2. De Austen tenemos todo ese mundo de familias pudientes y no tan pudientes de la campiña inglesa del XIX, médicos, damas solteras y clérigos que se hacen visitas, se devuelven las visitas, conversan sobre la mejor manera de ajustarse a las convenciones sociales, calculan matrimonios, rentas y herencias, se hacen los virtuosos, cotillean. En definitiva: hablan. Hablan mucho y con un estilo muy pero que muy formal.
3. Una diferencia fundamental con respecto a Austen: no hay una heroína protagonista que al final gana algo (sabiduría, un marido).
4. La novela se compone de un 99% por cierto de diálogos en estilo directo y un 1% de indicaciones del narrador sobre el aspecto de los personajes y el espacio en el que se encuentran al empezar cada conversación. Ese 1% es tan escueto que la sensación predominante es la de estar asistiendo a una representación teatral con los ojos vendados.
5. El lector tiene que poner mucho de su parte. A menudo resulta difícil saber si un personaje está
5. El lector tiene que poner mucho de su parte. A menudo resulta difícil saber si un personaje está
(1) hablando en voz alta para todo el grupo,
(2) hablando en voz baja solo para un personaje del grupo que
[a] le contesta,
[b] no le contesta,
(3) hablando para sí mismo.
6. Por lo que he dicho hasta ahora igual no lo parece pero es una novela bastante divertida. Hay giros inesperados. Un pequeño caso criminal. Sordidez (siempre fuera de escena). Villanos en la sombra. Dúos cómicos. Al menos la mitad de los personajes tienen un punto humorístico. Metepatas. Con tendencia al sarcasmo. Ridículos que se ponen en evidencia... Eso sí: es un humor de media sonrisa.
6. Por lo que he dicho hasta ahora igual no lo parece pero es una novela bastante divertida. Hay giros inesperados. Un pequeño caso criminal. Sordidez (siempre fuera de escena). Villanos en la sombra. Dúos cómicos. Al menos la mitad de los personajes tienen un punto humorístico. Metepatas. Con tendencia al sarcasmo. Ridículos que se ponen en evidencia... Eso sí: es un humor de media sonrisa.
7. Una frase que me guardo para mi vida cotidiana:
—Qué pesadez que la excepción confirme la regla.
[Traducción de Bettina Blanch Tyroller]
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