19 September 2019

El último magnate: en busca de la traducción perfecta


Though I haven’t ever been on the screen I was brought up in pictures. Rudolph Valentino came to my fifth birthday party – or so I was told. I put this down only to indicate that even before the age of reason I was in a position to watch the wheels go round.
The Last Tycoon, F. SCOTT FITZGERALD


Otra vez Fitzgerald en el blog. Quinta entrada que le dedico al bueno de Francis.

    —¿Es tu escritor favorito?— me pregunta un lector jerarquizante.
    —Podría ser— respondo con sonrisa de medio lado—. De momento solo he leído El gran Gatsby y un par de cuentos pero sí: diría que es el escritor en el que más he invertido para que se convierta en mi favorito.
    —Vamos, que te pasas más tiempo comprando sus libros y escribiendo sobre él que leyéndolo— dice el lector con ese aplomo del que no teme ser juzgado por su empleo de los pronombres personales átonos.
    —Se podría decir así— ya no sonrío.
    —¿Y eso no es postureo?— el muy cabrón.
    —Podría ser— y encima tendré la bragueta abierta.

Bueno. Al lío.

* ANAGRAMA *


Aunque nunca he aparecido en la gran pantalla, me crié en el cine. Rodolfo Valentino asistió a la celebración de mi quinto cumpleaños, o al menos eso me dijeron. Anoto esto solo para indicar que, antes incluso de tener uso de razón, la posición en que me hallaba me permitía observar cómo funcionaban las cosas.

Traducción de Jaime Silva


Todas mis objeciones a esta traducción de Jaime Silva nacen del contraste con la de Dolors Ortega: prefiero «me crié en el mundo del cine» a «me crié en el cine», prefiero «la fiesta» a «la celebración», prefiero «me hallaba en la posición de» a «la posición en que me hallaba me permitía», prefiero «la maquinaria del negocio» a «cómo funcionaban las cosas». Pero si solo conociese esta traducción creo que no me parecería mala.


* NAVONA *


Y

* DEBOLSILLO *


Aunque nunca he aparecido en la gran pantalla, me crié en el mundo del cine. Rodolfo Valentino vino a la fiesta de mi quinto cumpleaños, o al menos eso me contaron. Si escribo esto es solo para constatar que, antes incluso de tener uso de razón, ya me hallaba en la posición de entender la maquinaria del negocio.

Traducción de Dolors Ortega


A pesar de que me gusta más que la anterior, no dejo de preguntarme si suena a Fitzgerald: ¿«O al menos eso me dijeron» tiene el mismo ritmo que  «or so I was told»? ¿«Si escribo esto» suena en el mismo tono que «I put this down»? ¿«La maquinaria del negocio» resuena tanto como «the wheels go round»?

¿Qué piensan ustedes? ¿Nos sacamos el Proficiency para leer a Fitzgerald?

    —¡Postureo!— dice el lector al que no invitaremos a volver a pasarse por aquí.

01 September 2019

Lo que la Ciencia Ficción no predice

Veo en Netfix un capítulo de Star Trek: Discovery.

Una de las escenas transcurre en el camarote que acaban de asignar a la protagonista. Ella y su nueva compañera conversan; por detrás podemos ver sus camas, que consisten  —cada una— en un colchón cubierto con una manta oscura (de esas como de cárcel americana) y una almohada blanca.


Cama espacial del S. XXIII

Y yo pienso: ¿esto es todo lo que el futuro nos puede ofrecer en cuestión de dormitorios? En una nave inteligente, que puede alcanzar la velocidad de la luz y que se repara sola, donde las puertas se abren automáticamente y la diferencia de presión con el espacio exterior se compensa inmediatamente al entrar, en una nave que genera su propio escudo protector... ¿¡tengo que dormir en un puto colchón LoMónaco (estrecho) con una sábana, una manta y una almohada del Carrefour!? ¿De verdad la humanidad no va a inventar nada mejor? ¿Cómo son los baños? ¿Un agujero en el suelo por el que cae la mierda al espacio?

Gente que os dedicáis a la ciencia ficción, si queréis que os tome en serio hacedme el favor de poner campos de fuerza que mientras duermes te mantienen en la posición más sana para tu columna y a una temperatura óptima.

No pido tanto, ¿no?