20 April 2013

Vivir, vivir, qué bonito

Yo lo hago mucho. Vendría a ser algo así:
"A es buenísima. No como B, que no vale una puta mierda."
En A se pone algo que a uno le guste mucho (una película, una serie...) y en B otro algo del mismo tipo (otra película, otra serie...) que a uno no le guste nada.

La cosa da un gustirrinín especial cuando A tiene mucho menos reconocimiento que B. Cuando es menos guay.


Mi A de hoy es The Good Wife. Y mi B, Mad Men.

De Mad Men sólo he visto 6 o 7 episodios de la primera temporada. La dejé porque me estaba haciendo daño: me aburría soberanamente. En cambio, voy por la tercera temporada de The Good Wife (23 episodios por temporada) sin que el interés haya decaído en ningún momento, a pesar de lo reiterativo de la fórmula "un episodio, un caso" (¡hablamos de una serie de abogados!).


Puede que The Good Wife sea un mero serial, con todas las connotaciones decimonónicas y veintecheras del término, y Mad Men, en cambio, una obra de arte. Ni lo sé ni me importa (sobre todo por la parte de Mad Men).

The Good Wife es vida. Mad Men, pura muerte.

06 April 2013

Nabokov habría usado emoticonos

- ¿En qué lugar se coloca usted entre los escritores vivos y los del pasado inmediato? 
A menudo pienso que debería existir un signo tipográfico para la sonrisa... una especie de signo cóncavo, un corchete redondeado boca arriba, que ahora me gustaría trazar como respuesta a su pregunta.
[Entrevista a Vladimir Nabokov para The New York Times, 1969.]

03 April 2013

Visitas a la bibliotecaria: "Opiniones contundentes" de Vladimir Nabokov

Strong Opinions
Vladimir Nabokov, 1973
Taurus, 1999
179 págs.




  1. De todos los libros que he sacado de la biblioteca hasta ahora, este es, con diferencia, el que está más subrayado (perirrayado, en realidad: las líneas no las han hecho por debajo de los renglones sino en los márgenes, en vertical). Y no se equivoca el que lo haya hecho. Es un libro idóneo para subrayar; de hecho, se podría subrayar casi entero, desde la primera hasta la última letra, interrumpiendo la línea sólo en las preguntas de los entrevistadores (no lo había dicho, es un libro de entrevistas). Incluso a través de la traducción, todas las frases de Nabokov brillan como azabache pulido. No es de extrañar porque contestaba siempre por escrito. Llega a dar la impresión de que se lo toma como un género literario (uno más)  en el que ejercitarse: la respuesta periodística. Y se lo curra, vaya si se lo curra. Le preguntan si cree en Dios y dice (escribe):
"Para ser enteramente sincero (y lo que voy a decir ahora es algo que nunca he dicho antes, y espero provoque un pequeño escalofrío saludable) sé más de lo que puedo expresar en palabras, y lo poco que puedo expresar en palabras no habría sido expresado si no hubiese sabido más."
Le preguntan por su principal defecto como escritor:
"La falta de espontaneidad; la molestia de los pensamientos paralelos, el repensar y volver a repensar; la incapacidad de expresarme en debida forma a menos que componga cada maldita frase en la bañera, en mi mente, junto a mi escritorio."
Rememora su experiencia como profesor; los exámenes:
"Exámenes de las 8 a las 10,30 de la mañana. Unos 150 estudiantes... muchachos sucios, sin afeitar, y muchachas razonablemente bien arregladas. Sensación general de tedio y desastre. Ocho y media. Tosecitas, gargantas nerviosas que se aclaran, montones de ruidos que entran, crujir de páginas. Alguno de los mártires sumidos en meditación, con los brazos cruzados detrás de la cabeza. Me encuentro con una mirada obtusa dirigida a mí, que con esperanza y odio ve en mí la fuente del saber oculto. Chica de gafas se acerca a mi escritorio para preguntar: "Profesor Kafka, ¿quiere que digamos que...? ¿O quiere que contestemos sólo la primera parte de la pregunta?" La gran fraternidad de los mediocres, espina dorsal de la nación, escribiendo rápida y firmemente. Un crujido que suena simultáneamente, la mayoría que vuelve una página de sus notas, buen trabajo de equipo. Una muñeca con calambre que se sacude, la tinta que se acaba, el desodorante que no resiste. Cuando descubro miradas puestas en mí, inmediatamente se levantan al cielorraso en piadosa meditación. Los vidrios de las ventanas que se empañan. Muchachos que se quitan los suéters. Chicas que mastican goma en acelerada decadencia. Diez minutos, cinco, tres, la hora."
El desodorante, sí. Yo también me he fijado.

23 March 2013

Canciones que deberían ser más conocidas (V)



No busquéis más. Aquí está. La canción que cantaría cualquiera que, en pleno intento de suicidio con gas ciudad por penas de amor, de pronto sintiese ganas de bailar.

21 March 2013

¿Por qué el precio de las entradas de cine no varía en función de la película?

¿Por qué cuesta lo mismo ver en el cine Django que ver El callejón? ¿Cuántas personas están dispuestas a pagar 9 euros por ver Django en el cine y cuántas personas están dispuestas a pagarlos por ver El callejón? ¿La demanda de una y de otra película es la misma? ¿Cuántas entradas de 9 euros se tienen que vender para rentabilizar El callejón? ¿Iría más gente a verla si la entrada costase 5 euros? ¿4 euros? ¿3 euros? ¿2,50?  ¿Hay alguna ley que impida a los cines (o a las productoras, no sé) rebajar la entrada?
Sócrates lo habría hecho mejor pero, bueno, yo pregunto.

16 March 2013

Saqueando blogs: La Calle Morgue

Cada vez valoro más que una película me sorprenda. Pero no que me sorprenda al estilo de "El sexto sentido". No. Que me sorprenda en plan: no tengo ni puta idea de por dónde va a tirar esto pero que siga, por favor.

En la sección de recomendaciones del blog La Calle Morgue se pueden encontrar unas cuantas. Destaco dos.

Esta:

Y (sobre todo) esta otra:

Lo mejor es arriesgarse y verlas sin tener mucha información. Yo, desde luego, no me he arrepentido.

13 March 2013

Visitas a la bibliotecaria: "Diccionario de Literatura" de Francisco Umbral

Diccionario de Literatura
Francisco Umbral, 1995
Editorial Planeta, 1995
277 págs.



Desde abril de 2002 nadie lo había sacado de la biblioteca, cosa que me ha extrañado. Juan Malherido suele hablar bien de Umbral y pensaba que habría más gente interesada en este libro y que sería difícil que estuviese disponible. Leerlo, además, es casi como leerse un blog de Umbral, con entradas y todo, y ¿quién no querría leer un blog de Umbral? En el libro no se pueden dejar comentarios para que los lea el autor, es lo malo. Habría estado bien poder asistir, por ejemplo, a polémicas interminables pro-anti Javier Marías moderadas (es un decir) por Umbral.
He encontrado algo que me esperaba: Malherido ha aprendido bastante de este Umbral. Ejemplo:
"Fraga sacó una edición RTV de La tía Tula de Unamuno, que es una novela casta y guarra, como todo lo casto, donde no hay personajes ni clima ni ambiente ni situaciones ni intriga, sino sólo la insoportable personalidad de Unamuno dominando el relato y riñendo mucho al lector. Fraga vendió un millón de unamunos. Aquello eran ferias del libro, y no estas de ahora, llenas de latinochés y maricones."
Umbral se ensaña menos, eso sí. Hay elogios inesperados (Mañas) y el desprecio, muchas veces, está más en el silencio que en el escarnio (Marsé), o en cosas como esta (que a mí me suena a mofa, pero podría estar equivocado):
"Llamazares (Julio). León. La lentitud de los bueyes. Frecuenta la prosa poética, la narración y el libro de viajes. Colecta  plurales premios locales, regionales, comarcales, autonómicos y nacionales. Tiene un perro." 
En las entradas dedicadas a los amigos se pone tierno. En otras hace de historiador y teórico de la Literatura con bastante gracia. En una buena parte, tira de anécdota:
"Goicoechea (Ramón Eugenio de). Escritor de posguerra. Se dice que intentó suicidarse arrojándose al paso de una procesión."
Queda poco para Semana Santa.

[Por cierto, si Google no se equivoca, el pavo este de la última entrada al parecer estuvo casado con Ana María Matute. Es el marido tirano que ella siempre pone a caldo en las entrevistas. El cotilleo también es muy umbraliano.]