27 October 2018

Fobias literarias


Algunas de las expresiones que oía a diario la asombraban, la crispaban, y la llevaban a preguntarse qué habría dicho la madre de Obinze al respecto. «No deberías de haber hecho eso.» «Habían tres cosas.» «La di una manzana.» «La mayoría de personas.» «Andé tres kilómetros.» Comentó a Obinze: estos americanos hablan fatal inglés.

Americanah, CHIMAMANDA NGOZI ADICHIE

[Traducción de Carlos Milla Soler]



Esto no va con la autora ni con el traductor.

Vivimos en un país en el que hay editoriales que publican Guerra y paz dejando en francés (sin traducir) todas aquellas partes que en el original están en francés, y editoriales que, en cambio, no dudan en atribuir laísmo a hablantes de inglés con tal de no dejar ni una sola palabra en su idioma original.

El miedo a la nota al pie de página.

10 comments:

  1. ¿Entonces en Ohio no deberían de haber laístas? ¡La mayoría de mis vidas fueron una mentira!

    Perdón por el chiste. Es malo como él solo, pero necesitaba hacerlo. Te entiendo perfectamente. Hay un descuido importante en muchas editoriales españolas, sobre todo las grandes, hacia este tipo de cuestiones. Parece que les da miedo abrumar al lector con necesarias notas al pie. En este ejemplo de Ngozi Adichie era de manual ponerla y también en el otro caso que mencionas. De adolescente, recuerdo haber leído traducciones de Nabokov editadas por Anagrama y estar mirando el móvil cada dos por tres porque aparecían términos y frases enteras en francés, italiano o alemán que no comprendía. No había una puñetera nota al pie en todo el libro, por supuesto. Tener que soltar el libro constantemente para buscar lo que fuera para continuar. ¡Eso sí que entorpece la lectura!

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    1. Yo también estuve a punto de tirar de sarcasmo en la entrada, pero me contuve porque no quería que pareciese que estaba atacando al traductor.

      Para mí, la mejor opción habría sido dejar las frases en inglés y explicar en una nota por qué no son correctas gramaticalmente. También me habría parecido bien que hubiesen dejado la traducción tal cual está ahora pero añadiendo una nota al pie que recogiese las frases originales en inglés junto a una breve explicación. Incluso, puestos a fingir que no estamos leyendo una traducción, me habría parecido aceptable que se hubiesen limitado a eliminar la palabra "inglés" de la frase final del párrafo: "estos americanos hablan fatal".

      Pero lo que han hecho me parece una chapuza.

      Por cierto, ¿de adolescente ya tenías smartphone? Si no es indiscreción, ¿qué edad tienes?

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    2. No es indiscrepción. Don't worry!

      Veintitrés cumplí este mes.

      Y sobre el móvil, no sé si era un smartphone ya o no. Era un pseudoladrillo; de los primeros dispositivos táctiles que funcionaban con un palito, parecido al de la Nintendo DS. Tenía navegador y límite de megas. Se podía buscar en Google y reproducía música. Para mí era lo esencial y prácticamente lo sigue siendo.

      Cuando me lo regalaron coincidió que tenía quince años y que acababa de ganar un concurso de relatos en el instituto. Fue un poco triste, porque nadie más se presentó, pero me dieron treinta euros para gastar en la librería del pueblo. Yo había oído hablar de Nabokov. Estaba informándome sobre novela ucrónica y alguien en Internet, que obivamente no sabía mi edad, me recomendó "Ada o el ardor". Recuerdo la mirada acusadora del librero y como me tendió el libro sin darme explicaciones verbales sobre mi compra. Fue el primer libro que compré en una especie de acto revolucionario, pues tuve que ir solo y casi de incógnito. Mi madre quería comprarnos a mi hermano y a mí archivadores, cuadernos y otros materiales de papelería con aquellos treinta euros.

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    3. Pues te echaba más de veintitrés. Bastantes más. Por el tipo de libros que reseñas y por la forma en que escribes. Seguro que ya te lo habían dicho alguna vez.

      Comprarse "Ada o el ardor" a los 15 años, a escondidas y con el dinero de un premio literario debe marcar, sí. Yo el primer libro que me compré por mi cuenta, con mi dinero y sin pedir permiso a mi madre, fue "Parque Jurásico". No llega ni a anécdota.

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  2. Hay que acabar con el laísmo. O en su defecto, con los laístas. Y si no con todos, por lo menos con los traductores laístas. ¡Qué lacra!

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    1. Y el peor laísmo de todos, el de Ohio (como dice Lucas). ¿Pero quién les enseña a hablar inglés a los estadounidenses? ¿Belén Esteban?

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    2. Yo no soporto el laísmo, vaya por delante esta declaración antes de seguir. Entiendo que en ciertas circunstancias especialmente complicadas (se me ocurre pensar en las novelas de Tom Wolfe, tan aficionado a trasladar el habla sureña o redneck a sus textos), un traductor puede verse contra la pared y recurrir a argucias demenciales. Ahí tengo poco que decir, pero que cometan un laísmo por error gramatical es que me quema por dentro. Por cierto que yo optaría por la nota a pie explicando la realidad de la frase en el idioma original. Que somos mayorcitos, cohones (algunos mucho más que otros, según veo en los comentarios)

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    3. Yo era mucho más intolerante con el laísmo cuando no vivía en Madrid. Ahora casi no me llama la atención (oído, al menos; escrito un poco más). Además, mi leísmo militante con la tercera persona del masculino me hace difícil distinguir a veces si un verbo es transitivo o intransitivo así que no me siento con autoridad para quejarme.

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  3. Me provoca una cierta urticaria estas "licencias" que en el fondo no reflejan más que la cutrería de la editorial a la hora de traducir una novela.

    En el polo opuesto, las traducciones de Anagrama para las novelas de Irvine Welsh; llenas de notas a pie de página para entender el argot utilizado.

    Saludos

    Pd: lo que más me molesta de laísmos y hermanos putativos varios, es que al que lo comete se lo han dicho cientos de veces pero para qué cambiar?

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    1. Jaja, muy cierta tu postdata. Una vez le expliqué a una de mis alumnas madrileñas (clases particulares) que no era correcto decir "la di el lápiz" y me contestó: "¿pero si no se puede usar el 'la' cómo se señala si el lápiz se lo das a ella o a él?" Me hizo gracia, pero en cierto modo tenía razón: el sistema de pronombres átonos en castellano no es del todo funcional.

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