Nos han contado mil veces el despertar sexual del Varón Occidental, judío y no judío, pero... ¿y el de ellas? ¿Nos lo han contado alguna vez? ¿Nos lo han contado ellas mismas?
Si a alguien le interesa oír su versión (las dudas, los dedos...) puede ver esta película donde se habla chileno: Joven y alocada.
No es divertida ni triste. Es existencialista y post-postmoderna (o casi), habla de la madurasound y de la felicidarrrs [sic].
Y aviso: esto no es una recomendación, es mera publicidad.
12 May 2013
04 May 2013
Saqueando blogs: Mars on life
España no es país para niños. Mucho Joselito, mucho Pablito Calvo, mucha Marisol... Pero ¿dónde está nuestro Dr. Seuss, nuestro Gianni Rodari, nuestro Michael Ende, nuestro Roald Dahl?
¿Cúal es nuestro gran clásico de la literatura infantil del S.XX? ¿Platero y yo? ¿Marcelino pan y vino? ¿Fray Perico y su borrico?... ¡Puaj!
¿Gloria Fuertes? Bueno, por ahí vamos mejor pero, qué quieren que les diga, no la veo muy consistente como narradora. Y sé de lo que hablo. De pequeño me leí varias veces Pío Pío Lope, el pollito miope.
Roald Dahl.
Uno de mis hitos como lector fue el descubrimiento de La medicina de Jorge. Literatura que hacía cosquillas. Y después Las brujas, uno de los libros más difíciles de conseguir en la biblioteca de mi colegio (así de intenso era el boca a boca). Todavía recuerdo el momento en que empecé a leerlo. Nunca nadie me había hablado así desde las primeras páginas de un libro. Temblaba de placer. Roald Dahl, el Hitchcock de la literatura infantil.
Probemos a leer el comienzo de Matilda:
"Ocurre una cosa graciosa con las madres y los padres. Aunque su hijo sea el ser más repugnante que uno pueda imaginarse, creen que es maravilloso.
Algunos padres van aún más lejos. Su adoración llega a cegarlos y están convencidos de que su vástago tiene cualidades de genio.
Bueno, no hay nada malo en ello. La gente es así. Sólo cuando los padres empiezan a hablarnos de las maravillas de su descendencia es cuando gritamos: «¡Tráiganme una palangana! ¡Voy a vomitar!»."
Funciona. De hecho, funciona bastante mejor que la mayoría de los relatos que el propio Dahl escribió para adultos.
Y ahora, el saqueo. A la autora del blog Mars on life también le gusta Roald Dahl. Le gusta tanto que incluso ha ido a Great Misseden (U.K.) a ver (por fuera) la casa del escritor y a visitar (por dentro) el museo que le han dedicado en el pueblo. Ella misma lo cuenta. Un relato curioso. Curioso como un niño.
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Saqueando blogs
29 April 2013
Bésame... Bésame mucho
"I guess if you kiss enough butts eventually you kiss the right one."
The Good Wife, 3ª Temporada, Episodio 6
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Citas
25 April 2013
Canciones que deberían ser más conocidas (VI)
Hasta el minuto 0:59 esta canción me parece la bomba. Pero del minuto 1:00 al 1:22 la odio con todas mis fuerzas, y en adelante ya no la disfruto igual hasta, quizás, los gorgoritos finales.
Si fuese dj la remezclaría. Pondría el primer minuto en bucle con algunos puentes chulos de otras canciones intercalados (porque anda que no hay canciones que tienen lo mejor en sus puentes...) y ya. Estribillo no le hace falta.
Waiting For a War - The Morning Benders
20 April 2013
Vivir, vivir, qué bonito
Yo lo hago mucho. Vendría a ser algo así:
La cosa da un gustirrinín especial cuando A tiene mucho menos reconocimiento que B. Cuando es menos guay.
Mi A de hoy es The Good Wife. Y mi B, Mad Men.
De Mad Men sólo he visto 6 o 7 episodios de la primera temporada. La dejé porque me estaba haciendo daño: me aburría soberanamente. En cambio, voy por la tercera temporada de The Good Wife (23 episodios por temporada) sin que el interés haya decaído en ningún momento, a pesar de lo reiterativo de la fórmula "un episodio, un caso" (¡hablamos de una serie de abogados!).
Puede que The Good Wife sea un mero serial, con todas las connotaciones decimonónicas y veintecheras del término, y Mad Men, en cambio, una obra de arte. Ni lo sé ni me importa (sobre todo por la parte de Mad Men).
The Good Wife es vida. Mad Men, pura muerte.
"A es buenísima. No como B, que no vale una puta mierda."En A se pone algo que a uno le guste mucho (una película, una serie...) y en B otro algo del mismo tipo (otra película, otra serie...) que a uno no le guste nada.
La cosa da un gustirrinín especial cuando A tiene mucho menos reconocimiento que B. Cuando es menos guay.
Mi A de hoy es The Good Wife. Y mi B, Mad Men.
De Mad Men sólo he visto 6 o 7 episodios de la primera temporada. La dejé porque me estaba haciendo daño: me aburría soberanamente. En cambio, voy por la tercera temporada de The Good Wife (23 episodios por temporada) sin que el interés haya decaído en ningún momento, a pesar de lo reiterativo de la fórmula "un episodio, un caso" (¡hablamos de una serie de abogados!).
Puede que The Good Wife sea un mero serial, con todas las connotaciones decimonónicas y veintecheras del término, y Mad Men, en cambio, una obra de arte. Ni lo sé ni me importa (sobre todo por la parte de Mad Men).
The Good Wife es vida. Mad Men, pura muerte.
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A mejor que B
06 April 2013
Nabokov habría usado emoticonos
- ¿En qué lugar se coloca usted entre los escritores vivos y los del pasado inmediato?
A menudo pienso que debería existir un signo tipográfico para la sonrisa... una especie de signo cóncavo, un corchete redondeado boca arriba, que ahora me gustaría trazar como respuesta a su pregunta.
[Entrevista a Vladimir Nabokov para The New York Times, 1969.]
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03 April 2013
Visitas a la bibliotecaria: "Opiniones contundentes" de Vladimir Nabokov
Vladimir Nabokov, 1973
Taurus, 1999
179 págs.
- De todos los libros que he sacado de la biblioteca hasta ahora, este es, con diferencia, el que está más subrayado (perirrayado, en realidad: las líneas no las han hecho por debajo de los renglones sino en los márgenes, en vertical). Y no se equivoca el que lo haya hecho. Es un libro idóneo para subrayar; de hecho, se podría subrayar casi entero, desde la primera hasta la última letra, interrumpiendo la línea sólo en las preguntas de los entrevistadores (no lo había dicho, es un libro de entrevistas). Incluso a través de la traducción, todas las frases de Nabokov brillan como azabache pulido. No es de extrañar porque contestaba siempre por escrito. Llega a dar la impresión de que se lo toma como un género literario (uno más) en el que ejercitarse: la respuesta periodística. Y se lo curra, vaya si se lo curra. Le preguntan si cree en Dios y dice (escribe):
"Para ser enteramente sincero (y lo que voy a decir ahora es algo que nunca he dicho antes, y espero provoque un pequeño escalofrío saludable) sé más de lo que puedo expresar en palabras, y lo poco que puedo expresar en palabras no habría sido expresado si no hubiese sabido más."
Le preguntan por su principal defecto como escritor:
"La falta de espontaneidad; la molestia de los pensamientos paralelos, el repensar y volver a repensar; la incapacidad de expresarme en debida forma a menos que componga cada maldita frase en la bañera, en mi mente, junto a mi escritorio."
Rememora su experiencia como profesor; los exámenes:
"Exámenes de las 8 a las 10,30 de la mañana. Unos 150 estudiantes... muchachos sucios, sin afeitar, y muchachas razonablemente bien arregladas. Sensación general de tedio y desastre. Ocho y media. Tosecitas, gargantas nerviosas que se aclaran, montones de ruidos que entran, crujir de páginas. Alguno de los mártires sumidos en meditación, con los brazos cruzados detrás de la cabeza. Me encuentro con una mirada obtusa dirigida a mí, que con esperanza y odio ve en mí la fuente del saber oculto. Chica de gafas se acerca a mi escritorio para preguntar: "Profesor Kafka, ¿quiere que digamos que...? ¿O quiere que contestemos sólo la primera parte de la pregunta?" La gran fraternidad de los mediocres, espina dorsal de la nación, escribiendo rápida y firmemente. Un crujido que suena simultáneamente, la mayoría que vuelve una página de sus notas, buen trabajo de equipo. Una muñeca con calambre que se sacude, la tinta que se acaba, el desodorante que no resiste. Cuando descubro miradas puestas en mí, inmediatamente se levantan al cielorraso en piadosa meditación. Los vidrios de las ventanas que se empañan. Muchachos que se quitan los suéters. Chicas que mastican goma en acelerada decadencia. Diez minutos, cinco, tres, la hora."
El desodorante, sí. Yo también me he fijado.
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Visitas a la bibliotecaria
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