06 April 2020

¡¡Marditoh roedoreh!!

No sé si a ustedes les pasa pero yo recuerdo con nitidez todas y cada una de las veces que he visto una rata en la calle*. De hecho, el avistamiento queda tan grabado en mi memoria que cada vez que vuelvo a pasar por esa misma calle y coincide que es más o menos la misma hora, me imagino —con una aprensión digna de un personaje de Poe— que se me vuelve a aparecer la misma rata asquerosa**.

ACLARACIÓN: No, no lo han soñado ustedes. Antes esta entrada tenía una imagen de esa conocida película de animación sobre un rata cocinera, pero la imagen... desapareció.

* En casa, por suerte, no he visto ninguna todavía.
** Con las ardillas, desde luego, esto no pasa.

15 comments:

  1. Te entiendo. Las ratas traumatizan. Es más, un día vi de cerca en el Retiro a una ardilla y no me hizo mucha gracia. Es más, en "Ratatouille" no paraba de pensar: "pero qué guarrada, qué hace esa rata tocando la comida".

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    1. Sí, a mi el concepto "ratas que cocinan" de Ratatouille también me dio un poco de asquete. Pero lo que ya me pareció inadmisible fue que la rata pudiese manipular el humano tirándole del pelo. ¿Cómo de perturbador es eso?

      Pero, bueno, la peli me gustó (sobre todo por la escena final del crítico).

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  2. ¿Hasta que punto nuestra relación con las ratas no se ha visto afectada por una leyenda negra? La de España/Castilla y la conquista de América está más que comprobada, pero quizás a ésta habría que darle una vuelta también. Ahí lo dejo.

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    1. Habría que revisarlo, aunque hay personas que le tienen fobia de muy diversas culturas.

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    2. Que lo revisen las generaciones venideras, yo ya no puedo.

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  3. ¡Con lo que a mí me gustan las ratillas! Profeso una absoluta devoción por los roedores, siempre me han fascinado desde pequeño y en casa he podido tener varios. Son animales mucho más inteligentes de lo que parecen y también bastante cariñosos. Eso sí, es mi lucha contra el mundo. Lo asumo. No tengo una opinión popular.

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    1. Llamarlas "ratillas" no las hace más monas, Lucas. ¿Qué son más inteligentes y cariñosas de lo que pensamos? ¿Pero qué clase de consuelo es ese? Lo último que quiero en este mundo es que una rata amorosa venga todas las noches a mi cama antes de dormir a arroparme y darme un lametón.

      Es como si me dices que las cucarachas son unas mascotas encantadoras porque si les empapas las patas con tinta y las pones encima de un papel te hacen unos mandalas preciosos.

      Quita, qita. Que no. Que somos especies en competición por la supremacía.

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    2. ¡Pero no me compares las ratas con las cucarachas! ¡Todos sabemos que las cucas son mucho más adorables! ¡ja, ja, ja, ja!

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    3. Desde mi punto de vista uno de los problemas en nuestra percepción de las ratas, además de su demonización desde la Edad Media por ser portadoras de enfermedades (como si las condiciones higiénico-sanitarias de la Edad Media fueran lo más), es que plantan cara al ser humano cuando se las acosa. Pelean. Luchan. Que es algo que al homo sapiens, por ser cúspide de la evolución bla, bla, no sabe encajar muy bien. Súmale su capacidad de supervivencia en las condiciones más inmundas y a fecha de hoy, yo diría que son competencia directa nuestra en el dominio de La Tierra. Yo que vosotros haría como @Lucas Despadas y me iría haciendo amigo de ellas por lo que pueda pasar. Y por si acaso borraría este post del blog.
      :P

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    4. ¡Pero bueno! ¡Un alegato filorrati en mi blog!

      No pienso borrar la entrada, Cities. Y si es necesario, cuando los ejércitos de ratas empiecen a atacarnos,cuando traten de someternos y encerrarnos en campos de concentración, ¡lideraré la Resistencia Antirrati!.

      ¡Vive la liberté!

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  4. es así como deis... yo pensaba de niño que era valiente hasta que me tope con una en la calle... nos miramos y disparamos cada uno para el otro lado, terror...

    y un día vi una blanca parada en dos patas en una estación... quiero borrar eso de mi memoria! jaja... saludos

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    1. ¡Una rata blanca suelta en un lugar público! Eso sí que es raro verlo (al menos en España, en Argentina no sé). ¡La Moby Dick de las ratas!

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    2. debajo de una estación de tren, se cayó algo y lo fui a buscar. Me metí en su territorio digamos TEMERARIO LO MÍO JE...

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  5. Claros indicios de musofobia. Las ratas dan bastante asco pero no más que muchas otras especies, especímenes humanos, incluídos.

    Por cierto, en los últimos tiempos he leído un par de libros en los que el protagonista era un maldito roedor:

    - Doctor Rat de William Kotzwinkle (al que algún día sabré escribir su apellido sin consultarlo).

    - Firmin de Sam Savage.

    Saludos

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    1. Bueno, para que nadie piense que soy el enemigo número uno de las ratas, diré que en realidad no discrimino por especies: en las distancias cortas todos los animales me dan bastante miedo por igual. Incluidos perros, vacas y conejos.

      Con el buen tiempo en mi barrio aparecen bastantes murciélagos y de noche entro y salgo de casa con el alma encogida.

      ¡Y de los parásitos ya ni hablemos el asco que me dan!

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