De pequeño mi chiste favorito no era el de Mis Tetas ni el del Fantasma de los Ojos Verdes, era uno que contaba Eugenio en este mítico disco de inquietante carátula. Siempre que en el recreo, en un cumpleaños o en una reunión familiar me veía en medio de una tormenta de chistes, yo participaba con el mismo.
La profesora entra en clase y se encuentra una caca encima de la mesa. Pregunta a los alumnos quién ha sido pero nadie responde. Niños, vamos a cerrar los ojos y el responsable escribirá su nombre en la pizarra; si lo hace, prometo no enfadarme. Cierran los ojos. Al fondo de la clase se empiezan a oír unos pasos que se van acercando poco a poco a la pizarra [Eugenio imita el ruido de los pasos acercándose: ploc, ploc, ploc]. Los pasos se detienen y se escucha entonces el sonido de una tiza en la pizarra [Eugenio imita el sonido de la tiza deslizándose por la pizarra, sss, sss, sss]. Después, los pasos vuelven poco a poco al fondo de la clase [ploc, ploc, ploc : Eugenio clava el descenso progresivo del volumen de los pasos]. Cuando la profesora y los alumnos abren los ojos, ven que encima de la mesa hay otra caca y en la pizarra pone: El cagador justiciero ataca de nuevo.
Me encantaba. Lo tenía todo. Desafío a la autoridad, misterio, un enmascarado carismático (yo me lo imaginaba como el Zorro), narrativa onomatopéyica y, sobre todo, caca. Nunca es tan fascinante la caca como cuando somos niños. Qué placer hablar de excrementos en público, transgredir el tabú. Y si hay adultos delante, mejor.
Terminaba de contar el chiste y también yo me sentía un poco cagador justiciero.
Eugenio, grande entre los grandes. Añorado y nunca nunca superado.
ReplyDeleteUn auténtico mito. Horas y horas escuchando sus chistes en esos cassettes que vendían en todas las gasolineras.
De su hijo Reugenio no tengo ni idea de cómo lo hace.
No conocía a Reugenio. Por lo que he podido ver en Youtube la voz no la imita mal, pero no deja de ser eso: una imitación.
DeleteNo sé que es mejor, el chiste en sí mismo, o tu exposición de los ingredientes.
ReplyDeleteSaludos.
Setefilla.
Me alegro de que te guste la entrada. El chiste gana mucho contado por Eugenio. Dominaba las entonaciones como nadie.
Delete¡Gracias por pasarte!
jejje, que grande era este tipo, a mí siempre me gustó mucho.
ReplyDeleteLo que tenemos los catalanes con lo escatológico (piensa en los belenes de Navidad y acertarás...) es algo de difícil explicación pero solemos tomarlo con mucho sentido del humor, claro que sí...
¡A reirla que son cuatro días, collons!
No había asociado el chiste con el gusto de los catalanes por la escatología pero ahora que lo dices, es cierto.
DeleteA mí, que soy gallego, también me gusta la combinación humor + escatología pero reconozco que tengo un límite. Por ejemplo, a Adolfo Arús cuando se ponía guarrete nunca llegué a tragarlo.
Fans de la portada de ese disco!!!
ReplyDelete(Y siempre muy fan de Eugenio)
Eran otros tiempos más inocentes. Hoy en día a nadie se le ocurriría poner ese marco en forma de corazón a la foto de un hombre rodeado de niños. Y menos en un disco titulado 'Eugenio con los niños'.
DeleteMe encanta!
ReplyDeleteMenos mal, porque no me sé muchos más.
DeleteMetachiste:
ReplyDelete-¡Sólo me quieres por mis tetas!
-Por favor, no metas al perro en esto.
Jajaja. ¡Muy bueno!
Delete¿Cuántos perros llamados Mistetas habrá ahora mismo en España?