19 June 2018

Un cuento al mes: Notas para mi biógrafo, de Adam Haslett


Hay que aclarar dos cosas desde el principio: una, odio a los médicos, y dos, no me he sumado a un grupo de apoyo en mi vida. Con setenta y tres años no voy a cambiar. Las instituciones de salud mental pueden irse al mismísimo carajo si pretenden que yo pruebe sus brebajes curalotodo o me trague el parloteo sin imaginación de hombres a quienes doblo en edad.
Traducción de Eduardo Hojman



Expectativas: ninguna.

Bueno, sí. La nota en Goodreads: 3,95 sobre 5. Tirando a alta pero no para echar cohetes.

Ah, también: en la contraportada pone que fue finalista del premio National Book Award de 2002. Aunque tampoco es un premio sobre el que tenga formada opinión alguna.

Lo empiezo en el metro justo después de comprarlo y entonces...


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¿Existirá algún estudio sobre la estética, la poética y la ética del golpe bajo en la narrativa? ¿Qué es exactamente un golpe bajo? ¿Es  reprobable en todo caso o solo dependiendo del uso que se haga de él? ¿Resta valor a la obra en la que aparece? ¿Apela a lo mejor o a lo peor del ser humano?

Por ejemplo: la niña del abrigo rojo en La lista de Schindler.

En este relato no muere ningún niño, no teman, pero sí que ocurre algo que hizo que se me saltaran las lágrimas sin que pudiera hacer nada por impedirlo (afortunadamente, ya había salido del metro). Mi duda: eso que hizo que se me saltaran las lágrimas, ¿se puede considerar un golpe bajo? Y en caso afirmativo ¿se pude considerar al mismo tiempo un golpe maestro?

Perteneciendo como pertenezco a ese tipo de personas que desconfían de la emoción incontrolable pero admiran a aquellos autores que consiguen provocársela, entenderán que me resulte imposible decidir si Notas para mi biógrafo es un buen relato o no. Por eso (y porque no quiero destriparles nada), mi comentario llega solo hasta aquí.

Si les he despertado la curiosidad, lo doy por bueno.

10 June 2018

Fobias literarias


[...] Danglar no soportaba las Preguntas sin Respuesta. Preguntas sin Respuesta que se las ingeniaban para crecer como dientes de león en el mantillo de la vida, convirtiéndose en una miríada de incertidumbres, miríada  que alimentaba su ansiedad, ansiedad que minaba su existencia. Danglar se esforzaba sin descanso en aniquilar las Preguntas sin Respuesta, como un maniático escruta y sacude las partículas de polvo que caen en su chaqueta. Esfuerzo titánico que lo llevaba casi siempre a un callejón sin salida y a la impotencia. Impotencia  que lo propulsaba hacia el sótano de Brigada, que a su vez cobijaba su botella de vino blanco, que a su vez era la única capaz de disolver una Pregunta sin Respuesta excesivamente correosa.

La tercera virgen, FRED VARGAS

[Traducción de Anne-Hélène Suárez Girard]



Leer esto me llena de irritación. Irritación que crece a medida que se suceden los encadenados. Encadenados que me raspan el cerebro como papel de lija. Lija gorda de grano grueso. Grueso como grueso es el libro (479 págs.). Libro que acabo tirando contra una lámpara, que al caer golpea un cuadro, que a su vez golpea un jarrón que a su vez impacta contra mi cabeza. Cabeza de chorlito, esto me pasa por.

24 May 2018

La hija de un soldado nunca llora, de Kaylie Jones: sime

1. Hay película. No la he visto pero ahora tengo ganas de verla, a pesar de que, inevitablemente, las imágenes de la película se acabarán amalgamando con mis recuerdos del libro hasta que ya no pueda distinguir las unas de los otros, cosa que odio.

2. El primer capítulo me pilló desprevenido, casi tanto como los diez primeros minutos de Up. Es decir: asomo de lagrimita.

3. Lo que más me enganchó desde el principio fue: cómo con un par de pinceladas en los momentos clave la narradora consigue transmitir la complejidad de lo que sentía de pequeña hacia su hermano adoptado (recién adoptado). La infancia bien contada, podríamos decir.

4. También: la estructura. Me gustan (me creo más) las memorias que no están ordenadas cronológicamente —todo lo que he hecho en mi vida desde la cuna al asilo— sino por temas o cuadros —nunca me he llevado bien con mi padre, aquellas vacaciones en Gandía, siempre he sido yo el que ha roto la relación, menos una vez (todos ellos ejemplos inventados)—. En esta novela tenemos las dos cosas: la narración va saltando de un episodio a otro haciendo de cada capítulo casi un relato independiente, pero los saltos van siguiendo mayormente el orden cronológico.

5. No soy muy de señalar el tema principal de las cosas, pero si me cayese en Selectividad diría que el tema principal de la novela es: dejar atrás (dejar cosas atrás).

6. De conformidad con las buenas prácticas del reseñador de novelas, les copio un fragmento para que aprecien el estilo de la autora:
Al volver a casa en el autobús público el primer viernes de la primera semana de Septième —el quinto curso— llegué a una conclusión que me dejó estupefacta: no había un solo profesor en todo el colegio, ni un alumno en mi clase, al que yo le cayera bien.
Traducción de Ana Bustelo

(No es lo bastante largo para que puedan apreciar gran cosa, pero me he cansado de sostener el libro al mismo tiempo que tecleaba.)

7.  Todos los usuarios de Goodreads que han puesto mala nota a la novela se quejan del final. Coincido en que el último capítulo es un bajón en toda regla (por razones que no conviene destripar), aunque la frase de remate resulta bastante emotiva, eso sí. Pero como el final es lo primero que olvido de casi cualquier cosa, película o libro, pues me da un poco igual. Para mí esta novela es el diamante entre los carbones y los cuarzos de mis últimas lecturas.

20 May 2018

Dejar atrás

En nuestra cultura el futuro se suele concebir como lo que está delante y el pasado como lo que se deja atrás. Sin embargo, otras culturas conciben el pasado como lo único que se puede ver y el futuro como aquello que no se conoce.

Y tienen razón: en el tren del tiempo no vamos sentados en el sentido de la marcha, sino en el sentido contrario al de la marcha.

13 May 2018

La maldición de Hill House: en busca de la traducción perfecta



No live organism can continue for long to exist sanely under conditions of absolute reality; even larks and katydids are supposed, by some, to dream. Hill House, not sane, stood by itself against the hills, holding darkness within; it had stood so for eighty years and might stand for eighty more. Within, walls continued upright, bricks met neatly, floors were firm, and doors were sensibly shut; silence lay steadly against the wood and stone of Hill House, and whatever walked there, walked alone.

The Haunting of Hill House, SHIRLEY JACKSON


Me dice el buscador (ese pequeño y solícito rectangulito blanco de la columna de la derecha) que ya he hablado de Shirley Jackson en tres entradas del blog. Pocas me parecen. He aquí la cuarta.

En esta ocasión, la comparativa no les va a servir de mucha ayuda si están pensando en comprarse una traducción de la novela y viven en España. ¿Por qué? Porque es difícil que en España encuentren ninguna de ellas. En casos como este, ¿está justificado el pirateo? Yo creo que sí.

Me he leído la novela dos veces. La primera me dejó bastante inquieto, como a mí me gusta. La segunda me llenó de admiración por Jackson.

He visto una vez la adaptación que Robert Wise hizo en 1963, The Haunting / La mansión encantada. Me gustó mucho —¿es Robert Wise un director infravalorado?—. Planeo volver a verla en breve.

He visto una vez (en el cine) la adaptación que hizo Jan de Bont en 1999, The Haunting / La guarida. Me pareció una mierda.

He leído La casa infernal, el «homenaje» de Richard Matheson a la novela de Jackson. Tienen mis impresiones aquí.

He visto una vez la adaptación al cine de la novela de Matheson, The Legend of Hell House / La leyenda de la casa del infierno. Me sirvió para darme cuenta de que, por mucho que me gusten las buenas pelis de terror, no debo de ser muy fan del género si las malas pelis de terror me entretienen tan poco.


* BLANCO SATÉN *


Ningún organismo viviente puede subsistir mucho tiempo, sin volverse loco, en un estado de conciencia absoluta; algunos suponen que incluso las alondras y los saltamontes sueñan. Hill House, misteriosa, se perfilaba sobre el fondo de sus colinas preñada de oscuridad; así se alzaba desde hacía ochenta años y así podría seguir otros ochenta años más. En su interior las paredes seguían rectas, los ladrillos limpiamente ensamblados los suelos eran firmes y las puertas cerraban bien; el silencio yacía mansamente en la madera y la piedra, y fuera lo que fuera lo que por allí andara, lo hacía en soledad.

Traducción de Isabel Baldrich Gómez


¿Por qué «viviente» y no «vivo», si ni siquiera en el original se usa el gerundio? ¿Por qué «misteriosa» para traducir «not sane»? ¿Los ladrillos (los de las casas, no los de Lego) se ensamblan? ¿No se pierde algo al traducir «sensibly» como «bien» (la implicación de que es sensato que en una casa como Hill House las puertas estén cerradas)? Hay otras tres soluciones un poco discutibles también —discutibles porque no son las más literales— que, sin embargo, no me disgustan: «conciencia absoluta», «preñada de oscuridad» y las repeticiones en la frase sobre los ochenta años.


* PLAZA Y JANÉS *


Y

* DEBOLSILLO *


Ningún organismo vivo puede prolongar su existencia durante mucho tiempo en condiciones de realidad absoluta sin perder el juicio; hasta las alondras y las chicharras sueñan, según suponen algunos. Hill House, que no era nada cuerda, se levantaba aislada contra el fondo de sus colinas, almacenando oscuridad en su interior; así se había alzado durante ochenta años y podría aguantar otros ochenta. En su interior las paredes permanecían derechas, los ladrillos encajaban perfectamente y las puertas estaban sensatamente cerradas; el silencio reinaba monótonamente en Hill House, y cualquier cosa que anduviese por ella, caminaba sola.

Traducción de Paulino Serrano Valero


¿ Son los «katydids» «chicharras»? —Por lo que he visto en la Wikipedia, aunque los katydids, hacen un sonido muy parecido al de las chicharras, no pertenecen al mismo orden que estas sino al de los saltamontes (de hecho, son como saltamontes pero con las patas más cortas)—. ¿No queda un poco torpe ese «que no era nada cuerda» en comparación con el «not sane» del original? ¿Se han olvidado de la referencia a los suelos de Hill House? Vale que en español la combinación reinar + silencio se ha convertido en una frase hecha, ¿pero es apropiada para «silence lay»?


* VALDEMAR *


Ningún organismo vivo puede mantenerse cuerdo durante mucho tiempo en unas condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y las chicharras, suponen algunos, sueñan. Hill House, nada cuerda, se alzaba en soledad frente a las colinas, acumulando oscuridad en su interior; llevaba así ochenta años y así podría haber seguido otros ochenta años más. En su interior, las paredes mantenían su verticalidad, los ladrillos se entrelazaban limpiamente, los suelos aguantaban firmes y las puertas permanecían cuidadosamente cerradas; el silencio empujaba incansable contra la madera y la piedra de Hill House, y lo que fuera que caminase allí dentro, caminaba solo.

Traducción de Óscar Palmer Yáñez


Chicharras, de nuevo, y alguna que otra elección que me hace arrugar la nariz: «podría haber seguido» (¿es el tiempo verbal más adecuado?), ¿los ladrillos se entrelazan? ¿«empujaba» es la mejor opción posible para ese «lay against»? Pero, en conjunto, es la versión que más me convence. El cierre del párrafo conserva la pegada del original.


Conclusión: encuentren la traducción que encuentren, no duden en leerla. Y quizá, en vista de pequeño resurgimiento que está viviendo Jackson en los últimos años, Valdemar se anime a reeditarla en un futuro próximo (y en formato de bolsillo, a poder ser).


De propina, les dejo un enlace a un cortito pero interesante análisis de aquellos elementos de estilo que hacen sublime este párrafo.


* Actualización (13 de octubre de 2019).

Acaba de aparecer en España una nueva edición de la novela. Con una nueva traducción. No desaprovechen la oportunidad.

* MINÚSCULA *


Ningún organismo vivo puede mantenerse cuerdo por mucho tiempo en condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y los saltamontes, según dicen algunos, sueñan. Hill House, insana, se alzaba solitaria contra sus colinas, conteniendo la oscuridad interior; estaba allí desde hacía ochenta años y podía estar ochenta más. Dentro, las paredes seguían de pie, con los ladrillos dispuestos en orden, los suelos eran firmes y las puertas estaban prudentemente cerradas; el silencio yacía agazapado en la madera y la piedra de Hill House, y lo que fuera que rondaba por allí, lo hacía a solas.

Traducción de Carles Andreu


Nuevas opciones que me gustan: «insana», «prudentemente», «yacía agazapado». Discutible: «se alzaba solitaria contra sus colinas» (¿alzarse contra algo no quedaría mejor en un contexto en el que se hablase de sublevación y no de una figura recortada sobre otra? ¿por qué «sus» y no «las»?) «estaba allí desde hacía ochenta años» (¿«estar» es el verbo más apropiado para esa frase?), «con los ladrillos dispuestos en orden» (¿se desordenan los ladrillos con el paso del tiempo?), en la última frase se pierde la reiteración —tan afortunada— del verbo («walked», «walked»).

29 April 2018

Ah, ¿te gusta leer?

Me ha pasado varias veces: alguien se entera de que soy muy aficionado a la lectura y me pide que le recomiende algún libro. Yo, como recomendador responsable que soy, siempre trato de indagar un poco en los gustos de mi interlocutor antes de decir ningún título; pero la gente no está en el mundo para la minucia sino para la grandeza, esperan un oráculo, un mago, un sabio, no un algoritmo y se niegan a darme pistas.

¿Qué hacer?

Para estos casos he perfeccionado un método consistente en recomendar clásicos del siglo XIX, porque:
(1) me hacen parecer culto;
(2) es poco probable que mi interlocutor se los lea;
(3) si se los lee es muy probable que le gusten (por algo son clásicos) o que finja que le gustan (para no quedar mal);
(4) en el caso de que no le gusten, la tradición crítica literaria me ofrece un bonito hombro por encima del que mirar.
¿Y qué clásicos recomiendo?

Con esa desfachatez confiada que da la pereza, me voy a permitir recrear aquí un comentario que dejé hace tiempo en un blog que seguro conocerán (deberían): Das Büecherregal


La Regenta


Hay pocas novelas que tengan tantos personajes redondos, caracterizados a la perfección, moviéndose todos a la vez por un mismo escenario. Todo eso requiere mucho andamiaje, así que en la primera parte hay mucha carpintería y la acción principal va lentita. Pero es bonito oír los martillazos. Además, aunque no es una sátira, tiene muy mala leche (el narrador es muy poco compasivo en el retrato de los personajes) y más de una sonrisa de medio lado arranca.


Anna Karénina

Que yo sepa, nadie ha contado tan bien como Tolstoi una carrera de caballos en el hipódromo o un paseo por el bosque de dos personajes que se gustan, por poner dos ejemplos. Tolstoi cuenta bien hasta los pensamientos de los personajes. Para Nobokov la maestría radica en el manejo del tiempo y es cierto que parece que los personajes piensen al mismo ritmo de nuestra conciencia.



Fortunata y Jacinta

En una primera lectura hay que salvar bastantes escollos, no voy a mentir, pero tiene una vitalidad que a mí, al menos, me acaba ganando. Hacia el principio hay un viaje de novios que, en mi opinión, es de lo mejor que se ha escrito en castellano. En general, todo el manejo del habla de los personajes es impecable. Y si viven ustedes en Madrid luego irán por las calles diciendo: aquí vivía Fortunata, aquí Jacinta, aquí... como si fuesen conocidos suyos.



Middlemarch

Ya hablé un poco de ella en otra entrada. En algunos pasajes el narrador nos da pequeños sermones para explicar y valorar moralmente las reacciones y los sentimientos de los personajes. Las metáforas y las comparaciones que usa son muy esclarecedoras, pero hoy en día no estamos acostumbrados a narradores de este tipo, que hablan como si fuesen representantes de la Sabiduría Universal. Aunque a mí no me molestan esos sermoncillos, creo que se disfruta más cuando cuenta las cosas sin ellos. Brilla, sobre todo, en los resúmenes de acontecimientos; por ejemplo, cuando cuenta cómo le ha ido a un personaje en los cinco primeros años de su matrimonio. Es una novela sobre el choque entre las expectativas y la realidad, y ese es su punto fuerte: refleja muy bien el vaivén de las ilusiones y las derrotas.