Una de las escenas transcurre en el camarote que acaban de asignar a la protagonista. Ella y su nueva compañera conversan; por detrás podemos ver sus camas, que consisten —cada una— en un colchón cubierto con una manta oscura (de esas como de cárcel americana) y una almohada blanca.
Cama espacial del S. XXIII |
Y yo pienso: ¿esto es todo lo que el futuro nos puede ofrecer en cuestión de dormitorios? En una nave inteligente, que puede alcanzar la velocidad de la luz y que se repara sola, donde las puertas se abren automáticamente y la diferencia de presión con el espacio exterior se compensa inmediatamente al entrar, en una nave que genera su propio escudo protector... ¿¡tengo que dormir en un puto colchón LoMónaco (estrecho) con una sábana, una manta y una almohada del Carrefour!? ¿De verdad la humanidad no va a inventar nada mejor? ¿Cómo son los baños? ¿Un agujero en el suelo por el que cae la mierda al espacio?
Gente que os dedicáis a la ciencia ficción, si queréis que os tome en serio hacedme el favor de poner campos de fuerza que mientras duermes te mantienen en la posición más sana para tu columna y a una temperatura óptima.
No pido tanto, ¿no?