14 November 2015

Pequeños problemas éticos, nº 6

De vez en cuando curioseas en las páginas de venta e intercambio de objetos de segunda mano entre particulares, por si encuentras algún libro a buen precio. Un día te topas con que alguien ha puesto a la venta por 5 euros un libro que en las librerías de viejo no se vende por menos de 50. Es uno de esos libros que los coleccionistas llaman raros (como Chicos prodigiosos, de Chabon; Primer amor y otros pesares, de Brodkey, o En deuda con el placer, de Lanchester). Hace décadas que está descatalogado y es muy difícil de encontrar. Evidemente, la persona que vende el libro no conoce su valor de mercado.

Forges I, el Grande

Tú no tienes madera de especulador, no te atrae la bolsa ni eres de esas personas que, en vez de gastar su dinero, lo invierten. El libro te interesa —y mucho— pero solo por su valor literario. Si lo compras será para leerlo y guardarlo en casa, no para revenderlo a un precio más alto.

¿Qué haces?
a) Lo compras por 5 euros sin decirle nada al vendedor. 
b) Lo compras sin decirle nada pero en el momento de pagar le das más de 5 euros. Cuando te pide explicaciones eliges entre 
                [1] poner cualquier excusa
                [2] decirle la verdad. 
c) Adviertes al vendedor que tiene en su poder un libro raro y esperas a que fije un nuevo precio.

Mi pregunta es: ¿son igual de éticas todas las opciones?