Traducir mal algo y obtener un título digno de Javier Marías |
Pues bien, hace unos días me topé en otra novela con un ejemplo similar —los personajes hablan de errores en la pronunciación del inglés— pero mucho mejor traducido:
Deploraba la mala pronunciación de las muchachas, y las corregía con regularidad cuando pasaban de un museo a otro o cuando Rosina, por ejemplo, admiraba las joyas en el escaparate de una tienda de París:
—Ju-el, no yul, joyas.
Y cuando ella estaba de acuerdo en que las chicas americanas no pronunciaban hoy en día sus vocales con claridad, él replicaba:
—Vou-els, no vouls, vocales.
The Master, COLM TÓIBÍN
Traducción de María Isabel Butler de Foley
Traducción de María Isabel Butler de Foley
Mucho mejor.
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