28 December 2017

Los mayores simes de 2017 (libros)

Por motivos complicados de explicar, este año no he leído los libros de mi biblioteca que más ganas tenía de leer, sino aquellos que más me convenía leer en cada momento. Así, salvo con los dos primeros de la lista, no he vivido grandes pasiones. Orden decreciente, pues.

1. El mundo según Garp, de John Irving

«Cuanto más lees, más vidas tienes», dicen en el anuncio del premio Planeta. Y sea cierto o no —¿la vida imaginaria cuenta como vida?— he de reconocer que hay partes de El mundo según Garp que recuerdo como algo que hubiese vivido. Pedazo de piropo, Mr. Irving.


2. Un artista del mundo flotante, de Kazuo Ishiguro

Hacia el principio el narrador nos cuenta una conversación, crucial para la trama, que tuvo con una de sus hijas. Más adelante, el narrador le recuerda esa conversación a la hija y la hija niega que el diálogo se desarrollase tal y como el narrador nos lo había contado a los lectores. Los fans de los narradores poco fiables aplaudimos.

3. El Mago, de John Fowles

¿Qué nos pasó hacia finales del siglo XX para acabar obsesionados (como en el Barroco / como adolescentes) con el tópico del engaño de los sentidos? Desafío TotalAbre los ojos, The Game, Matrix. Fowles sabe un par de cosas sobre el asunto.


4. El hombre que cayó en la Tierra, de Walter Tevis

No me suele atraer demasiado esa épica del perdedor que se quedó por el camino y desde entonces vive al margen, refugiado en la bebida. Pero cuando al extraterrestre noble y delicado del título le empieza a pesar la vida (la vida en la Tierra), incluso yo sufro. Sin duda, la novela más conmovedora —que no lacrimógena— de la lista.

5. El cuento de la criada, de Margaret Atwood

Que levanten la mano todos los que se hayan leído este año El cuento de la criada. Lo sabía. Sin embargo, he visto poco debate del tipo «¿qué es mejor, el libro o la serie?». Todo el mundo parece coincidir en que la serie es igual de buena que el libro. Así que voy a tener que ser yo el que lo diga: el libro es mejor.

6. 22/11/63, de Stephen King

De Stephen King solo había leído Carrie (me lo regalaron). Como conocía sus libros más famosos gracias a las adaptaciones al cine o a la televisión, no me planteaba leerlos. Sabía que es un buen escritor pero me ha sorprendido comprobar hasta qué punto, sobre todo en cuanto al tratamiento del paso del tiempo. Salvo un bache en el tercer cuarto de la novela, King maneja los ritmos como un maestro.

7. No, mamá, no, de Vertity Bargate

Una de las normas de Elmore Leonard a la hora de escribir era «si suena a literatura, olvídelo, no sirve». Ninguna de las frases de No, mamá, no suena a literatura, aunque lo sea. Tiene trucos, pero incluso los trucos parecen naturales.
Podríamos decir que es una novela entonada, como un actor de teatro que dice sus líneas como si se le estuviesen ocurriendo en ese mismo momento.

8.  La cueva, de Tim Krabbé

Hasta el final Krabbé no nos da la clave que nos permite conectar las distintas partes del libro en una única historia. Doble riesgo: (1) cada parte podría no tener suficiente interés por separado, (2) la conexión de las partes podría resultar forzada o —peor— irrelevante. No diré que Krabbé sortea ambos peligros sin mancharse, pero a mí al menos me convence.
9. Una temporada para silbar, de Ivan Doig

Este libro no le va a cambiar la vida a nadie, pero posiblemente sí que le alegre tres tardes flojas. Le pegan adjetivos de gama media —entrañable, ameno, grato—, pero no nos engañemos, no por eso hay que restarle mérito. Siempre es más difícil conquistar desde la modestia.

4 comments:

  1. El primer libro que me leí de Irving fue 'El mundo según Garp', cómo me había gustado. A partir de ahí me leí bastantes libros del autor.
    El de 'No, mamá no' me gustó bastante aunque me da la impresión que me voy a olvidar enseguida de él.
    Tengo un gran dilema con 'El cuento de la criada' , me he visto la serie y me ha gustado mucho, no sé si me apetece desvelarme el final , y el libro lo tengo , pero sin abrir...
    Pues me apetece el de 'Una temporada para silvar'. Apunto.

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    1. Coincido en que No mamá,no no me ha dejado mucho poso, pero es de esos libros que mientras lo estaba leyendo solo podía pensar en lo bien escrito que está.

      La serie de El cuento de la criada amplía el universo de la novela. Realmente, en el primer episodio de la serie ya está casi la mitad del libro, así que han tenido que añadir algunos desarrollos y ampliar el papel de varios personajes. Así que no creo que el final de la serie se vaya a parecer demasiado al del libro.

      Una temporada para silbar es ese tipo de novelas amables en las que avanzas más por la simpatía de los personajes y por el buen rollo que por las situaciones en sí. Un poco como A la caza del amor, aunque con un humor mucho más blanco.

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  2. No sabes cómo me alegra que reivindiques a Stephen King, autor admiradísimo en mi adolescencia al que unos estúpidos prejuicios me hicieron dejar de lado y con el que me he reecontrado muchos años después. Un grande que trasciende géneros.

    Totalmente de acuerdo con John Irving, creo que por su categoría de best-sellerista no se le respeta como se merece. La lectura de sus libros es siempre absorbente cual Vileda (por no decir nada subido de tono).

    El cuento de la criada; eres la segunda persona que me dice que el libro es mejor que la serie, considerando que la serie es buena. Habrá que leerlo, pues.

    Me apunto el de Walter Tevis. Es Bowie el que ocupa la portada?.

    Ahora mismo la saturación me impide acercarme a Ishiguro. El otro día entré en mi libreria habitual y tenía todo un expositor decicado... cosas del márketing.

    Cuando puedas dale un vistazo a El Banquete Celestial de Donald Ray Pollock, en la línea del autor. Es decir, tremendo.

    Saludos

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    1. Yo ya estoy haciendo acopio de libros de King y de Irving para repetir.

      Creo que todos los que decimos que es mejor la novela que la serie de El cuento de la criada es porque hemos leído antes la novela. Si haces el recorrido contrario es probable que te parezca que en la novela pasan muchas menos cosas y que no se explica nada.

      Sí, es Bowie. Lo han puesto en la portada del libro porque fue él quien interpretó al protagonista en la adaptación cinematográfica. Al parecer, Bowie era fan de la novela. La verdad es que le pega mucho el papel de extraterrestre delicado. La edición es muy chula, por cierto.

      Todavía no he leído nada de Donald Ray Pollock pero probaré.

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