En ese festival de pejiguerismo en el que se ha convertido esta sección, les traigo hoy algunas de esas películas que pueblan las listas de lo mejor del año y que a mí, por la razón que sea (ceguera, estupidez), si bien no me han parecido malas en absoluto, tampoco han conseguido robarme el corazón.
El Club, de Pablo Larraín
No tan incómoda como promete, más sucia que realista, se limita a confirmar los tópicos anticlericales. Predicar al converso, lo llaman.
Del revés, de Pete Docter
Ni para niños ni para adultos. Terapia familiar de manual de autoayuda. ¿De verdad vivimos en esos tiempos en que es necesario recordar una moraleja como esta?
45 años, de Andrew Haigh
ANDREW HAIGH (dándose una palmada en la frente).- ¡Ya lo tengo! ¡Si mantengo el conflicto en el interior de la protagonista ya no tengo que preocuparme de hacerlo evolucionar!
3 corazones, de Benoît Jacquot
Franceses demostrando, una vez más, que el amour fou y follar sin poner cara de placer lo inventaron ellos.
10 February 2016
31 January 2016
Un cuento al mes: La señorita Mandible y yo, de Donald Barthelme
13 de septiembre
La señorita Mandible quiere hacerme el amor, pero duda porque soy oficialmente un niño; yo tengo, según los documentos, según el cuaderno de evaluación de su escritorio, según las fichas de la oficina del director, once años. Existe aquí un malentendido, algo que aún no he sido capaz aclarar. En realidad, tengo treinta y cinco años, he estado en el Ejército, mido un metro ochenta y cinco centímetros, tengo vello en los lugares apropiados, mi voz es de barítono, sé muy bien qué hacer con la señorita Mandible si alguna vez se decide.
Traducción de Enrique Maldonado Roldán
Donald Barthelme es ese escritor cuyo cuento El globo mereció el siguiente elogio de David Foster Wallace: "es el primer relato que me hizo desear ser escritor".
Cada uno es responsable de sus expectativas.
Aquí lo que importa son los comentarios del protagonista sobre la falsedad de los papeles que nos vemos obligados a adoptar en sociedad: niño, adulto, hombre, mujer, alumno, soldado, marido... La farsa social.
Recuerda un poco a Kafka, por el absurdo aceptado sin sobresalto, pero por suerte aquí el protagonista no sufre: al contrario, está encantado con su situación. Y así podemos disfrutar de su sarcasmo y de su lucidez sin amargor (esa es la suerte).
Este libro caerá entero, no lo duden.
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Un cuento al mes
20 January 2016
Palabras, no tan raras, que nunca he usado (ni siquiera por escrito)
Discursivo/va
1. [adj.] Que discurre (reflexiona).
2. [adj.] Propio del discurso o del razonamiento.
Ej.1. Soraya, ve tú, que Mariano discursivo, lo que se dice discursivo, no es.
Ej.2. ¿Esto lo pongo en cursivas o en discursivas?
Ej.3. Ay, hijo, cuando te pones discursivo no hay quien te aguante. Ni que fueras francés.
Y como sé que lo están deseando, les pongo la primera imagen que muestra Google:
Utilísima para políticos que no saben por dónde empezar.
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Palabras que nunca he usado
06 January 2016
Multi Love. Canciones de 2015
Después de pasar todo el año en la inopia, me he puesto al día. Me he tragado todas las listas de las mejores canciones del 2015 que han caído en mis manos (les recomiendo especialmente la del amigo Ariel) y las he digerido, bien o mal, para traerles la mía propia. Mi única aportación original es la última canción, que reconocerán de un anuncio.
Creo que la lista es un poquito mejor que la del 2014, aunque reconozco que no me gusta tanto como la del 2013. Pasen y escuchen.
Death with Dignity - SUFJAN STEVENS
Porque podría ser de Illinois.
Multi-Love - UNKNOWN MORTAL ORCHESTRA
Porque es como recorrer una espiral hacia afuera.
Marte - TIGRES LEONES + LA BIEN QUERIDA
Por el redoble y la quemazón. Y por el vídeo.
Stonemilker - BJÖRK
Por los violines: Björk + violines = bien
Fuego - TACHENKO
Porque el doble estribillo me emociona. Ese sintetizador épico...
Algo sucede - JULIETA VENEGAS
Porque me recuerda a unos amigos (sí, menuda chorrada).
Clearest Blue - CHVRCHES
Porque tiene el subidón del año (minuto 2:00).
The Wild Life - OUTSIGHT
Porque el uh-uh-uh del estribillo me da la vida.
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31 December 2015
Simes y nomes del sexto bimestre
Sí o no, sin términos medios, porque tampoco Hamlet se quería quedar a medias.
Reunión en el restaurante Nostalgia, de Anne Tyler
Qué bimestre más flojo, madre mía. El único libro que me ha gustado sin reservas es este de Anne Tyler. Lo compré, primero, porque estaba barato y, segundo, porque en algún lado, hablando de esa obsesión que tienen escritores como Jonathan Franzen de parir la Gran Novela Americana, decían que, sin tanto bombo, Anne Tyler ya había dado a luz unas cuantas Grandes Novelas Americanas —en su variante familias disfuncionales— que se habían ganado los elogios de, por ejemplo, John Updike. Elogios tibios, hay que decir, ya que creo recordar que Updike la citaba como escritora mainstream de calidad, pero mainstream al fin y al cabo. En esta misma línea, lo fácil sería comparar Reunión en el restaurante Nostalgia con un Estrenos TV bien hecho, pero Estrenos TV al fin y al cabo: dramas cotidianos (padre que abandona el hogar, madre de carácter difícil, rivalidad entre hermanos, hijos abrumados por las expectativas de los padres) contados a ras de suelo y con una prosa de andar por casa en zapatillas. Pero no sería justo. Tyler alcanza aquí varios logros que no están al alcance de todo el mundo, sea cual sea la altura artística a la que se aspire. El menor de esos logros: que en una novela en la que cada capítulo está contado desde la perspectiva de un personaje diferente, el interés no decaiga en ningún momento, que no haya personajes a los que nos aburra prestar atención. También: que con un acercamiento tan descomplicado, todos los personajes consigan dejar huella. Y por último: que sin grandes golpes de efecto ni dramatismos exacerbados, la novela emocione.
El talento de los demás, de Alberto Olmos
En el blog Patrulla de Salvación se metían mucho con Alberto Olmos porque creían que no estaba a la altura de la imagen de salvador de la literatura española que él mismo había contribuido a fomentar con el personaje de Juan Malherido. Lo mejor que decían de él era que tenía un cierto talento para las frases felices. En esta novela es verdad que se nota más preocupación por el estilo y por el subtexto en torno a la idea del talento que por los personajes o la historia en sí. Todo lo contrario a Anne Tyler, vamos. Si no está entre los nomes es porque en medio de una cierta tendencia a alargar planteamientos interesantes hasta volverlos pesados, hay partes (bastantes largas) escritas con verdadera inspiración. Partes en las que uno pone el pie y le llevan como una cinta transportadora hasta un final imprevisible. Partes en las que triunfa la narración.
Lolito, de Ben Brooks
Aunque está escrito con gracia y se lee de un tirón, Lolito es como un chocolate a la taza que no ha espesado lo suficiente. El sabor está ahí pero al conjunto le falta densidad. Como no tengo mucho más que decir (la verdad es que el libro me dejó bastante indiferente), solo añadiré que Brooks se apunta a una moda en el diseño de personajes que yo encuentro un pelín cargante: los padres majetes y enrollados que son capaces de seguirle las bromas a su hijo por muy atrevidas que estas sean. Digo moda porque es un tipo de personaje que últimamente se ha ido afianzando en esos productos de consumo juvenil que intentan jugar la baza del ingenio molón —"soy la Dorothy Parker de mi insti"— como, por ejemplo, Juno, Rumores y mentiras o Bajo la misma estrella. Yo prefiero la clásica brecha generacional, sobre todo si hablamos de comedia.
Acceso no autorizado, de Belén Gopegui
En una entrevista que leí hace tiempo, Belén Gopegui hablaba de las dificultades que se encuentran en España los gobiernos de izquierdas a la hora de desarrollar políticas progresistas (el poder en la sombra que se opone al cambio) y pedía a aquellos políticos que ya no estuviesen en activo que nos contasen quién o quiénes estaban impidiendo la reforma del sistema. Conocer al enemigo. Esta novela trata de eso, de las dificultades, de la lucha, y solo por ese motivo ya tiene mi simpatía. El problema es que las buenas intenciones se quedan en muy poca cosa, apenas un thriller lento, poco vibrante y demasiado peliculero para resultar del todo verosímil.
Sexo fácil, películas tristes, de Alejo Flah
La idea de partida está bien: el contraste entre el amor de la vida real y el amor de las comedias románticas: los fracasos amorosos de un escritor frente a la relación idealizada de los personajes del guión que está escribiendo. Sin embargo, la película es muy pero que muy sosa. Los personajes (sobre todo los femeninos) son muy pero que muy sosos. Sale Carlos Areces de amiguete simpático del prota y ni hace gracia. Por cierto, seguro que ya lo ha dicho alguien en algún sitio de la red, pero por si acaso ahí va: Quim Gutiérrez es el José Sacristán de nuestro tiempo.
Phoenix, de Christian Petzold
Anda que no me habré tragado yo docenas de películas perfectamente inverosímiles. Y tan contento. Pero esta no. La premisa de esta peli no la compro. Les cuento: empieza con una mujer, una superviviente de un campo de concentración, que tiene el rostro destrozado. Ingresa en una clínica y se somete a una operación de cirugía plástica con bastante éxito; su nuevo aspecto es muy parecido al anterior, algo especialmente importante en su caso ya que se trata de una cantante famosa. Y ahora viene lo increíble [voy a destripar un poco el argumento, aviso]: su marido, que ya la había dado por muerta, no la reconoce (!) pero, aprovechando el enorme parecido (!!), le propone hacerse pasar por su mujer para recuperar su patrimonio (!!!). No les cuento nada más, pero sepan que todo lo que pasa a continuación es un completo despropósito. Les dirán que la escena final es una maravilla pero no, no compensa la anterior hora y media de sinsentido.
The Assassin, de Hou, Hsiao-Hsien
Si la ven en las listas de lo mejor del año no se lo crean. Está ahí por su exquisita fotografía (ramas mecidas por el viento, no falla), por su reconstrucción hiperhistoricista de siglo IX chino (campesinos con el nivel de suciedad adecuado) y por su vuelta de tuerca al género wuxia (los combates casi son lo de menos) pero lo cierto es que es un rollazo de aúpa, con un guión ininteligible incluso para los chinos. En Youtube, con un montaje de las mejores imágenes que no pasase de cinco minutos, podría quedar mona.
- Lo que sí:
Reunión en el restaurante Nostalgia, de Anne Tyler
Qué bimestre más flojo, madre mía. El único libro que me ha gustado sin reservas es este de Anne Tyler. Lo compré, primero, porque estaba barato y, segundo, porque en algún lado, hablando de esa obsesión que tienen escritores como Jonathan Franzen de parir la Gran Novela Americana, decían que, sin tanto bombo, Anne Tyler ya había dado a luz unas cuantas Grandes Novelas Americanas —en su variante familias disfuncionales— que se habían ganado los elogios de, por ejemplo, John Updike. Elogios tibios, hay que decir, ya que creo recordar que Updike la citaba como escritora mainstream de calidad, pero mainstream al fin y al cabo. En esta misma línea, lo fácil sería comparar Reunión en el restaurante Nostalgia con un Estrenos TV bien hecho, pero Estrenos TV al fin y al cabo: dramas cotidianos (padre que abandona el hogar, madre de carácter difícil, rivalidad entre hermanos, hijos abrumados por las expectativas de los padres) contados a ras de suelo y con una prosa de andar por casa en zapatillas. Pero no sería justo. Tyler alcanza aquí varios logros que no están al alcance de todo el mundo, sea cual sea la altura artística a la que se aspire. El menor de esos logros: que en una novela en la que cada capítulo está contado desde la perspectiva de un personaje diferente, el interés no decaiga en ningún momento, que no haya personajes a los que nos aburra prestar atención. También: que con un acercamiento tan descomplicado, todos los personajes consigan dejar huella. Y por último: que sin grandes golpes de efecto ni dramatismos exacerbados, la novela emocione.
El talento de los demás, de Alberto Olmos
En el blog Patrulla de Salvación se metían mucho con Alberto Olmos porque creían que no estaba a la altura de la imagen de salvador de la literatura española que él mismo había contribuido a fomentar con el personaje de Juan Malherido. Lo mejor que decían de él era que tenía un cierto talento para las frases felices. En esta novela es verdad que se nota más preocupación por el estilo y por el subtexto en torno a la idea del talento que por los personajes o la historia en sí. Todo lo contrario a Anne Tyler, vamos. Si no está entre los nomes es porque en medio de una cierta tendencia a alargar planteamientos interesantes hasta volverlos pesados, hay partes (bastantes largas) escritas con verdadera inspiración. Partes en las que uno pone el pie y le llevan como una cinta transportadora hasta un final imprevisible. Partes en las que triunfa la narración.
- Lo que no:
Lolito, de Ben Brooks
Aunque está escrito con gracia y se lee de un tirón, Lolito es como un chocolate a la taza que no ha espesado lo suficiente. El sabor está ahí pero al conjunto le falta densidad. Como no tengo mucho más que decir (la verdad es que el libro me dejó bastante indiferente), solo añadiré que Brooks se apunta a una moda en el diseño de personajes que yo encuentro un pelín cargante: los padres majetes y enrollados que son capaces de seguirle las bromas a su hijo por muy atrevidas que estas sean. Digo moda porque es un tipo de personaje que últimamente se ha ido afianzando en esos productos de consumo juvenil que intentan jugar la baza del ingenio molón —"soy la Dorothy Parker de mi insti"— como, por ejemplo, Juno, Rumores y mentiras o Bajo la misma estrella. Yo prefiero la clásica brecha generacional, sobre todo si hablamos de comedia.
Acceso no autorizado, de Belén Gopegui
En una entrevista que leí hace tiempo, Belén Gopegui hablaba de las dificultades que se encuentran en España los gobiernos de izquierdas a la hora de desarrollar políticas progresistas (el poder en la sombra que se opone al cambio) y pedía a aquellos políticos que ya no estuviesen en activo que nos contasen quién o quiénes estaban impidiendo la reforma del sistema. Conocer al enemigo. Esta novela trata de eso, de las dificultades, de la lucha, y solo por ese motivo ya tiene mi simpatía. El problema es que las buenas intenciones se quedan en muy poca cosa, apenas un thriller lento, poco vibrante y demasiado peliculero para resultar del todo verosímil.
Sexo fácil, películas tristes, de Alejo Flah
La idea de partida está bien: el contraste entre el amor de la vida real y el amor de las comedias románticas: los fracasos amorosos de un escritor frente a la relación idealizada de los personajes del guión que está escribiendo. Sin embargo, la película es muy pero que muy sosa. Los personajes (sobre todo los femeninos) son muy pero que muy sosos. Sale Carlos Areces de amiguete simpático del prota y ni hace gracia. Por cierto, seguro que ya lo ha dicho alguien en algún sitio de la red, pero por si acaso ahí va: Quim Gutiérrez es el José Sacristán de nuestro tiempo.
Phoenix, de Christian Petzold
Anda que no me habré tragado yo docenas de películas perfectamente inverosímiles. Y tan contento. Pero esta no. La premisa de esta peli no la compro. Les cuento: empieza con una mujer, una superviviente de un campo de concentración, que tiene el rostro destrozado. Ingresa en una clínica y se somete a una operación de cirugía plástica con bastante éxito; su nuevo aspecto es muy parecido al anterior, algo especialmente importante en su caso ya que se trata de una cantante famosa. Y ahora viene lo increíble [voy a destripar un poco el argumento, aviso]: su marido, que ya la había dado por muerta, no la reconoce (!) pero, aprovechando el enorme parecido (!!), le propone hacerse pasar por su mujer para recuperar su patrimonio (!!!). No les cuento nada más, pero sepan que todo lo que pasa a continuación es un completo despropósito. Les dirán que la escena final es una maravilla pero no, no compensa la anterior hora y media de sinsentido.
The Assassin, de Hou, Hsiao-Hsien
Si la ven en las listas de lo mejor del año no se lo crean. Está ahí por su exquisita fotografía (ramas mecidas por el viento, no falla), por su reconstrucción hiperhistoricista de siglo IX chino (campesinos con el nivel de suciedad adecuado) y por su vuelta de tuerca al género wuxia (los combates casi son lo de menos) pero lo cierto es que es un rollazo de aúpa, con un guión ininteligible incluso para los chinos. En Youtube, con un montaje de las mejores imágenes que no pasase de cinco minutos, podría quedar mona.
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Simes y nomes
13 December 2015
Canciones que deberían ser más conocidas (XIX)
Una pastelada, sí. Pero justo el tipo de pastelada que a mí me gusta, con campanillas, trompeta, una melodía emocionante y coros de iglesia. Cuatro minutos y medio de dulzura sueca, idioma incluido (uno va a Ikea y no se imagina que todas esas vocales con diéresis puedan sonar así de cálidas). Como comerse un panecillo de canela el último atardecer del verano a la orilla del mar. Allí esto debe de ser un himno, o algo.
Thomégränd - Vapnet
05 December 2015
Magister discipulos linguam latinam docet
La asignatura de latín siempre ha sido controvertida. En mi colegio se podían distinguir dos grandes escuelas de pensamiento irreconciliables:
Una compañera de Letras Mixtas llegó a decir que su mente se adaptaba tan bien al sistema de casos latinos que cuando hablaba castellano echaba de menos añadir desinencias de nominativo, acusativo, dativo...
Me acordé de ella ayer, cuando oí a una jefa de mi curro decirle a su superior:
¿Se han fijado?: AD HOC.
¿Se pondrá de moda entre la gente que gestiona sus emociones?
1. ¿Por qué coño tenemos que estudiar una lengua muerta? Si está muerta por algo será.
2. Traducir del latín es un ejercicio tan apasionante como descifrar un código secreto: convertirse en un personaje del supermolón El escarabajo de oro, de Edgar Allan Poe.
Una compañera de Letras Mixtas llegó a decir que su mente se adaptaba tan bien al sistema de casos latinos que cuando hablaba castellano echaba de menos añadir desinencias de nominativo, acusativo, dativo...
Me acordé de ella ayer, cuando oí a una jefa de mi curro decirle a su superior:
"No pienso poner gente ad hoc para eso."
¿Se han fijado?: AD HOC.
¿Se pondrá de moda entre la gente que gestiona sus emociones?
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Batallitas,
Mundo raro
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