1. Todavía no me han convocado para ser jurado popular. Así que no, coaches del mundo, aunque lo desees con mucha fuerza, no todos tus sueños se cumplen. Menos mal que voy tirando con cosillas como Anatomía de un asesinato.
2. Esta novela es casi un manual para estudiantes de derecho. Y no digamos ya para autores de ficción judicial. Lo tiene todo: el abogado tramposillo, el juez campechano, el jurado que reacciona a las estrategias del abogado, el testigo poco fiable, el fiscal antipático, el vapuleo al perito sabihondo, los alegatos del abogado y del fiscal (larguísimos), el momento anecdótico que la prensa adora, el testigo sorpresa... TODO.
3. Vi la película hace años y me encantó. La he vuelto a ver después de leer la novela y he de decir que la película pierde un par de puntos con la comparación. Como quizás sabrán, el acusado es un militar que, poco después de enterarse de que el dueño de un bar ha violado a su mujer, lo mata a tiros. Pues bien [se vienen spoileres]:
- En la novela, casi desde el principio, se acepta como un hecho indudable que el muerto violó a la mujer del acusado; aunque falte la prueba definitiva (el semen) y aunque el fiscal intente presentar a la mujer como una casquivana. El meollo del juicio no es la violación sino el estado mental del militar en el momento de matar a tiros al violador. ¿Actuó con premeditación y alevosía o tuvo un arranque de "locura"?
- En la película, sin embargo, la pregunta clave es qué ocurrió la noche en cuestión entre la mujer y el muerto. ¿Hubo violación o fue una relación consentida que provocó al marido un ataque de celos? Si hubo violación, la reacción del marido no merece condena. Este planteamiento simplifica la complejidad legal del caso y resulta un tanto machista.
4. Si las novelas se pudiesen hermanar, como las ciudades, yo hermanaría Anatomía de un asesinato con Un juicio sangriento. Las dos plantean prácticamente el mismo conflicto: hasta qué punto el acusado era responsable de sus actos en el momento de cometer el crimen.
6. Y si son como yo, que en las librerías ojeo las contracubiertas de los libros buscando palabras como «humor» e «ironía», sepan que sí, que en la novela —al igual que en la película— los personajes tienen sentido del humor. Como las personas reales.