31 August 2020

Estos son mis principios (XII)


 

Eunice Parchman asesinó a la familia Coverdale porque no sabía leer ni escribir.

Un juicio de piedra, RUTH RENDELL

[Traducción de Adela Miró Sans]

19 August 2020

La edad de la inocencia: en busca de la traducción perfecta




On a January evening of the early seventies, Christine Nilsson was singing in Faust at the Academy of Music in New York. 

Though there was already talk of the erection, in remote metropolitan distances "above the Forties," of a new Opera House which should compete in costliness and splendour with those of the great European capitals, the world of fashion was still content to reassemble every winter in the shabby red and gold boxes of the sociable old Academy. Conservatives cherished it for being small and inconvenient, and thus keeping out the "new people" whom New York was beginning to dread and yet be drawn to; and the sentimental clung to it for its historic associations, and the musical for its excellent acoustics, always so problematic a quality in halls built for the hearing of music.

The Age of Innocence, EDITH WHARTON


Vi en el cine la adaptación de Scorsese del año 1993 —sí, así de viejo soy— y me gustó tanto tantísimo que hice dos cosas que no solía hacer nunca:

    [1ª] Comprarme la banda sonora. Esto es: Elmer Bernstein (no confundir con Leonard Bernstein).

    [2ª] Comprarme el libro a pesar de haber visto ya la película. Esto es: Edith Wharton (no confundir        con Henry James).

Ahora la película ya no me gusta tanto —aunque la media hora final y la interpretación de Winona Ryder me parecen portentosas— pero la novela no ha dejado de maravillarme en cada relectura.

En 2020 se cumplen 100 años desde su publicación. Aprovechando la efeméride, un par de editoriales (Alianza y Cátedra) se han animado a sacar al mercado dos nuevas ediciones. 

Comparemos, pues.


* TUSQUETS *


Una noche de enero, a principios de la década de 1870, Christine Nilsson cantaba Fausto en la Academia de Música de Nueva York. Aunque ya se hablaba de la construcción, a remotas distancias metropolitanas, «por encima de las Calles Cuarenta», de un nuevo Teatro de la Ópera que competiría en costo y esplendor con los de las grandes capitales europeas, el mundo elegante se contentaba todavía con reunirse cada invierno en los destartalados palcos rojos y dorados de la vieja y entrañable Academia. Los conservadores la adoraban porque era pequeña e incómoda, dificultaba el acceso de la «gente nueva» que Nueva York empezaba a temer sin por ello ser ajena a su atracción; los sentimentales se aferraban a ella por sus reminiscencias históricas, y los melómanos por sus excelentes condiciones acústicas, cualidad siempre tan problemática en las salas construidas para la audición de música.

Traducción de Manuel Sáenz de Heredia


«A principios de la década de 1870» - El traductor opta por dejar claro de qué siglo se está hablando, cuando en el original queda sobreentendido. No me parece mal.

«Destartalado» -  ¿Resulta apropiado para traducir «shabby», un adjetivo que en inglés remite más al destrozo ocasionado por el paso del tiempo y por la falta de cuidado que al desorden y la falta de armonía?

«Entrañable» - ¿Es la mejor opción en español para traducir «sociable»

«Era pequeña e incómoda, dificultaba...» - ¿Se gana o se pierde algo al omitir en la traducción ese «thus» (en consecuencia, por ello) del original?

«Empezaba a temer sin por ello ser ajena a su atracción» - No suena nada mal pero ¿suena tan bien como ese breve y rítmico «was beginning to dread and yet be drawn to»

«Cualidad siempre tan problemática» - ¿Suena bien en español?


* RBA *


Era una tarde de enero de comienzos de los años setenta. Christine Nilsson cantaba Fausto en el teatro de la Academia de Música de Nueva York. 

Aunque ya había rumores acerca de la construcción — a distancias metropolitanas bastante remotas, «más allá de la calle cuarenta»— de un nuevo Teatro de la Ópera que competiría en suntuosidad y esplendor con los de las grandes capitales europeas, al público elegante aún le bastaba con llenar todos los inviernos los raídos palcos color rojo y dorado de la vieja y entrañable Academia. Los más tradicionales le tenían cariño precisamente por ser pequeña e incómoda, lo que alejaba a los «nuevos ricos» a quienes Nueva York empezaba a temer, sin por ello ser ajena a su atracción. Por su parte, los sentimentales se aferraban a la Academia por sus reminiscencias históricas, y a su vez los melómanos la adoraban por su excelente acústica, una cualidad tan problemática en salas construidas para escuchar música.

Traducción de María Rosa Duhart


Es cierto que en castellano la construcción una noche + cantaba suena un pelín extraña desde el punto de vista de la temporalidad, pero ¿justifica eso la división de la oración inicial en dos oraciones separadas por un punto?

«Rumores» - ¿Se habla de rumores en el texto original?

«Bastante remotas» - ¿Se dice bastante en el texto original?

«Aún le bastaba» - ¿No transmite un matiz de resignación mayor que la expresión inglesa «was still content», más cercana al contento o a la satisfacción?

«Nuevos ricos» - ¿No es una expresión mucho menos eufemística que «new people»?

En la parte en que se habla de los motivos que tiene cada uno de los distintos tipos de público para apreciar la Academia, ¿por qué añadir elementos como «Por su parte» y «la adoraban» que no figuran en el original? ¿Se gana algo?

«Lo que...» - Me parece una solución sencilla y elegante para traducir ese «thus» del original.

De las cuatro traducciones, parece ser la que ofrece un mayor componente de interpretación con respecto al texto original.


* ALIANZA *



Una noche de enero de comienzos de los años setenta Christine Nilsson cantaba Fausto en la Academia de Música de Nueva York. 

Aunque se hablaba ya de la construcción, en un lugar remoto de la ciudad, «más arriba de las calles cuarenta», de un nuevo Teatro de la Ópera que rivalizaría en coste y esplendor con los de las grandes capitales europeas, la sociedad elegante aún se reunía con agrado cada invierno en los ajados palcos rojos y dorados de la vieja y acogedora Academia. Los más conservadores la apreciaban porque era pequeña e incómoda y, por esa razón, podía mantener alejados a los «advenedizos» que Nueva York empezaba a temer por mucho que le atrajeran; los sentimentales se aferraban a ella por su relación con la historia de la ciudad, y los melómanos por su excelente acústica, una cualidad siempre problemática en las salas construidas para escuchar música.

Traducción de Carmen Criado


«En un lugar remoto de la ciudad» - ¿No suena algo plano en comparación con el «in remote metropolitan distances» del original, aparentemente más literario? 

«Advenedizos» - ¿No resulta —al igual que nuevos ricos— demasiado duro y explícito para traducir el eufemístico «new people?

«Acogedora» - Desconozco si en inglés «sociable» es un adjetivo propio de personas que solo se aplica a lugares metafóricamente. En consecuencia, también desconozco si «acogedora» es una buena opción para traducir «sociable» en este contexto.

«Podía mantener alejados» - ¿Por qué «podía»?

«Su relación con la historia de la ciudad» - ¿No suena un poco torpe (como de escritor con pocos recursos lingüísticos)? 


* CÁTEDRA *


Una velada de enero, a comienzos de los años setenta, Christine Nilsson* cantaba Fausto en la Academia de Música de Nueva York. 

Aunque ya se hablaba de la construcción, en remotas zonas metropolitanas, «más allá de la calle Cuarenta», de una nueva ópera* que competiría en opulencia y esplendor con las de las grandes capitales europeas, todos los inviernos la sociedad elegante seguía contentándose con reunirse en los deslucidos palcos rojos y dorados de la vieja y acogedora Academia. Los conservadores la adoraban porque era pequeña e incómoda, lo que mantenía a raya a la «gente nueva» que empezaba a suscitar temor y atracción por igual en Nueva York; los sentimentales le eran fieles por sus reminiscencias históricas, y los melómanos por su acústica excelente, un aspecto siempre muy problemático en los auditorios construidos para escuchar música.

Traducción de Martín Schifino


Se desmarca de las anteriores por el uso de expresiones como «velada» (en vez de noche o tarde), «remotas zonas» /(en vez de remotas distancias), «opulencia» (en vez de costo o coste), «mantenía a raya» (en vez de alejaba), «suscitar temor» (en vez de temer), «acústica excelente» (en vez de excelente acústica), «auditorio» (en vez de sala).

«Auditorios construidos para escuchar música» - ¿No es un poco tautológico? ¿En el término auditorio no está implícita ya la idea de escuchar?

Dado que el traductor es argentino, me pregunto si su versión sonará a los hablantes de español de América mejor que las demás .


Yo tengo la de Tusquets / Manuel Sáenz de Heredia y, en principio, no la cambiaría. Pero si me regalan alguna de las otras, prometo leérmela (salvo quizás la de RBA).


***


*Actualización (1 de septiembre de 2020):


* BRUGUERA*


Una noche de enero, a principios de los años setenta, Christine Nilsson cantaba Fausto en la Academia de Música de Nueva York. 

A pesar de que se hablaba ya de la erección, en remotas lejanías metropolitanas, «más allá de las calles cuarenta», de un nuevo teatro de la Ópera que había de competir en coste y esplendor con los de las grandes capitales europeas, el mundo elegante seguía satisfecho con reunirse cada invierno entre el rojo y el oro de los palcos raídos de la vieja y acogedora Academia. Los conservadores la apreciaban por ser pequeña e incómoda, y porque así dejaba fuera a los «recién llegados» que Nueva York empezaba a temer y, sin embargo, a sentirse atraída por ellos; los sentimentales se aferraban a ella por sus recuerdos históricos; y los melómanos por su excelente acústica, cualidad siempre muy problemática en los locales construidos para oír música.

Traducción de F. González Fernandez