Ritmo marcial. Acoples. Momentos óptimos para la interjección (0:37, 1:27). Final de telaraña. Y, sobre todo, un magnífico estribillo en punta, resultante del simple alargamiento de la última sílaba del verso anterior.
Cuando llega el estribillo y oigo ese "I sat down" milagroso (0:38), mi espina dorsal se derrite. Ocurre todas y cada una de las veces que escucho la canción. Y cada vez que se acerca de nuevo esa frase, mis neuronas vibran ansiosas, anticipando el placer, y extienden sus filamentos para tocarse las puntas suavemente unas a otras. Y luego el mundo se detiene (2:24) y al ponerse de nuevo en marcha, mi cerebro estalla en miles de partículas diminutas, como agua a través de un vaporizador.
Se llaman HAL.
Guarden este nombre en un pastillero y sáquenlo de vez en cuando para pegarle un lametón. Se lo digo en serio: cura.
Hasta el minuto 0:59 esta canción me parece la bomba. Pero del minuto 1:00 al 1:22 la odio con todas mis fuerzas, y en adelante ya no la disfruto igual hasta, quizás, los gorgoritos finales.
Si fuese dj la remezclaría. Pondría el primer minuto en bucle con algunos puentes chulos de otras canciones intercalados (porque anda que no hay canciones que tienen lo mejor en sus puentes...) y ya. Estribillo no le hace falta.
No busquéis más. Aquí está. La canción que cantaría cualquiera que, en pleno intento de suicidio con gas ciudad por penas de amor, de pronto sintiese ganas de bailar.
Empieza tirando a sosita y matemática. Pero entonces llega EL MANTRA y se hace un hueco en tu cerebro. Y no queda otra que repetirlo y repetirlo, quizás gritando cada vez un poco más, sin preocuparte de si escupes en el "¡Stop!" Y en esas, todo acaba encajando, coros, líneas de guitarra, bajo... como en una figura de tangram.
1º) Hacer clic en el vídeo de arriba. Esperar hasta la llegada del estribillo (0:28) procurando no perder la paciencia por la mala calidad del sonido. Una vez suene el estribillo, tratar de familiarizarse con la letra para repetirla con exactitud y entusiasmo cada vez que vuelva a sonar.
2º) Hacer clic en el vídeo de arriba una vez más. Identificar en el transcurso de la canción las ocasiones óptimas para dar palmas. Se puede empezar a dar botes.
3º) Hacer clic en el vídeo de abajo. Disfrutar.
Aprenderse la coreografía de las bailarinas puede incrementar el disfrute.
Esta canción (esa flauta...) tiene el mismo sabor, salado y caliente, de las lágrimas que se nos caían de pequeños cuando éramos víctimas de una injusticia.
Siempre me ha dado un poco de grima ese timbre característico del piano como de gotitas de lluvia, pero acabo de enterarme de la existencia de Brad Mehldau, un pianista de jazz que entre otras cosas ha hecho unas versiones de Radiohead que ponen los pelos de punta (también tiene una versión de "My favorite things" que para sí la quisiera Bjork-Selma).
Estoy dispuesto a darle una oportunidad en mis exploraciones por el Youtube.
Sé que me estoy haciendo mayor porque el tópico del ubi sunt cada día me hace más cosquillejas.
Como ejemplo valga esta canción, de un cantante que hasta ahora no me había llamado la atención.