12 December 2018

Tempus fugit

No entiendo el prestigio de la Historia como disciplina. ¿De verdad alguien cree que podemos llegar a conocer el pasado (remoto o no tan remoto)? ¿Por qué la gente que alardea de sus conocimientos de Historia suele hablar como si lo supiesen todo de Mesopotamia, de Egipto, del Imperio Romano, cuando en realidad se limitan a repetir un relato del que ni siquiera conocen la fuente original?


Seguramente habrán oído ustedes esta frase (o alguna de sus variantes) más de una vez:
Aquellos que no conocen su historia están condenados a repetirla.

La odio en la misma medida en que me parece falsa.
Puestos a decir estupideces de ese calibre propongo:
Aquellos que no saben pintar están condenados a mancharse cuando les cae encima un cubo de pintura.

Otro día les hablo de lo mucho que odio el género —tan popular últimamente— de la novela histórica.

8 comments:

  1. ¡Uy lo que ha dicho!
    Yo no estudié historia porque no quería dedicarme clase y porque no me gustaba la historia contemporánea. Pero leo compulsivamente libros de historia, divulgativos casi siempre. Las novelas... mñé.

    ReplyDelete
    Replies
    1. Aclaro que mi crítica no es tanto contra la Historia y su aprendizaje como contra la exagerada confianza que tenemos en ella.

      El fenómeno Chiquito de la Calzada, por ejemplo. No creo que dentro de veinte siglos ningún libro de Historia sea capaz de explicarlo (en el hipotético caso de que lo mencione siquiera). Y sin Chiquito, ¿cómo van a entender la España de los noventa?

      Delete
  2. La historia la explican siempre los vencedores, por lo que el punto de vista siempre es partidista y, acostumbra a estar manipulado.

    Comparto animadversión hacia la publicación desbordante de novelas históricas.

    Saludos

    ReplyDelete
    Replies
    1. El éxito de las novela histórica creo que tiene que ver con la idea de sacar rendimiento a la lectura de ficción. Porque leer ficción es una actividad improductiva, pero si uno lee ficción y al mismo tiempo aprende Historia, entonces ya la cosa cambia.

      Delete
  3. Mi pareja es historiadora. Yo venía de la filología y su visión y conocimientos me ayuda a entender muchas cosas. Su análisis del presente es muy interesante y enriquecedor. Yo tendía a ser más idealista, aplicando soluciones irrealizables. Ella me ayudó a analizar mejor el contexto actual y valorar las posibles vías.

    Los historiadores no se consideran sabedores de la verdad absoluta. Son consciente que ellos sólo tienen una imagen de la Historia, parcial a través de la documentación y arqueología, sesgada además por sus circunstancias personales, de época y lugar.

    Y las máximas con verdades universales son lugares comunes de la población. Ya leí una burla a esa misma frase justamente: «Aquellos que no estudian la Historia están condenados a repetirla. Y los que sí la estudian están condenados a no poder hacer nada mientras todos los demás la repiten.»

    PD: Entiendo que no consideras lo mismo la novela histórica que la historia.

    ReplyDelete
    Replies
    1. Creo que das en el clavo cuando dices que los historiadores tienen una imagen parcial y sesgada del pasado (yo añadiría conjetural y provisional). Precisamente, mis protesta viene de ahí, de que los historiadores de verdad son conscientes de ello, pero ese posicionamiento no se traslada al público general cuando se enseña Historia en los colegios e institutos. Por eso, acabamos teniendo una confianza exagerada en la Historia que, en el peor de los casos, nos hace vulnerables a aquellos que la usan para sus intereses (políticos, por ejemplo).

      Cuando me meto con la gente que presume de saber Historia no me refiero a los historiadores en general, sino a los «historiadores de salón», que se han leído un libro de Nieves Concostrina y se creen que hecho un viaje en una máquina del tiempo. Es un tipo de personaje que no se da en otras disciplinas (¿físico cuántico de salón?) o que, si se da (filósofo de salón), no inspira el mismo respeto.

      Por otra parte, tengo la convicción de que el presente no se puede apresar, por muchos registros históricos que hagas de él, por lo que ninguna reconstrucción histórica que podamos hacer de un momento del pasado basándonos en esos registros nos ayudará a comprender cómo fue vivir aquel momento como presente.

      Pero, como le decía a Esti, no estoy en contra de la Historia en sí ni de su aprendizaje. Me parece necesaria, claro que sí.

      Delete
    2. Sobre los historiadores de salón, te diré que mi pareja estuvo estudiando francés en una academia de mi ciudad. En clase, había uno que leía novelas históricas, y toda la clase consideraba de más peso su opinión que la de mi pareja. Frustración es poco.

      Igualmente, sobre la visión de "conocimiento absoluto" que se transmite, creo que se puede aplicar a muchas más disciplinas. ¿Acaso no te llega la sensación de que la ciencia es vendida como religión en los medios? ¿Que los descubrimientos son presentados como milagros espontáneos en vez de una retahíla de investigaciones a lo largo del tiempo? Se venden los descubrimientos como fruto de "un sólo hombre" en vez de un arduo trabajo colectivo que, probablemente, haya tenido que batallar con la falta de recursos?

      O la filología, que yo estudié, y de la que todo el mundo parece sabedor de la verdad absoluta de la ortografía y de qué es una lengua y qué no.

      Y yo creo que esa visión totalizadora proviene del pensamiento religioso, que ha contaminado la mirada de la sociedad. Poca gente piensa en términos relativos, todo es maniqueo, blanco o negro. No es crítica, no es reflexión, son actos de fe originador por una necesidad imperiosa de esquivar el desconocimiento.

      Delete
    3. La ciencia tiene mucho prestigio, cierto, pero casi todo el mundo admite que no lo explica todo. De todas formas, el prestigio de la ciencia es más merecido que el de la Historia, en mi opinión. Y la enseñanza de la ciencia no es tan dogmática. Sabemos que la ciencia está sujeta a demostración. El conocimiento científico se puede experimentar. Las teorías científicas se suelen presentar como teorías, no como dogmas. Son susceptibles de refutación. La divulgación científica no se confunde con la ciencia «de verdad».

      Delete