Esta canción habría que aprendérsela de memoria y estudiarla. ¿Cuántas veces interviene la flauta? ¿En qué momentos lo hace el órgano? ¿Qué papel desempeñan los platillos de la batería? ¿Cuántos riffs de guitarra y bajo se superponen? ¿Suena una pandereta? ¿Una caja china? ¿De qué color es la armonía de las voces en los coros? Esta canción no sólo es música, también es arquitectura. Y no está hecha para poner de fondo, no, está hecha para ser recorrida.
27 June 2013
Canciones que deberían ser más conocidas (IX)
Esta canción habría que aprendérsela de memoria y estudiarla. ¿Cuántas veces interviene la flauta? ¿En qué momentos lo hace el órgano? ¿Qué papel desempeñan los platillos de la batería? ¿Cuántos riffs de guitarra y bajo se superponen? ¿Suena una pandereta? ¿Una caja china? ¿De qué color es la armonía de las voces en los coros? Esta canción no sólo es música, también es arquitectura. Y no está hecha para poner de fondo, no, está hecha para ser recorrida.
26 June 2013
La realidad oculta
Cada vez que oigo la palabra asbestos me siento mal, como si fuese el detonante de una orden posthipnótica. Hay un pequeño punto en mi cerebro que cede cuando la oigo, una ligera presión, un escalofrío que se prepara pero no acaba de llegar. Me paso varios minutos repitiéndola... asbestos, asbestos... y entonces sé que ya no voy a dormir bien esa noche.
El problema es que no creo en ella, no creo que sea una palabra de verdad. Tengo la sospecha de que yo mismo la he inventado durante un sueño. Recuerdo haber soñado con ella. Por eso, que aparezca periódicamente en el mundo de la vigilia sólo puede ser un desliz en el trazado de las fronteras, o una advertencia.
El problema es que no creo en ella, no creo que sea una palabra de verdad. Tengo la sospecha de que yo mismo la he inventado durante un sueño. Recuerdo haber soñado con ella. Por eso, que aparezca periódicamente en el mundo de la vigilia sólo puede ser un desliz en el trazado de las fronteras, o una advertencia.
20 June 2013
De docentes, decimales y armonía
De pequeño se me daban fatal las divisiones con decimales. Me habían enseñado un millón de reglas sobre comas que se desplazan y ceros que aparecen de la nada dependiendo de si los decimales aparecen en el divisor o en el dividendo y de cuántos decimales aparecen en cada uno de ellos. Un lío, vamos. Y yo sudaba, sufría y desesperaba.
Hasta que un buen día, de manera fortuita, se me presentó delante la clave de la cuestión: si se multiplican los dos términos de una división por el mismo número, el resultado sigue siendo el mismo. ¡Tate!, me dije. Para librarme de las comas en una división basta con que multiplique los dos términos por 10, 100, 1.000... (un uno seguido de tantos ceros como decimales haya) y, cuando ya no tenga las comas, sólo tengo que dividir los términos normalmente, como hago siempre. A partir de ese día, no hubo división con decimales que se me resistiera.
Un buen profesor me habría dado la clave. Pero los buenos profesores escasean. Y fracasar es fácil.
Uno de mis mayores fracasos como profesor particular, por ejemplo, fue mi total incapacidad para hacer entender a una alumna de 14 años que no podía sumar las fracciones a las bravas (denominador + denominador, numerador + numerador) sino que tenía que reducirlas a un denominador común.
Ay, todavía me duele. Tendría que haber recurrido a tartas, naranjas, pizzas, no sé... Pobrecilla, mi alumna.
Pues bien, todo esto viene por lo siguiente: John Powell es el profesor de música que siempre quise tener y nunca tuve.
Adoro este libro.
Hasta que un buen día, de manera fortuita, se me presentó delante la clave de la cuestión: si se multiplican los dos términos de una división por el mismo número, el resultado sigue siendo el mismo. ¡Tate!, me dije. Para librarme de las comas en una división basta con que multiplique los dos términos por 10, 100, 1.000... (un uno seguido de tantos ceros como decimales haya) y, cuando ya no tenga las comas, sólo tengo que dividir los términos normalmente, como hago siempre. A partir de ese día, no hubo división con decimales que se me resistiera.
Un buen profesor me habría dado la clave. Pero los buenos profesores escasean. Y fracasar es fácil.
Uno de mis mayores fracasos como profesor particular, por ejemplo, fue mi total incapacidad para hacer entender a una alumna de 14 años que no podía sumar las fracciones a las bravas (denominador + denominador, numerador + numerador) sino que tenía que reducirlas a un denominador común.
Ay, todavía me duele. Tendría que haber recurrido a tartas, naranjas, pizzas, no sé... Pobrecilla, mi alumna.
Pues bien, todo esto viene por lo siguiente: John Powell es el profesor de música que siempre quise tener y nunca tuve.
Adoro este libro.
16 June 2013
Los mentirosos más temibles
"I can trust a cynic and a conman, but I can't trust a hypocrite. Because the hypocrite doesn't know when she's lying and that's the most dangerous liar of them all."
The Good Wife, 4ª Temporada, Episodio 6
13 June 2013
Canciones que deberían ser más conocidas (VIII)
Ritmo marcial. Acoples. Momentos óptimos para la interjección (0:37, 1:27). Final de telaraña. Y, sobre todo, un magnífico estribillo en punta, resultante del simple alargamiento de la última sílaba del verso anterior.
Ahora ya lo sabemos. También se puede lograr así.
08 June 2013
Aquí hay gato encerrado
En This is 40 (película de Apatow recomendable con reservas) dos personajes entablan conversación en una fiesta. Uno le pregunta al otro si le gustan los Beatles y el otro responde: "¿A quién no le gustan los Beatles?"
No, no voy ser yo quien diga que no le gustan los Beatles (aunque tengo que reconocer que he estado a punto de hacer un "A mola, B es una mierda" con los Kinks y los Beatles). Pero sí debo decir que nunca escucho a los Beatles por iniciativa propia porque hay algo en su sonido que me llega a irritar.
Creo que es la voz de Paul McCartney. Aunque también puede ser la armonía entre su voz y las del resto. No estoy seguro. Es algo que me chirría, por ejemplo, en ese "Ah, look at all the lonely people..." de Eleanor Rigby.
Me molesta.
Y también ese "dooo" de "Where do they all belong..."
Algún día me gustaría tener los suficientes conocimientos de música como para dar una explicación técnica.
Moraleja. Que sí, que los Beatles son el máximo común divisor del pop planetario, el tópico de conversación ideal para fiestas donde no conoces bien a la gente, pero eso los convierte también en el blanco perfecto del pejiguerismo.
No, no voy ser yo quien diga que no le gustan los Beatles (aunque tengo que reconocer que he estado a punto de hacer un "A mola, B es una mierda" con los Kinks y los Beatles). Pero sí debo decir que nunca escucho a los Beatles por iniciativa propia porque hay algo en su sonido que me llega a irritar.
Creo que es la voz de Paul McCartney. Aunque también puede ser la armonía entre su voz y las del resto. No estoy seguro. Es algo que me chirría, por ejemplo, en ese "Ah, look at all the lonely people..." de Eleanor Rigby.
Me molesta.
Y también ese "dooo" de "Where do they all belong..."
Algún día me gustaría tener los suficientes conocimientos de música como para dar una explicación técnica.
Moraleja. Que sí, que los Beatles son el máximo común divisor del pop planetario, el tópico de conversación ideal para fiestas donde no conoces bien a la gente, pero eso los convierte también en el blanco perfecto del pejiguerismo.