Dos chicas miran libros en la Fnac. Una de ellas abre un libro, lo cierra pocos segundos después y le dice a la otra:
«Un tío raro escribiendo una novela rara».
Un hombre da instrucciones a otro sobre un proyecto de trabajo:
«Hay que cambiarlo. Tenemos que tener un planteamiento tres sesenta».
En el metro cuatro adolescentes de rasgos orientales, dos chicos y dos chicas, hablan de un conocido que no está presente. Una de las chicas dice entre risas:
«Si tiene los ojos achinados, así pequeños, imagínate el cerebro».
Dos hombres de unos cuarenta años hablan en una cafetería:
«Claro, tú encima vivías en Madrid. Yo la verdad es que no tenía miedo. Nunca pensé que el SIDA fuese a llegar a Lugo».
La realidad supera a la ficción. Te va a costar superar esta selección, excepto quizás en lo tocante al mundo corporativo, porque hay que ver la cantidad de memeces que se oyen en boca de los trabajadores de las grandes multinacionales.
ReplyDeletePues justo hoy he oído una cosa bastante divertida que planeo utilizar en la próxima entrega de esta sección, así que de momento confío en la capacidad de la humanidad para superarse.
DeleteEl escudo del yoismo sirve para todo: evita desde el SIDA a la estupidez. O no.
ReplyDeleteLo de 360 lo escuché en mi antiguo trabajo. Por el lado de la venta al cliente, se trataba con seriedad. Pero luego, interiormente, había mucho pitorreo con el concepto. No porque se estuviera ofreciendo un mal producto, sino porque es uno de esos términos que abultan mucho pero no tienen sustancia alguna.
ReplyDeleteYo, aparte de esa ocasión que he recogido en la entrada, solo he oído la expresión tres sesenta en Paquita Salas, y con intención humorística, claro.
Delete