, sonreía, y podría pensarse que atravesaba el césped para invitarme a un partido de tenis. Pero solo quería saber que hacía yo allí, aunque era evidente que no le gustaba tener que preguntármelo. Le dije que estaba escribiendo un poema y le ofrecí un sandwich que rechazó porque acababa de comer.


EL TEXTO ORIGINAL

One day in the middle of the twentieth century I sat in an old graveyard which had not yet been demolished, in the Kensington area of London, when a young policeman stepped off the path and came over to me. He was shy and smiling, he might have been coming over the grass to ask me for a game of tennis. He only wanted to know what I was doing but plainly he didn’t like to ask. I told him I was writing a poem, and offered him a sandwich which he refused as he had just had his dinner, himself.

17 September 2020

Canciones que deberían ser más conocidas (XXVIII)

 

En el ranking de canciones sin voz en el estribillo, esta debería ocupar un lugar muy alto. Y es que no solo no hay voz sino que el protagonismo se cede a un piano y a un carrillón (creo), dos instrumentos que en solitario me suelen irritar un poco. Pero qué gran pareja hacen aquí. Las guitarras encienden una hoguera al principio de la canción. Anochece en las voces, sopla el viento. Llueve, lloverá, nos dicen el piano y el carrillón en el estribillo. Pero la lluvia es bien recibida por la percusión, el bajo y los coros. Se acerca el otoño.

Big Coat - Wiretree

31 August 2020

Estos son mis principios (XII)


 

Eunice Parchman asesinó a la familia Coverdale porque no sabía leer ni escribir.

Un juicio de piedra, RUTH RENDELL

[Traducción de Adela Miró Sans]

19 August 2020

La edad de la inocencia: en busca de la traducción perfecta




On a January evening of the early seventies, Christine Nilsson was singing in Faust at the Academy of Music in New York. 

Though there was already talk of the erection, in remote metropolitan distances "above the Forties," of a new Opera House which should compete in costliness and splendour with those of the great European capitals, the world of fashion was still content to reassemble every winter in the shabby red and gold boxes of the sociable old Academy. Conservatives cherished it for being small and inconvenient, and thus keeping out the "new people" whom New York was beginning to dread and yet be drawn to; and the sentimental clung to it for its historic associations, and the musical for its excellent acoustics, always so problematic a quality in halls built for the hearing of music.

The Age of Innocence, EDITH WHARTON


Vi en el cine la adaptación de Scorsese del año 1993 —sí, así de viejo soy— y me gustó tanto tantísimo que hice dos cosas que no solía hacer nunca:

    [1ª] Comprarme la banda sonora. Esto es: Elmer Bernstein (no confundir con Leonard Bernstein).

    [2ª] Comprarme el libro a pesar de haber visto ya la película. Esto es: Edith Wharton (no confundir        con Henry James).

Ahora la película ya no me gusta tanto —aunque la media hora final y la interpretación de Winona Ryder me parecen portentosas— pero la novela no ha dejado de maravillarme en cada relectura.

En 2020 se cumplen 100 años desde su publicación. Aprovechando la efeméride, un par de editoriales (Alianza y Cátedra) se han animado a sacar al mercado dos nuevas ediciones. 

Comparemos, pues.


* TUSQUETS *


Una noche de enero, a principios de la década de 1870, Christine Nilsson cantaba Fausto en la Academia de Música de Nueva York. Aunque ya se hablaba de la construcción, a remotas distancias metropolitanas, «por encima de las Calles Cuarenta», de un nuevo Teatro de la Ópera que competiría en costo y esplendor con los de las grandes capitales europeas, el mundo elegante se contentaba todavía con reunirse cada invierno en los destartalados palcos rojos y dorados de la vieja y entrañable Academia. Los conservadores la adoraban porque era pequeña e incómoda, dificultaba el acceso de la «gente nueva» que Nueva York empezaba a temer sin por ello ser ajena a su atracción; los sentimentales se aferraban a ella por sus reminiscencias históricas, y los melómanos por sus excelentes condiciones acústicas, cualidad siempre tan problemática en las salas construidas para la audición de música.

Traducción de Manuel Sáenz de Heredia


«A principios de la década de 1870» - El traductor opta por dejar claro de qué siglo se está hablando, cuando en el original queda sobreentendido. No me parece mal.

«Destartalado» -  ¿Resulta apropiado para traducir «shabby», un adjetivo que en inglés remite más al destrozo ocasionado por el paso del tiempo y por la falta de cuidado que al desorden y la falta de armonía?

«Entrañable» - ¿Es la mejor opción en español para traducir «sociable»

«Era pequeña e incómoda, dificultaba...» - ¿Se gana o se pierde algo al omitir en la traducción ese «thus» (en consecuencia, por ello) del original?

«Empezaba a temer sin por ello ser ajena a su atracción» - No suena nada mal pero ¿suena tan bien como ese breve y rítmico «was beginning to dread and yet be drawn to»

«Cualidad siempre tan problemática» - ¿Suena bien en español?


* RBA *


Era una tarde de enero de comienzos de los años setenta. Christine Nilsson cantaba Fausto en el teatro de la Academia de Música de Nueva York. 

Aunque ya había rumores acerca de la construcción — a distancias metropolitanas bastante remotas, «más allá de la calle cuarenta»— de un nuevo Teatro de la Ópera que competiría en suntuosidad y esplendor con los de las grandes capitales europeas, al público elegante aún le bastaba con llenar todos los inviernos los raídos palcos color rojo y dorado de la vieja y entrañable Academia. Los más tradicionales le tenían cariño precisamente por ser pequeña e incómoda, lo que alejaba a los «nuevos ricos» a quienes Nueva York empezaba a temer, sin por ello ser ajena a su atracción. Por su parte, los sentimentales se aferraban a la Academia por sus reminiscencias históricas, y a su vez los melómanos la adoraban por su excelente acústica, una cualidad tan problemática en salas construidas para escuchar música.

Traducción de María Rosa Duhart


Es cierto que en castellano la construcción una noche + cantaba suena un pelín extraña desde el punto de vista de la temporalidad, pero ¿justifica eso la división de la oración inicial en dos oraciones separadas por un punto?

«Rumores» - ¿Se habla de rumores en el texto original?

«Bastante remotas» - ¿Se dice bastante en el texto original?

«Aún le bastaba» - ¿No transmite un matiz de resignación mayor que la expresión inglesa «was still content», más cercana al contento o a la satisfacción?

«Nuevos ricos» - ¿No es una expresión mucho menos eufemística que «new people»?

En la parte en que se habla de los motivos que tiene cada uno de los distintos tipos de público para apreciar la Academia, ¿por qué añadir elementos como «Por su parte» y «la adoraban» que no figuran en el original? ¿Se gana algo?

«Lo que...» - Me parece una solución sencilla y elegante para traducir ese «thus» del original.

De las cuatro traducciones, parece ser la que ofrece un mayor componente de interpretación con respecto al texto original.


* ALIANZA *



Una noche de enero de comienzos de los años setenta Christine Nilsson cantaba Fausto en la Academia de Música de Nueva York. 

Aunque se hablaba ya de la construcción, en un lugar remoto de la ciudad, «más arriba de las calles cuarenta», de un nuevo Teatro de la Ópera que rivalizaría en coste y esplendor con los de las grandes capitales europeas, la sociedad elegante aún se reunía con agrado cada invierno en los ajados palcos rojos y dorados de la vieja y acogedora Academia. Los más conservadores la apreciaban porque era pequeña e incómoda y, por esa razón, podía mantener alejados a los «advenedizos» que Nueva York empezaba a temer por mucho que le atrajeran; los sentimentales se aferraban a ella por su relación con la historia de la ciudad, y los melómanos por su excelente acústica, una cualidad siempre problemática en las salas construidas para escuchar música.

Traducción de Carmen Criado


«En un lugar remoto de la ciudad» - ¿No suena algo plano en comparación con el «in remote metropolitan distances» del original, aparentemente más literario? 

«Advenedizos» - ¿No resulta —al igual que nuevos ricos— demasiado duro y explícito para traducir el eufemístico «new people?

«Acogedora» - Desconozco si en inglés «sociable» es un adjetivo propio de personas que solo se aplica a lugares metafóricamente. En consecuencia, también desconozco si «acogedora» es una buena opción para traducir «sociable» en este contexto.

«Podía mantener alejados» - ¿Por qué «podía»?

«Su relación con la historia de la ciudad» - ¿No suena un poco torpe (como de escritor con pocos recursos lingüísticos)? 


* CÁTEDRA *


Una velada de enero, a comienzos de los años setenta, Christine Nilsson* cantaba Fausto en la Academia de Música de Nueva York. 

Aunque ya se hablaba de la construcción, en remotas zonas metropolitanas, «más allá de la calle Cuarenta», de una nueva ópera* que competiría en opulencia y esplendor con las de las grandes capitales europeas, todos los inviernos la sociedad elegante seguía contentándose con reunirse en los deslucidos palcos rojos y dorados de la vieja y acogedora Academia. Los conservadores la adoraban porque era pequeña e incómoda, lo que mantenía a raya a la «gente nueva» que empezaba a suscitar temor y atracción por igual en Nueva York; los sentimentales le eran fieles por sus reminiscencias históricas, y los melómanos por su acústica excelente, un aspecto siempre muy problemático en los auditorios construidos para escuchar música.

Traducción de Martín Schifino


Se desmarca de las anteriores por el uso de expresiones como «velada» (en vez de noche o tarde), «remotas zonas» /(en vez de remotas distancias), «opulencia» (en vez de costo o coste), «mantenía a raya» (en vez de alejaba), «suscitar temor» (en vez de temer), «acústica excelente» (en vez de excelente acústica), «auditorio» (en vez de sala).

«Auditorios construidos para escuchar música» - ¿No es un poco tautológico? ¿En el término auditorio no está implícita ya la idea de escuchar?

Dado que el traductor es argentino, me pregunto si su versión sonará a los hablantes de español de América mejor que las demás .


Yo tengo la de Tusquets / Manuel Sáenz de Heredia y, en principio, no la cambiaría. Pero si me regalan alguna de las otras, prometo leérmela (salvo quizás la de RBA).


***


*Actualización (1 de septiembre de 2020):


* BRUGUERA*


Una noche de enero, a principios de los años setenta, Christine Nilsson cantaba Fausto en la Academia de Música de Nueva York. 

A pesar de que se hablaba ya de la erección, en remotas lejanías metropolitanas, «más allá de las calles cuarenta», de un nuevo teatro de la Ópera que había de competir en coste y esplendor con los de las grandes capitales europeas, el mundo elegante seguía satisfecho con reunirse cada invierno entre el rojo y el oro de los palcos raídos de la vieja y acogedora Academia. Los conservadores la apreciaban por ser pequeña e incómoda, y porque así dejaba fuera a los «recién llegados» que Nueva York empezaba a temer y, sin embargo, a sentirse atraída por ellos; los sentimentales se aferraban a ella por sus recuerdos históricos; y los melómanos por su excelente acústica, cualidad siempre muy problemática en los locales construidos para oír música.

Traducción de F. González Fernandez


29 July 2020

5 recomendaciones: libros para el verano

Para ti que...

1) Cada vez te preguntas más a menudo cómo será tu vida cuando llegues a la tercera edad. Piensas — como Capote— que un estilo clásico, atemporal e intemporal, difícil de encasillar en una época muy concreta, conserva mejor las novelas. Has tenido dificultades para engancharte a la lectura (de narrativa) durante el confinamiento.

Prohibido morir aquí / El hotel de Mrs. Palfrey, de ELIZABETH TAYLOR



2) Sonríes al leer este comienzo: una novela de hermanas que empieza criticando las novelas de hermanas. De Las chicas Gilmore quitarías todas las tribulaciones amorosas de Rory y Lorelai y dejarías solo los diálogos chispeantes. Te reconfortan las historias en las que todos los personajes —menos el malo— se llevan bien.

Las Brontë fueron a Woolsworth, de RACHEL FERGUSON



3) En un libro de relatos largos, que el primer relato sea bueno (tirando a muy bueno), el segundo regular (tirando a malo) y el tercero muy bueno (tirando a obra maestra) te parece un balance excelente. Cuando una historia hace que se te caigan las lágrimas no puedes evitar desconfiar —¿sentimentalismo (¡puaj!) o sensibilidad (¡bien!)?—, pero le acabas dando el beneficio de la duda.

Arkansas, de DAVID LEAVITT



4) Te apetece más dedicar un día entero a ver en bucle el Frankenstein de Kenneth Branagh que leer una novela en la que uno de los temas principales es la inevitable frustración que asola a aquellos que tienen que cuidar a un amigo de carácter difícil enfermo de gravedad. Te apetece más chupar un Gelocatil hasta que se disuelva por completo que leer una novela con un personaje que cree en las terapias alternativas sin base científica. Te apetece más aplastarte a martillazos el dedo meñique del pie derecho que leer una novela con un personaje enfermo de cáncer. 

La habitación de invitados, de HELEN GARNER



5) Odias leer, no sabes cómo has llegado a este estúpido blog, escrito por el típico frustrado pedante que presume de buen gusto para quedar de guay, y ni loco te acercarías a ninguna de las mierdas que se recomiendan en esta entrada.

Crónica de una muerte anunciada, de GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ




Lo del verano es puro clickbait, sí.

16 July 2020

Fobias literarias



—Claro — insistió—. Te conozco. Aula 214. Sor Sally Alamone. Antes de pe y de be se escribe eme... —Rió al recordarlo.

Normas de cortesía, AMOR TOWLES

[Traducción de Eduardo Iriarte Goñi]



Tercera parte de una trilogía que propongo titular «La traducción de comentarios metalingüísticos: si sabemos que los personajes de la novela están hablando en inglés, ¿por qué algunos traductores / editores se empeñan en obligarnos a fingir que están hablando en español?».

Cabe la posibilidad de que en el extracto de arriba el personaje (oriundo de Nueva York) esté evocando una clase de español, pero me apostaría las cejas a que en el texto original lo que el personaje menciona es una regla ortográfica o gramatical de la lengua inglesa.

Las cejas y las pestañas.

26 June 2020

Cosas oídas en lugares públicos

Un hombre pasa por mi calle hablando a gritos por el móvil en un idioma que, si tuviese que adivinar, diría que es árabe. En medio de ese torrente de palabras totalmente desconocidas para mí de pronto una pronunciada en un español perfecto:
«¡Hostia!»



Dos compañeros de trabajo comentan una reunión de la que acaban de salir:
—No te cierres en banda. Open main y tiramos p'alante.
—No, si yo ya estoy open main pero...



Delante de un restaurante una mujer, tres niños y un adolescente miran los precios del menú. La mujer le grita al adolescente muy irritada, con voz de villana de Disney antigua:
«¡Pero si no hay tanta diferencia! ¡Muchacho tacaño!»



En el autobús una mujer habla por el móvil en un idioma que soy incapaz de reconocer pero que, si tuviese que adivinar, diría que es ruso. En medio de esa sucesión de palabras totalmente desconocidas para mí de pronto una pronunciada en un español perfecto:
«Sobrepeso».