Aviso: yo de ustedes no leería esto si no han llegado, como mínimo, al principio de la quinta temporada.
Eso sí, del final no cuento nada. Tampoco soy tan mala persona.
No he conseguido adaptarme al ritmo de la serie. La mayor parte de los episodios se me han hecho largos. No pesados, pero sí largos. Veía uno y ya no quería ver más durante varios días. Algunas "demoras" en el curso de los acontecimientos de la serie me han parecido, además, especialmente innecesarias e incluso irritantes: ¿por qué los guionistas tardan tanto en hacer que Skyler se siente con su marido y le pida explicaciones? ¿Acaso tiene algún interés lo que le pasa a Skyler mientras vive en la ignorancia? Para mí, ninguno. De hecho, creo que Skyler sólo se hace verdaderamente grande como personaje cuando por fin descubre el pastel.
Breaking Bad es una serie poco generosa con los personajes secundarios. Saul, Marie y Walter Jr. no pasan de ser meros recursos en la trama. Saul arregla problemas, Marie tensa y explicita los conflictos y Walter Jr. funciona como signo irónico de la doble vida de Mr. White. Prácticamente ninguno de sus actos descubre al espectador nada nuevo sobre ellos, nada que no estuviese presente en su primera aparición en pantalla. No tienen relieve. Están condenados a ser planos. Y la verdad, se merecían algo más.
La forma en que Mr. White manipula a Jesse dice mucho de la concepción que los guionistas tienen de la psicología de los personajes. Ocurre esto y esto otro y como resultado obtienes esta reacción. Química. Determinismo. Se consigue así una apariencia de solidez dramática, es cierto, pero a costa de ahogar el factor sorpresa. Por decirlo con otras palabras: en Breaking Bad las motivaciones y las reacciones de los personajes, en especial las de Mr. White y Jesse, están sobreexplicadas.
Breaking Bad es inverosímil. No es que eso me moleste, me apasiona Hitchcock, me apasiona Brian de Palma, no soy un policía de la verosimilitud. Pero sí que creo que cuando a uno le llama la atención la falta de verosimilitud es que algo falla. Cuando empiezas a preocuparte por el racord argumentativo eso quiere decir que no te están distrayendo ni entreteniendo lo suficiente. Y viceversa: si una película consigue emocionar (emocionar en un sentido amplio: risas, lágrimas, miedo...), hay que ser muy desagradecido para afearle la falta de verosimilitud. En mi opinión, Breaking Bad es inverosímil sin obtener ningún beneficio de ello. Eso es lo que me molesta: que sacrifica la verosimilitud sin que ello suponga despegar el vuelo hacia cotas más locas y divertidas.
En resumen, con Breaking Bad he tenido la sensación de que no solo no me daba nunca más de lo que esperaba sino que, en demasiadas ocasiones, me daba incluso menos.